Así se ha puesto de manifiesto en un encuentro de Propeller con los medios de comunicación, en el que su presidente, Alfredo Soler, ha explicado que MSC está en contacto con el Ayuntamiento de Valencia, que anunció que la licencia para el proyecto de MSC en la zona estará lista en el primer trimestre de este año "para que empiecen las obras".
"No creo que ningún proyecto pueda quedar bloqueado cuatro años a nivel jurídico, tiene que haber un bloqueo político y de voluntades. Este bloqueo político ya se ha superado, estamos esperando el dictamen judicial pero ya no depende de un freno político como en los años anteriores", ha apuntado Soler.
A este respecto, la vicepresidenta segunda de la asociación y también branch manager en MSC, Carolina Lorente, ha añadido que "sentirse escuchado ya es un avance sustancial, que el Ayuntamiento se involucre, se manifieste, poder dirigirnos a alguien".
"La ZAL es una necesidad para nuestros clientes.
No es solo una reivindicación de MSC, es una reivindicación del Puerto
de Valencia y de las empresas del entorno del Puerto de Valencia".
En ese mismo sentido, desde la directiva de Propeller han afirmado
que hay otras empresas además de MSC que tienen proyectos y planes de
obra en el recinto y "están esperando la licencia para poder poner el
primer ladrillo". En cuanto se desbloquee la situación de la ZAL, han
afirmado que la construcción privada irá "rapídisimo" y podrán
instalarse en "cuestión de meses".
También desde la directiva
de la asociación, Antonio Crespo (Valencia Terminal Europa) ha afirmado
que "cuando se ponga en marcha se va a llenar enseguida" y que "se va a
quedar corta muy rapido". No obstante, ha lamentado que "muchos
proyectos se marcharon de Valencia porque no podían esperar más".
Iniciativas que, según el sector, serían muy difíciles de recuperar
porque ya se han establecido en otros clusters.
A nivel de la
administración autonómica, Propeller centra sus peticiones en el
desarrollo de infraestructuras intermodales como Fuente de San Luis y
las necesidades de descongestión en las entradas al Puerto y el área
metropolitana, en especial la V-30 y V-31.
En este sentido,
sobre el acceso norte, Soler ha subrayado que "sigue siendo de vital
importancia" para la asociación, aunque "ha llegado a un punto de
politizarse tanto que es hasta contraproducente seguir presionando más"
por su parte.
Otras de
las cuestiones que han puesto sobre la mesa desde Propeller son las
consecuencias de la crisis del mar Rojo, la posición estratégica del
Puerto de Valencia para canalizar tráfico desviado y, dentro de los
correspondientes sobre costes económicos que implica esta coyuntura, los
efectos que puede tener el nuevo sistema de comercio de derechos de
emisiones (ETS).
Soler ha expuesto que, con la interrupción de
tráficos por el canal de Suez, el Mediterráneo se ha convertido en un
"mar con fondo" y que los grandes barcos de transbordo pueden quedarse
en las zonas más occidentales y elegir puertos hub de descarga para la
posterior distribución de mercancías en barcos más pequeños (feeder),
una opción más contaminante.
Ante esta situación, Propeller
ha encargado un estudio a la Universidad de Amberes --cuyas conclusiones
prevé tener en breve-- con la comparativa de elegir el Puerto de
València frente a otros para la canalización de las mercancías de países
asiáticos que deben distribuirse en Europa.
La asociación ha defendido
la posición estratégica de Valencia y pretende promocionarlo como punto
de entrada a Europa para los buques que dan la vuelta por el cabo de Buena
Esperanza. Propeller espera que la situación del transporte marítimo se
regularice "poco a poco", aunque pensaba que a estas alturas ya se
habría normalizado.
Soler ha mostrado la preocupación porque la situación de la logística
"afecta muy duramente a la falta de competitividad de las industrias
locales" y, especialmente, las empresas exportadoras valencianas y la
industria cerámica, con cadenas de suministro afectadas, aumento del
tiempo de tránsito de mercancías y sobre costes.
Sobre estos
sobre costes, ha criticado que el ETS "suma encima más sobrecostes" y
resta competitividad al gravar las paradas de los buques en puertos
europeos. "Es una piedra en el camino que en Europa nos estamos tirando
sobre nuestro propio tejado" y que supondrá más millas de navegación y
emisiones al intentar evadir los puertos europeos, ha avisado.
Propeller ha puesto el foco en los efectos que todo esto y la guerra en
Ucrania tienen sobre la industria gasintensiva cerámica, ya que el
azulejo es el principal cliente del puerto y "lo está pasando fatal",
con sobre costes de más de 1.800 millones de euros según Ascer. Desde el
sector portuario lo están "notando", sobre todo en las exportaciones, ha
comentado Soler.
Por otro lado, el presidente de Propeller ha
señalado que las nuevas alianzas entre navieras "dibujan un panorama
totalmente nuevo a partir de 2025" y que "peligra" la permanencia de
algunas compañías en el Puerto de Valencia debido a estos movimientos.
Frente a ello, ha abogado por "fidelizar" a las empresas. Para los directivos logísticos, "no nos podemos dormir ni nos podemos parar, o el Puerto sigue evolucionando o te quedas fuera del partido", han advertido.