domingo, 12 de octubre de 2008

La triple amenaza de la crisis crediticia / Jeremy Rifkin*

Estamos en un momento histórico de gran inestabilidad, equivalente al que se produjo durante la Gran Depresión de los años 30. Los problemas crediticios a escala global se ven agravados por la crisis energética y la del cambio climático, lo que hace esta situación muy diferente de cualquier otra vivida antes. Estas tres amenazas globales están entrelazadas y se alimentan las unas de las otras.

La actual crisis crediticia, que se está propagando por Europa y el mundo, tuvo comienzo a principios de los años 90 en EEUU. Los salarios se quedaron estancados y estuvieron cayendo en el país durante toda una década. Salieron de la recesión de 1989 a 1991 -causada en parte por una contracción en el mercado de la vivienda- gracias a la extensión masiva del crédito al consumo a millones de norteamericanos. Las tarjetas de crédito, concedidas con facilidad, permitieron a los consumidores adquirir bienes y servicios que estaban por encima de sus posibilidades.

La cultura de la tarjeta de crédito multiplicó el poder adquisitivo y volvió a poner a trabajar a las empresas y a los trabajadores estadounidenses para producir todos los bienes y servicios que se estaban comprando a crédito. Durante los últimos 17 años, estos consumidores han sido el sostén de la economía global, gracias, en gran medida, a sus compras a crédito. Sin embargo, el precio de hacer recaer el peso de la economía global sobre el endeudamiento cada vez mayor del consumidor ha sido el agotamiento del ahorro de las familias norteamericanas. En 1991, el ahorro de las familias norteamericanas era de un 8%, aproximadamente.En el 2006, el ahorro de los hogares entró en cifras negativas.En la actualidad, la familia media norteamericana gasta más de lo que ingresa. La expresión con que se denomina este fenómeno es renta negativa, una contradicción que supone un fracaso de planteamiento del desarrollo económico.

Al caer los ahorros, los sectores hipotecario y bancario crearon una segunda línea de crédito artificial, lo que permitió a las familias norteamericanas adquirir viviendas con aportación de muy poco dinero, con unos tipos de interés bajos o inexistentes a corto plazo (las hipotecas subprime), mientras que el vencimiento del principal se aplazaba al futuro. Millones de estadounidenses picaron el anzuelo y compraron viviendas por encima de su capacidad de pago a largo plazo, lo que creó una burbuja inmobiliaria.Aún peor fue que, ante su falta de liquidez, los propietarios utilizaron sus casas como si fueran cajeros automáticos, mediante el recurso a la refinanciación de sus hipotecas (había casos de hasta dos y tres veces) para conseguir el efectivo que necesitaban.Ahora, la burbuja inmobiliaria ha estallado, con lo que millones de norteamericanos han de hacer frente a embargos y los bancos, a la quiebra.

El resultado de 18 años de haber vivido de un crédito generoso ha convertido a EEUU en una economía que no funciona. El pasivo bruto del sector financiero del país, que representaba el 21% del PIB en 1980, ha crecido a un ritmo ininterrumpido a lo largo de los últimos 27 años y representaba la cifra increíble del 116% del PIB en 2007. Como las comunidades bancarias y financieras de EEUU, Europa y Asia están íntimamente interrelacionadas, la crisis crediticia se ha propagado más allá del país americano y ha anegado la economía global por completo.

Para empeorar las cosas, la crisis crediticia global se ha visto agravada todavía más durante los últimos dos años por la subida vertiginosa de los precios del petróleo, que alcanzó los 147 dólares por barril en julio de 2008. Esto, a su vez, ha acelerado la inflación, ha frenado el poder adquisitivo de los consumidores, ha desacelerado la producción y ha incrementado el desempleo, causando estragos aún mayores en una economía ya fuertemente endeudada.

Nos enfrentamos ahora a un fenómeno nuevo. Se llama nivel máximo de globalización y se ha producido en torno a un precio del petróleo de 150 dólares por barril. Más allá de este límite, la inflación erige un cortafuegos al crecimiento económico continuo que hace retroceder la economía global hacia el crecimiento cero. Es solo y exclusivamente la contracción de la economía global lo que hace caer el precio de la energía como consecuencia de un menor empleo de energía.

El supuesto esencial de la globalización ha sido que un petróleo abundante y barato permitía a las empresas movilizar capital hacia los mercados con menores costes laborales, donde pueden producirse alimentos y productos a un coste mínimo y con grandes márgenes de beneficios, y posteriormente enviarlos a todo el mundo. Este supuesto básico se ha ido al garete, con consecuencias funestas para el proceso de globalización. Para entender cómo hemos llegado a este punto, necesitamos remontarnos a 1979, cuando el petróleo global per capita alcanzó su nivel máximo, según un estudio de la británica BP. Entonces apareció la expresión producción global máxima de petróleo, referida al momento en el que se agotara la mitad del petróleo del mundo. Los geólogos aseguran que es probable que esto suceda entre los años 2010 y 2035. Haber alcanzado el nivel máximo de petróleo per capita, sin embargo, se debe a que el nivel máximo de globalización se ha producido mucho antes que la producción máxima de petróleo.

Con posterioridad a 1979, la cantidad de petróleo disponible per capita empezó a reducirse, pese a que desde entonces se han encontrado nuevas reservas de petróleo. Cuando China e India empezaron su espectacular crecimiento económico en los 90, se disparó su demanda de petróleo, superando la oferta. El saldo final es que, con menos petróleo potencialmente disponible, los esfuerzos por hacer partícipe a una tercera parte de la raza humana (la población combinada de China y la India) de un segunda revolución industrial basada en el petróleo han chocado con unas existencias limitadas. Y la presión de la demanda frente a unas reservas limitadas empuja inevitablemente los precios al alza.Cuando el petróleo alcanza los 150 dólares por barril, el efecto de la inflación pasa a ser tan poderoso que actúa como un obstáculo para que continúe el crecimiento económico global.

El mayor precio de la energía se incorpora a todos los productos.Los alimentos se cultivan con fertilizantes y pesticidas petroquímicos, los plásticos, materiales de construcción y la mayor parte de los productos farmacéuticos y de nuestras ropas se basan en los combustibles fósiles, y lo mismo ocurre con el transporte y la electricidad. Todo el valor adicional que obtenían antes las empresas por trasladar la producción a mercados de bajo coste laboral se ha visto anulado por el mayor coste de la energía a lo largo de toda la cadena de abastecimiento. Eso representa el auténtico punto final de la segunda revolución industrial.

Además, los efectos del cambio climático están erosionando aún más la economía. Sólo el coste de los daños producidos en EEUU por los huracanes Katrina, Rita, Ike y Gustav ha superado los 175.000 millones de euros. Los desastres naturales han diezmado ecosistemas en todo el globo, arruinando la producción agrícola, las infraestructuras y paralizando la economía global.

El plan de rescate de cerca de un billón de dólares del Gobierno para salvar la economía estadounidense no será suficiente por sí solo para detener su deterioro e introducirla en un nuevo período de crecimiento económico sostenible. La causa es que la deuda acumulada por la economía del país es monstruosa. Entretanto, los salarios de los norteamericanos han seguido estancados y el desempleo va en aumento.

La idea de que la recesión actual es a corto plazo y puramente cíclica es una ingenuidad en el mejor de los casos y una falta de sinceridad en el peor. La reservas globales de energía derivada del petróleo, así como las de gas natural y uranio, son demasiado escasas para hacer frente a las expectativas de crecimiento del mundo desarrollado y del de en vías de desarrollo, mientras que el carbón y las arenas bituminosas son excesivamente sucios para su uso. Además, el cambio climático se acelera a una velocidad mucho mayor a la esperada, desestabilizando ecosistemas completos y causando estragos en la actividad económica.

El mundo necesita un nuevo relato económico potente que saque el debate y las prioridades políticas en torno a la crisis crediticia global, al nivel de producción máxima de petróleo y al cambio climático del ámbito del miedo y los proyecte al de la esperanza, y que los saque de las restricciones económicas y los proyecte a las posibilidades comerciales. Eso sucederá en la medida en que las industrias empiecen a introducir ya las energías renovables, la construcción sostenible, la tecnología de almacenamiento de hidrógeno, las redes de servicios inteligentes y los vehículos que se conectan a enchufes eléctricos. Con ello, estarán echando las bases de una tercera revolución industrial postcarbónica .La pregunta es si seremos capaces de culminar la transición a tiempo para evitar caer en el abismo.

*Jeremy Rifkin es asesor económico de la UE y presidente de la Foundation on Economic Trends, con sede en Washington (EEUU).

El mejor banco, ¿una caja? / Jordi Sevilla

Un fantasma recorre el mundo: la nacionalización de la banca. Cuando la izquierda más radical ha abandonado ya esa reivindicación que los moderados socialdemócratas de nuestra transición llevaban en sus programas políticos, viene la crisis, las entidades financieras enseñan sus vergüenzas y los gobiernos de países desarrollados, conservadores o no, corren a nacionalizar, comprar activos, apoyar, rescatar, inyectar o salvar a los bancos comerciales.

Es legítimo, pues, que resurja la reflexión sobre si un sector económico tan importante, con características evidentes de servicio público y al que no se le deja quebrar, no debería estar en manos públicas siempre y no sólo cuando amenaza con su ruina llevársenos a todos por delante. Es decir, socializar también los beneficios y no sólo las pérdidas.

Se ha asumido, desde hace tiempo, que la gestión financiera de nuestras economías complejas es lo suficientemente importante como para no dejarla en manos de un mercado que no logra el equilibrio.Por eso hay Bancos Centrales con normas impuestas, inspección y monopolio de emisión de monedas. Nadie niega la necesidad de supervisión pública de las entidades financieras cuando el problema actual ha surgido de aquel segmento excluido de esa regulación.

La pregunta que se vuelve a plantear ahora, visto lo visto estas semanas, es si además de no dejarlas en manos del mercado, las entidades financieras tampoco deben dejarse en manos de la propiedad privada. La doctrina liberal ha defendido siempre que la gestión privada de las cosas es mejor que la pública debido al sistema de incentivos derivado de la existencia de propietarios.


Pero viendo adonde nos ha conducido la gestión de determinadas entidades financieras privadas, no de todas, este argumento, reconozcámoslo, pierde muchos enteros como principio general. Los accionistas propietarios de las entidades en dificultades no han sabido o no han podido frenar lo que ha sido, claramente, una pésima gestión privada de las mismas.

Creo positivo eliminar de este debate la dimensión moral (¿es lícito apropiarse privadamente de los beneficios sabiendo que si hay pérdidas se socializarán?), incluso la religiosa (prestar dinero a cambio de cobrar intereses ha sido algo condenado como pecado por varias religiones) para centrarnos en la pura eficacia.Una entidad financiera se justifica por hacer bien dos cosas básicas: aceptar dinero prestado, por un lado, y canalizarlo hacia préstamos productivos por otro.


Sí es necesario, como está pasando ahora de manera ruidosa, que el Estado garantice los depósitos que toman prestados y que ese mismo Estado les ayude a canalizar recursos hacia el crédito a empresas y particulares, ¿por qué la propiedad, y con ella los beneficios cuando los hay, han de ser privados?

El presidente del Gobierno ha puesto como ejemplo de fortaleza mundial a nuestro sistema financiero. Y lo comparto. Pero no es fruto de la casualidad o de una mayor capacidad previsora por parte de nuestras instituciones. Es consecuencia directa de haber pasado ya por la experiencia de una importante crisis bancaria desde mediados de los años 70 hasta mediados de los 80 del pasado siglo, que nos costó billones de las antiguas pesetas y un aprendizaje, doloroso pero útil, sobre la necesidad de unas reglas prudenciales estrictas, impuestas, desde entonces, con mano firme por el Banco de España. Estamos mejor ahora porque estuvimos peor antes.

Y en aquella crisis destacó ya el hecho de que las entidades financieras españolas, que no tenían propietarios privados, salieron mejor paradas y efectuaron su reconversión con menor coste para los contribuyentes. Me refiero, es claro, a nuestras Cajas de Ahorros. A lo mejor, resulta que la mayor solidez de nuestro sistema financiero se debe en parte, precisamente, a que la mitad del mismo no tiene como finalidad el lucro privado, ni tampoco tiene dueño, sin ser por ello públicos.

Ya, ya sé que el asunto es más complejo. Pero me interesa resaltar la importancia de este ejemplo para, sin elevarlo a categoría válida para todos los sectores y empresas, apuntar que la eficacia en la gestión de estas grandes entidades financieras, profusamente reguladas y controladas por el Estado, no depende de la existencia o no de propietarios privados. Ni en lo bueno, ni en lo malo.

Que una caja, con estatus jurídico de fundación, puede estar tan bien o tan mal gestionada como un banco, sociedad anónima cotizada en bolsa. Y que, por tanto, lo mismo puede ocurrir con las nuevas entidades nacionalizadas como consecuencia, hay que recordarlo, del fracaso previo de su gestión privada.


A lo mejor deberíamos exportar a Europa nuestro modelo de Cajas de Ahorro ahora que la crisis ha acabado con la propiedad privada en algunas entidades. En lugar de nacionalizar los bancos intervenidos haciéndolos públicos, los gobiernos de la Unión Europea deberían facilitar su conversión en Cajas de Ahorro como las nuestras. Con ello acabaríamos con la tradicional dicotomía público-privado, ofreciendo una forma de gestión distinta, pero eficaz, y unos objetivos sociales en beneficio de la colectividad.

Hace dos semanas demandábamos aquí un Plan para España que no se limitara a encajar de manera pasiva los efectos de la crisis sobre el desempleo y los ingresos fiscales. Ya tenemos una parte importante del mismo. Pero es, junto al descenso de tipos de interés, condición necesaria aunque no suficiente para empezar a salir del túnel. Ahora convendría acompañarlo, en el debate presupuestario, con más medidas activas sobre el conjunto de la economía y, en especial, por su trascendencia, sobre el sector de la construcción.

Hemos vivido años de liquidez casi ilimitada a coste muy bajo. Con ello se ha construido una economía basada en elevados niveles de endeudamiento. Este tiempo ha pasado y tendremos que ayudar a que el tránsito hacia una nueva situación tenga el menor coste social posible. Un buen sistema financiero es fundamental para ello, aunque no tenga dueño privado necesariamente. Porque lo bueno sería que no buscara en el beneficio privado y en el valor de la acción su único objetivo. A lo mejor, en la poscrisis, el mejor banco es una caja.

www.elmundo.es


Los Reyes y Zapatero presiden un desfile de las FF. AA. marcado por el desprecio de Rajoy

MADRID.-El mal tiempo con el que amaneció hoy la capital de España deslució el desfile de la Fiesta Nacional, en el que desfilaron alrededor de 4.600 efectivos y que estuvo presidido por los Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía, acompañados por los Príncipes de Asturias, desde la madrileña Plaza de Colón.

Aunque no llegó a llover en Madrid, el clima obligó a reducir el desfile aéreo y a suprimir la llegada de la bandera desde el aire. Junto a la Familia Real estuvo el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que fue recibido con abucheos, y Carme Chacón, que se estrenó como ministra de Defensa en este acto.

Los Reyes y los Príncipes, acompañados por los Duques de Palma y la duquesa de Lugo, la infanta Elena, por primera vez sin Jaime de Marichalar, saludaron a su llegada al jefe del Ejecutivo, a la ministra de Defensa, Carme Chacón, a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y a la presidenta del Parlamento regional, Elvira Rodríguez.

Tras el saludo, el Rey pasó revista a los efectivos y se situó en la tribuna de autoridades acompañado por el resto de la Familia Real y el Gobierno en pleno.

La llegada de los monarcas vino precedida por la del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que volvió a ser recibido con gritos y abucheos por parte de un sector del público invitado situado a la derecha de una de las tribunas de autoridades. Por su parte, el vicepresidente segundo, Pedro Solbes, que se encuentra en Washington participando en la reunión de la Asamblea del Fondo Monetario Internacional (FMI), y el de Industria, Miguel Sebastián, no estuvieron presentes.

Entre el resto de asistentes estuvieron los demás ministros, los presidentes autonómicos de Madrid, Extremadura, Ceuta y Melilla, Castilla-La Mancha, Castilla y León, y dirigentes políticos, entre ellos el líder de la Oposición, Mariano Rajoy, cuyas polémicas declaraciones de ayer calificando el desfile de "coñazo" no fueron obviadas tampoco en el día de la celebración del desfile. Así, la titular de defensa explicó en declaraciones a TVE que no considera que estas palabras expresen el "sentimiento auténtico" del líder del PP hacia la Fiesta Nacional.

El vicesecretario de comunicación del PP, Esteban González Pons, se refirió a las palabras de Rajoy en términos parecidos, ya que considera que es "una anécdota de la que no hay que sacar demasiadas consecuencias". "No se refería ni a las Fuerzas Armadas, ni a las insignias nacionales", sino que hizo este comentario "como padre de familia, al tener que levantarse a pasar frío y con lluvia, en vez de quedarse con su familia", apuntó. Asimismo, indicó que en su opinión la situación "ha quedado resuelta" con el comunicado enviado por Rajoy en el que "lamenta profundamente lo sucedido".

Los actos comenzaron con el izado de la bandera y el homenaje a los que dieron su vida por España, en el que este año participan 16 familiares de militares fallecidos en 2008 en accidentes o atentados terroristas. La nubosidad y la lluvia intermitente registrada durante la mañana de hoy Madrid obligaron a reducir el desfile aéreo que tuvo lugar en el Paseo de la Castellana y a suspender el salto paracaidista con el que se iba a trasladar desde el aire hasta la céntrica plaza madrileña la bandera que presidió la parada militar, que este año reunió a más de 4.600 militares y 250 vehículos.

Estuvieron presentes en el desfile un total de 20 familiares de los militares fallecidos en acto de servicio este año. Entre los que participaron en el acto de homenaje a los caídos se encontraban la viuda y el hijo del brigada Luis Conde, el último militar asesinado por ETA, los familiares de los últimos militares fallecidos en accidentes en Bosnia, Kosovo y Líbano y los familiares de los dos guardias civiles que murieron por el atentado de ETA en Capbretón (Francia), Fernando Trapero y Raúl Centeno.

Acompañado por el presidente del Gobierno y los presidentes del Congreso y del Senado, José Bono y Francisco Javier Rojo, el Rey don Juan Carlos y dos oficiales fueron los encargados de colocar la corona de laurel ante la bandera de España, en recuerdo de los fallecidos, al son de la marcha fúnebre mientras los guiones y banderines se inclinaban en señal de duelo y respeto.

Concluida la honra con el disparo de las salvas y el paso de la Patrulla Águila para dibujar los colores de la bandera nacional sobre el cielo madrileño, el desfile aéreo se limitó, debido al mal tiempo, a una nueva pasada de los siete reactores de entrenamiento de la patrulla acrobática del Ejército del Aire, que dejó de nuevo su estela de humo rojigualda, esta vez sobre la vertical del Paseo de la Castellana. No hubo exhibición de helicópteros de las Fuerzas Armadas ni presencia de aviones de transporte de la Fuerza Aérea.

El desfile terrestre comenzó con el paso de las unidades motorizadas, encabezadas por el mando del desfile, el jefe de la Brigada Acorazada Guadarrama (BRIAC XII), el general de Brigada Alberto Asarta. En este bloque participó una nutrida delegación de asociaciones y hermandades de veteranos de los ejércitos y la Guardia Civil. Tras el paso de los vehículos resistentes a minas 'Lince', el nuevo blindado de las Fuerzas Armadas españolas para sus misiones de paz en el exterior, llegaron las unidades acorazadas, que exhibieron sus carros de combate Leopard y Pizarro, entre otros medios.

El desfile a pie comenzó con el paso de un batallón de la Guardia Real, antes de la llegada de la agrupación de abanderados de los trece países que aportan personal a los Cuarteles Generales Terrestre y Marítimo de la Alta Disponibilidad de la OTAN en España, situados en Bétera (Valencia) y Rota (Cádiz). Las banderas de los trece países aliados fueron saludadas a su paso por las autoridades militares y civiles asistentes al acto.

Posteriormente, recorrieron el Paseo de la Castellana las principales unidades de los Ejércitos de Tierra y del Aire, la Armada y la Guardia Civil. Tras ellos llegaron las unidades de paso específico, lideradas por la Legión, con su veloz cadencia, de 160 pasos por minuto. Los legionarios, con su característico carnero ataviado con la gorra, volvieron a ser los más aclamados por el público y dieron paso a los Grupos de Regulares de Ceuta y Melilla, con marcado paso lento y uniforme con capa.

González Pons: ´Suficiente tendrá Rajoy hoy con ir al desfile y pasar toda la mañana allí´

VALENCIA.- El vicesecretario de comunicación del PP, Esteban González Pons, dijo hoy entender que haya molestado a mucha gente las palabras pronunciadas ayer por el líder del PP, Mariano Rajoy, en las que dijo que el desfile de las Fuerzas Armadas era un "coñazo", pero consideró que "suficiente tendrá (Rajoy) con ir hoy al desfile y pasar toda la mañana allí".

En declaraciones a la Cadena Ser, González Pons se refirió a la palabras de Rajoy como un "desafortunado desliz", e indicó que "fue una mala pata" que los micrófonos estuviesen abiertos y captasen estas declaraciones del líder de la oposición, pero subrayó que "es una anécdota de la que no hay que sacar demasiadas consecuencias".

En su opinión, la situación "ha quedado resuelta" con el comunicado enviado por Rajoy, quien "lamenta profundamente lo sucedido". No obstante, entiende que "habrá muchas personas a las que haya molestado" la declaración y al respecto aseguró que "suficiente tendrá Rajoy con ir hoy al desfile y pasar toda la mañana allí".

El responsable de comunicación de los 'populares' se mostró "convencido" de que el líder del PP "no se refería ni a las Fuerzas Armadas, ni a las insignias nacionales" sino que hizo este comentario "como padre de familia, al tener que levantarse a pasar frío y con lluvia, en vez de quedarse con su familia".

El vicesecretario del PP reconoció que si el "desliz" lo hubiera cometido el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el PP le habría criticado de la misma forma que hacen los socialistas con Rajoy. "Está claro que si hubiera tenido este desafortunado desliz estaríamos criticándolo como nos están criticando desde el PSOE, que está aprovechando la oportunidad de desgastar la imagen pública de Rajoy", concluyó.

El mercado turístico español crecerá apenas un 1% en 2008

MADRID.- El mercado turístico español crecerá sólo un 1,1% en 2008, registrando una "significativa desaceleración", lo que conducirá a un estancamiento de los ingresos al cierre del ejercicio y supondrá una tasa de variación ligeramente negativa en el volumen de negocio previsto para 2009, según el informe 'Grupos Turísticos' de DBK.

En concreto, el estudio, señala que esta tendencia negativa estará motivada principalmente por el deterioro de la coyuntura económica que afecta al mercado español y a la situación económica que atraviesan los principales países emisores.

"El cambio de ciclo económico, y en particular el debilitamiento del gasto en consumo final de los hogares, está viéndose reflejado desde los últimos meses de 2007 en una peor evolución de los principales indicadores turísticos", subraya DBK.

Así, se prevé que el volumen de negocio agregado de los sectores de establecimientos hoteleros, agencias de viaje mayoristas, agencias de viaje minoristas, transporte aéreo de viajeros, transporte de viajeros por carretera y 'rent a car' alcance un valor de 46.850 millones de euros en 2008, un 1,1% más, mientras que para 2009 podría situarse en los 46.725 millones de euros en 2009, un 0,3% menos.

En este contexto, se espera que se produzcan nuevos procesos de concentración de la oferta, tanto a escala nacional como internacional, mediante operaciones de adquisición y fusión de empresas. Así, en un marco de competencia como el actual, el informe prevé que los grandes grupos turísticos tiendan a acentuar sus procesos de diversificación e internacionalización o incluso amplíen su oferta de servicios buscando nuevas áreas de negocio.

En cuanto a la evolución del mercado turístico español, el informe recoge que la evolución durante la última década ha sido "muy favorable", registrando en este periodo una tasa de variación media anual próxima al 8%.

No obstante, hay que destacar la "ligera contracción" del ritmo de crecimiento que se produjo en 2007, año en el que el volumen de negocio se situó en los 45.950 millones de euros. De ellos, los sectores de agencias de viajes minoristas y de establecimientos hoteleros concentraron el 34% y el 24%, respectivamente, del total del ejercicio del pasado año.

Por su parte, el mercado de transporte aéreo supuso algo menos del 20% del total, el de agencias mayoristas cerca del 10%, el de transporte de viajeros por carretera el 8% y el de 'rent a car' alrededor del 3,5%.

Ante estos datos, y a pesar de haber sufrido en los últimos años un importante proceso de concentración, "la industria turística española continúa caracterizándose por la alta fragmentación de la oferta, especialmente en los sectores de establecimientos hoteleros, agencias de viaje minoristas, transporte de viajeros por carretera y 'rent a car'".

Por el contrario, en el transporte aéreo y en las agencias de viaje mayoristas se aprecia un alto grado de concentración.

El informe publicado por DBK analiza las estrategias de diversificación de 38 de los principales grupos turísticos que operan en el mercado español. En total, durante 2007 los grupos analizados alcanzaron una facturación conjunta superior a los 26.000 millones de euros, absorbiendo cerca del 60% del mercado.

Además, dichos grupos presentaron una alta tasa de penetración en los sectores de transporte aéreo y de agencias de viaje mayoristas, absorbiendo alrededor del 95% del mercado en ambos casos durante el ejercicio pasado.

Por su parte, la cuota en los sectores de agencias de viaje minoristas y establecimientos hoteleros se acercó al 55% y al 45%, respectivamente.

Bomberos pirómanos I I / José Vidal-Beneyto

Las múltiples intervenciones estatales para apuntalar a los bancos más averiados y envilecidos y a los sistemas bancarios que los albergan, pueden considerarse como premios a la trampa y al chanchullo. Pero además esas intervenciones no conseguirán detener la desbandada, si no van acompañadas de un conjunto de medidas rigurosas y radicales que impidan, más allá de la mano salvífica de los mercados que evidentemente no funciona, primero, el mantenimiento de las prácticas actuales y luego, una transformación total del orden capitalista actual.

Y digo transformar y no sustituir, porque los que como yo estamos frontalmente contra la explotación capitalista y defendemos la igualdad en y desde la libertad, sabemos que, hoy por hoy, no tenemos una propuesta cabal, ni siquiera una hipótesis válida que poner en su lugar. Esa incapacidad es nuestra mayor frustración, nuestra más lacerante impotencia, que no nos obliga, sin embargo, a aceptar las prácticas generales de latrocinio en que ha derivado hoy. ¿Cómo ha sucedido esto?

Decir capitalismo es constituir al capital en piedra angular del edificio económico, cuyo propósito esencial es obviamente generar beneficios, pero respetando una serie de reglas y cumpliendo la función social de satisfacer las necesidades, expresadas técnicamente en demandas, de los miembros de la comunidad. Satisfacción que comporta la producción de las mercancías y servicios que estas necesitan para su subsistencia y desarrollo y que se inscriben en la esfera que se califica como economía real.

Esta a su vez reclama la cooperación auxiliar de una estructura que la dote de los mecanismos de financiación que reclama su ejercicio. Ahora bien, esta economía financiera, en posición subordinada ha abandonado su función instrumental y se ha erigido en matriz privilegiada de la riqueza, autonomizándose de los riesgos y servidumbres de los procesos de producción y consumo y suplantando, mediante la manipulación de las cifras y las finanzas, la rigidez fáctica de lo real por la flexibilidad de lo virtual y abstracto.

Entre los obreros y las máquinas por un lado y los apuntes contables por otro, no cabe duda de que la búsqueda del beneficio se inclinará siempre por lo segundo. Pero el triunfo de lo financiero ha sido tan total, que ha perdido el sentido de los límites y ha provocado, por sus excesos y abusos, su propia hecatombe.

Intentar salir de ella mediante una apelación al sentido de responsabilidad de los actores económicos, en una situación de desmoralización tan completa de nuestras sociedades, no tiene sentido alguno, cuando han desaparecido principios y valores y hoy sólo priman el enriquecimiento y el éxito, el disfrute.

De ahí que el remedio que se ha puesto en marcha, que pretende apagar la hoguera echándole más leña al fuego, digo, inyectando más dinero en el circuito que lo ha malversado y entregándolo además a los propios malversadores confiando en su súbita conversión a la decencia, es un desatino. Más cuando cabría venir directamente en ayuda de los depositarios y cuentacorrentistas a quienes se priva de sus ahorros, mediante un dispositivo general de garantías personalizadas.

De igual manera es insensato pretender que, sin un marco rígido de disposiciones compulsivas, el mundo de las finanzas renunciara a sus tan rentables prácticas. Pues como apuntaba en el artículo pasado si los mecanismos de titrización, mercados a término, técnicas del LBD se ponen difíciles, pronto surgirán otras.

O mejor ya han surgido, dado que las Credit-Default Swap o seguros de impago, mediante los cuales uno se asegura por los riesgos de un tercero, permiten una desmultiplicación casi ilimitada de dichos riesgos y de su operatividad, y representan ya un volumen de 62. 000 millardos de dólares.

Si los Estados quieren de verdad adecentar el mundo financiero en vez de recapitalizar a las entidades fulleras, ¿por qué no crean un Servicio financiero público y se dejan de nacionalizaciones parciales e interesadas? ¿Por qué no acaban con las cuentas número y ponen fin definitivamente al secreto bancario que cubre tantas ignominias y hace posibles tantas impunidades? ¿Por qué no se establece una Autoridad Mundial de Control que asegure el cumplimiento de las normas y, entre otras cosas, designe unos expertos públicos responsables del rating de los mercados financieros?

Y sobre todo ¿por qué no se clausuran los 37 paraísos fiscales más conocidos, lugares para el confortable acomodo del botín de la criminalidad organizada sin los cuales las mafias de la droga y las armas y las bandas especializadas en la evasión fiscal y el blanqueo tendrían la vida mucho más difícil?

Esa clausura sólo depende de los Estados. ¿Por qué no lo hacen?

Y para terminar, ¿por qué no volvemos a la propuesta del Premio Nobel de Economía James Tobin en 1983, de crear una tasa del 0,5% sobre todas las transacciones financieras para limitar la atractividad de lo financiero y con su producto alimentamos un Fondo para el logro de los Objetivos del Milenio?