"Los grandes pilares económicos de la Comunitat Valenciana son sectores bastante vulnerables en el contexto español y en el contexto europeo" porque ya no pueden competir en costes con los de otros países y esto está "debilitando el tejido productivo".
La solución, para
este experto, pasa por generar un sistema innovador a través de una
serie medidas sobre el capital humano, la conectividad con las ideas y
la facilitación de la inversión.
Rodríguez-Pose, que es asesor
habitual de organismos internacionales como la Comisión Europea, el
Banco Mundial o el Banco Europeo de Inversiones, participará el jueves 9
de mayo en la novena edición del Foro Cañada Blanch, que también
dirige, y donde se abordará la pérdida de posicionamiento de la UE
frente a competidores como EEUU, China y la India.
Antes ha concretado el posicionamiento de la
Comunitat Valenciana en esta coyuntura global.
El experto ha
advertido que la Unión Europea tiene "un problema importante, no en
generar conocimiento sino innovación", y que se ha apostado por "campos
en los que hay más dificultades en que se haga la transmisión a las
empresas".
Se invierte más en investigación básica y menos aplicada.
Además, ha señalado que hay "barreras institucionales importantes que
impiden" este traslado de conocimiento, "faltan fondos de capital que
favorezcan la innovación", "hay más barreras para que se invierta en
innovación aplicada y en innovación dentro de las empresas" y faltan
grandes grupos de empresas.
España "ha conseguido reducir
algo la brecha en el campo del conocimiento", "hemos tenido unas
políticas sobre todo basadas en investigación, pero muy pocas
verdaderamente de innovación", y esa brecha sí ha aumentado con el resto
del Mundo e incluso con Europa.
"Tenemos grandes dificultades en
transformar la innovación y las empresas españolas, con excepciones,
están perdiendo peso en la en la competencia", ha lamentado.
Dentro de ese marco, la Comunitat Valenciana cuenta con
investigadores de "primerísmo nivel" pero no "suficientes" respecto a su
peso poblacional.
"El sistema innovador de la Comunitat
Valenciana está basado en empresas de pequeño y mediano tamaño" en
sectores "muy tradicionales" que han visto cómo en las últimas décadas
la ventaja comparativa que tenían, "basada en costes más baratos de la
mano de obra, no se ha podido mantener".
"Esto ha debilitado el tejido
productivo de la Comunitat Valenciana y su capacidad innovadora", ha
advertido.
De este modo, "en la Comunitat Valenciana los
sectores tradicionales han sufrido mucho porque se han enfrentado a un
mercado cada vez más integrado, en el que ha habido empresas más
innovadoras en otras partes del Mundo, pero sobre todo ha habido
empresas que han producido el mismo producto cada vez de mayor calidad y
a un coste menor".
La pérdida de competitividad en España se
ha dado "sobre todo en las empresas más tradicionales, donde se ha
invertido menos en investigación, donde en un primer momento no se ha
utilizado un mayor nivel de capital humano o no ha podido utilizar todo
su potencial, y que se han quedado ancladas en el pasado".
Entre las industrias afectadas, cita el textil, el calzado, el juguete o
la cerámica, que tienen especial peso en el tejido económico de la
Comunitat Valenciana. "El sector de la cerámica hace dos décadas
prácticamente no tenía competitividad en ninguna parte del Mundo. Hoy en
día la situación es muy distinta", ha lamentado.
Como
excepción en todo esta tendencia se ha referido a Mercadona, "que es una
empresa muy innovadora en un sector muy tradicional y que ha conseguido
un hueco importante mediante sistemas de innovación que son bastante
novedosos en el campo, por ejemplo, de la distribución de alimentos".
"No se puede apostar por la rebaja de costes, sino por la
innovación" y por mecanismos de comunicación entre los centros
generadores de conocimiento y la aplicación de esos conocimientos a las
empresas, ha defendido Rodríguez-Pose.
Frente a esta pérdida de competitividad, Andrés Rodríguez-Pose
propone tres tipos de medidas para crear un ecosistema innovador.
Un
primer pilar sería la mejora de la calidad de la mano de obra, con
formación universitaria "en sectores que puedan contribuir a la mejora
de los sectores productivos valencianos"; "buenos técnicos de formación
intermedia que sean claves para la asimilación de la innovación" y la
formación continua dentro de las empresas para que puedan adaptarse a
los cambios.
En este mismo sentido, ha defendido que se debe
crear "un sistema de apoyo a la innovación" y apostar por "políticas de
innovación" que no sean "puramente de investigación"; también crear un
vínculo entre los sistemas de formación, los de apoyo a las empresas y
los sectores "en los que la Comunitat Valenciana tiene potencial y puede
transformarlo".
El segundo pilar de las actuaciones que
plantea es el de "la conectividad con el resto del Mundo, es decir,
exponer a las empresas valencianas y la mano de obra a ideas que vienen
de fuera", creando vínculos entre centros de investigación y empresas,
ya sean de dentro de la Comunitat o fuera.
En tercer lugar,
"desde un punto de vista más institucional" ha apostado por la creación
de incentivos y apoyos para facilitar la inversión y la innovación
dentro de las empresas, con fondos que puedan invertir en ellas e
incentivos de carácter fiscal para que "se desgrave mucho más la
reinversión de las empresas en innovación".
Respecto a cómo
puede influir la infrafinanciación de la Comunitat Valenciana en generar
estos incentivos, el catedrático ha remarcado que "la política de
innovación, generalmente es nacional" y "siempre se tiene la tendencia a
pensar que, para innovar más, se necesita mucho más dinero".
"A veces
sí y a veces no. Lo que se necesita es utilizar el dinero que se tiene
de manera mucho más adecuada", ha puntualizado, antes de indicar que la
financiación concreta de la Comunitat Valenciana no es su ámbito de
especialización.
Rodríguez-Pose ha advertido sobre la
importancia de generar pymes más innovadoras. "Si nos centramos en cómo
fomentar solo cuatro o cinco grandes empresas, esto te crea un problema:
estás intentando apostar desde arriba en empresas que a lo mejor pueden
funcionar o a lo mejor no funcionan y dentro del campo europeo, no van a
estar distribuidas por todo el territorio, sino que van a estar en
cuatro sitios".
"En un
mundo en el que España no puede competir en costes, si no competimos en
capacidad innovadora, vamos a tener dificultades en el futuro para
encontrar el dinamismo que es necesario para mantener la calidad de vida
que tenemos", ha avisado.
El economista ha expuesto que la
pérdida de competitividad en innovación "va a afectar a la vida de la
población a medio y largo plazo, porque para "conseguir mantener" un
estado de bienestar tan "avanzado", y que se basa "sobre todo en unos
niveles altos de imposición", "hay que tener --sobre todo en vista del
envejecimiento de la población europea- empresas cada vez más
competitivas.
Y la única forma de que las empresas europeas sean competitivas es apuntando alto y siendo mucho más innovadores. Si no lo conseguimos, vamos a tener problemas".