MADRID.- El expresidente del Gobierno José Luis
Rodríguez Zapatero asegura que "nunca" habló con el exvicepresidente
económico y expresidente de Bankia, Rodrigo Rato, sobre la marcha
de la entidad, aunque ha eludido comentar las palabras del 'popular'
ante la Audiencia Nacional mientras la investigación judicial sobre este
asunto siga abierta.
En una entrevista en La Sexta, Zapatero ha rechazado hacer una valoración sobre la declaración realizada por Rato ante el juez Fernando Andreu,
atribuyendo al Banco de España la fusión de las siete cajas de ahorros
que formaron Bankia. Rato afirmó que fue el gobierno socialista el que
forzó la salida a Bolsa de la entidad y responsabilizó al Ejecutivo
actual de haber provocado la reformulación de las cuentas al aprobar en
febrero de 2012 el decreto sobre el saneamiento de los activos
inmobiliarios en el sector financiero.
"No quiero hacer una valoración sobre declaraciones que no sé cómo
se han producido. No dudo de las referencias periodísticas, pero hasta
que no vea las declaraciones de manera exacta no me gustaría hacer una
valoración. Esperemos a ver qué dice la Audiencia Nacional, porque no me
quiero precipitar, mucho más estando la cuestión en manos de la
justicia", ha dicho.
En cualquier caso, Zapatero sí ha afirmado de forma categórica que "en ningún momento" habló con Rato sobre el estado de Bankia, dado que fue "siempre muy respetuoso con la independencia"
de las diferentes instituciones, incluyendo los organismos reguladores
como el Banco de España o la Comisión Nacional del Mercado de Valores
(CNMV), sobre los que algunos echan ahora tierra responsabilizándoles de
la crisis de algunas entidades.
"Esto es algo que tiene su lado bueno y su lado negativo: hay
informaciones sobre cosas del Banco de España que estoy conociendo
ahora, porque nuestro modelo es de una independencia muy clara (de los
supervisores)", ha afirmado.
Esto plantea, a su juicio, una "paradoja, una contradicción"
sobre la que los poderes públicos deberían "reflexionar" ya que
"quienes tienen encargada la vigilancia parece que no cumplían la tarea
con todo el rigor o anticipación, pero al final la responsabilidad final
es del Gobierno".
"Hay una cierta asintonía: tenemos unos organismos reguladores
para que el Gobierno no intervenga en la economía, un principio que
todos hemos abrazado, pero luego, si hay fallos, la responsabilidad
final es del Gobierno. Es una paradoja que tenemos por delante", ha
insistido.
Finalmente, se ha reafirmado en su idea de que en 2008 el sistema financiero español "gozaba de una salud que nadie puede cuestionar"
como a su juicio demuestra el hecho de que España no tuvo que inyectar
dinero en ninguna entidad como sí hicieron otros países, y ha lamentado
que ahora se juzguen sus decisiones de forma "retrospectiva".
"La crisis del sistema financiero no se puede ver como una foto
estática, sino que tiene una evolución. Lo que ha pasado en una parte
del sistema es que se han deteriorado los canales de financiación, la
economía y las expectativas, con lo que algunas entidades han perdido
solvencia. Y, además, se les ha ido exigiendo más solvencia de lo que
eran inicialmente los parámetros. Sé que esa frase (de que nuestro
sistema financiero estaba en la Champions League) se ha criticado, pero
hasta líderes europeos lo dijeron. Lo que sucede es que la crisis ha
sido muy dura y muy larga", ha zanjado.
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