MADRID.- Cada una tiene su Parlamento, algunas incluso su propio idioma oficial... pero las Comunidades Autónomas españolas tienen sobre todo una gran autonomía financiera y una enorme deuda, suficiente como para preocupar a los mercados, pese a los esfuerzos para que adopten el rigor. El déficit fiscal de numerosos gobiernos regionales es una de las razones que da la agencia Moody's para amenazar con bajar la nota de España.
Como lo destacaba irónicamente el diario económico Expansión el jueves "las comunidades han pasado de un mundo feliz en el que concentraban poder y dinero, a un territorio hostil dominado por facturas pendientes de pago, la espiral de la deuda y la sequía de ingresos".
Las 17 comunidades autónomas se aprovecharon al máximo del boom inmobiliario antes de que estallara en 2008.
"Han realizado un gasto suntuoso, excesivo, no necesario", gracias a los ingresos del sector de la construcción en los años anteriores a la crisis, cuenta Rafael Pampillon, economista del Instituto de Empresa Business School de Madrid.
Ya no cuentan con estos ingresos en medio de un crecimiento económico mediocre del 0,3% en el primer trimestre y un desempleo del 20,89%, el doble que la media europea.
Mientras el Estado central ha hecho sus deberes aplicando varios planes de austeridad estos últimos años, no se puede decir lo mismo de los gobiernos regionales: en 2009, 14 incumplieron el objetivo del déficit dictado por Madrid y al año siguiente, 9.
El gobierno les ha exigido un déficit del 1,3% en 2011 y del 1% para 2014, pero Cataluña ha elaborado un presupuesto que contempla un déficit del 2,66% este año, el de Castilla La Mancha supera ya el 6% y Extremadura ha admitido que es incapaz de respetar el objetivo.
"Las Comunidades Autónomas se mueven mucho por sus propios intereses" y piensan que en caso hipotético de suspensión de pagos por el Estado, "no les vaya a afectar", dice Gonzalo Gómez Bengoechea, profesor de IESE Business School.
Esto puede comprometer el objetivo del gobierno de reducir el déficit global al 3% en 2013.
Las agencias de calificación miran con lupa su endeudamiento acumulado, de 121.000 millones de euros. Las peores alumnas son Valencia (17,4% de su PIB) y Cataluña (17,2%).
Desde las elecciones municipales de mayo, el problema ha adquirido un cariz político: con la mayoría de las regiones dirigidas ahora por el Partido Popular (PP), éste presiona al gobierno socialista y espera convertirlo en arma de su campaña electoral para los comicios de noviembre.
Las Autonomías deben devolver al Estado una parte del dinero que éste le adelanta para llevar a cabo las competencias que les ha transferido. La factura supera los 23.000 millones de euros. Han pedido, en vano, poder devolverlo en diez años, en vez de los cinco previstos.
Para mostrar su buena voluntad, se comprometieron el miércoles a limitar su presupuesto. La idea, explica el gobierno, es no volver a repetir los errores del boom inmobiliario, aprendiendo a gastar menos incluso en periodo de prosperidad.
Pese a ello, los economistas son críticos: las finanzas regionales "van a seguir siendo un motivo de preocupación" para los mercados, predice Bengoechea, que pide al Estado que sea "más duro".
No hay comentarios:
Publicar un comentario