ALICANTE.-
La Brigada de Homicidios de la Policía Nacional, adscrita a la
Comisaría Central de Alicante, ha tenido unas vacaciones navideñas sin
días libres para sus efectivos. Miembros de esta unidad policial han
estado vigilando, y todavía vigilan con mucho celo y dedicación casi
exclusiva, un chalé del extrarradio de Alicante donde habitaría el
principal sospechoso, por presunto autor intelectual del asesinato de
María del Carmen Martínez, viuda del expresidente de la CAM, Vicente
Sala, fallecido hace ahora hace cinco años.
Según
fuentes de la investigación, numerosas personas del entorno de la
víctima siguen desfilando de forma repetida y cierta frecuencia por
Comisaría -caso de sus tres yernos e hijas, su hijo Vicente así como
Toñi, su única hermana, entre otros amigos y empleados- mientras por
primera vez lo hacen asesores profesionales de María del Carmen, como el
conocido abogado y profesor universitario, Antonio Moreno Cánoves, a
quien, según la prensa local, aquella le habría manifestado tener miedo y
temer por su vida pocos días antes del crimen, y otros varios, tanto de
una parte como de otra de esta familia dividida por el dinero, para
tratar de hallar luz enmedio de sus fuertes desavenecias de los últimos
meses.
También
se ha llamado a declarar tres veces al párroco de la iglesia de la
Santa Cruz, adonde la viuda solía acudir cada sábado a confesarse, tras
lo que éste dijo en la homilía de la misa corpore in sepulto
sobre las confidencias de María del Carmen con el sacerdote fuera del
confesionario mientras se sigue analizando en contexto lo expresado en Facebook,
poco después de los hechos, por uno de sus nietos, de 20 años, con el
que, al parecer, María del Carmen no se llevaba muy bien debido a
determinada circunstancia personal de su joven descendiente.
Igualmente, compañeros y monitores del Club Atlético 'Montemar'
-que preside su hijo Vicente y María del Carmen tenía a un tiro de
piedra de su casa- adonde la asesinada acudía por las tardes al
gimnasio, han sido interrogados tras conocerse que la víctima se
sinceraba con varios de ellos desde hace meses enmedio de una depresión
sufrida desde la muerte de su marido y que le había hecho ganar mucho
peso debido al tratamiento farmacológico para combatirla. También se ha
llamado a declarar a dos matrimonios que formaban el núcleo duro de las
amistades personales de Vicente y María del Carmen desde hace muchos
años.
Desde
la reconstrucción antes de Navidad de los hechos en el lugar del crimen
- un concesionario de automóviles propiedad de la víctima y al que ésta
acudía rutinariamente casi todos los viernes para recoger la
recaudación del efectivo de toda la semana -, los resultados de la
investigación se aceleraron y las líneas abiertas se redujeron hasta
quedar concentradas básicamente en una de las hipótesis más probables,
sin descartar la aparición de sorpresas de última hora, tras confirmarse
prácticamente la del sicario contratado en el exterior para ejecutar
materialmente el asesinato, probablemente tan deseado por otro, o por
otros, ya que se abre paso la sospecha algo sólida de la comandita
intelectual, muy por encima de la de una sola mente asesina, eso sí, con
residencia habitual en Alicante.