BRUSELAS/MADRID.- Un consumidor amante del arroz decide comprar en un supermercado una
paella lista para consumir en cuyo envase se lee "paella valenciana",
pero el arroz que contiene proviene de China: es un caso hipotético pero
puede ser real, y la Unión Europea quiere ponerle fin al considerarlo
engaño.
Lo mismo podría pasar si adquirimos un lambrusco que en su etiqueta indica italiano, pero la uva usada es de otro país.
Son prácticas que tienen los días contados porque el próximo 1 de abril entra en vigor en la Unión Europea una serie de pautas con el fin de atajar la "información alimentaria engañosa" y que induce a error al consumidor, según indican los reglamentos consultados por Efeagro.
Básicamente, lo que quiere el ordenamiento europeo es que aquellos alimentos que en su envase o etiquetado indiquen un país de origen o procedencia detallen también la procedencia de su ingrediente primario o principal si es diferente.
El reglamento es breve, apenas tres folios, y en él se especifica cómo se indicará la procedencia de ese ingrediente, lo que se puede hacer con referencias como "UE", "fuera de la UE" o "UE y fuera del a UE", entre otros.
También se puede optar por indicar que el ingrediente primario no es originario del país de procedencia del alimento.
Esa brevedad de la norma ha hecho que la propia Comisión haya publicado un documento ampliatorio, con preguntas y respuestas, que resuelve dudas.
Hay muchos detalles y algunos curiosos, como que este reglamento no tienen que cumplirlo alimentos que indican literalmente un origen pero son tan famosos a nivel mundial que el consumidor ya no los asocia a su origen, como es el caso de la salchicha de Fráncfort.
Tampoco es necesario, por el momento, que se adhieran a la norma marcas registradas con indicaciones de procedencia, aunque la UE se reserva la opción de adoptar disposiciones específicas posteriores.
La UE considera que los consumidores no asocian con el origen de un alimento expresiones como "envasado en", por lo que ese etiquetado sale de la norma, pero, sin embargo, sí tendrán que indicar el origen del ingrediente primario los que usen la fórmula "hecho en" o "producido en".
El uso de símbolos nacionales, los colores de una bandera, monumentos, paisajes y hasta personas famosas en el envase de un alimento son indicadores del origen y, por consiguiente, se ve afectado por la normativa comunitaria.
No obstante, en ese último caso, la norma es más laxa y permite que se evalúe cada caso independientemente para valorar si es necesario o no detallar el origen del ingrediente principal.
Los productos con indicaciones geográficas protegidas (IGP o DOP) reconocidos por el Derecho comunitario no tienen que aplicar la norma.
Desde la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), su director de Política Alimentaria, Nutrición y Salud, Enrico Frabetti, valora el reglamento si la nueva información “aporta valor añadido”.
Pide "sentido común” a la hora de aplicar la norma, porque el texto final es “complicado” y da lugar a “más preguntas que respuestas”.
FIAB se ha reunido con la Administración y empresas interesadas para avanzar en su aplicación: “Habrá que tener un poco de paciencia entre todos porque hay muchos casos particulares y dudas”, indica Frabetti, quien no cree que haya un sector alimentario más afectado que otro.
El portavoz de la federación de consumidores (Facua), Rubén Sánchez, pone el foco en la necesidad de cumplir la ley, porque, "que entre en vigor no significa que la vayan a cumplir".
"La lentitud y la falta de inspecciones por parte de las administraciones pueden hacer que haya empresas que se salten alegremente esta nueva legislación", ha incidido.
Desde la industria cárnica también se han pronunciado sobre el nuevo reglamento, en concreto el responsable del área técnica y regulatoria de la Federación Empresarial de Carnes e Industrias Cárnicas (Fecic), Ignasi Pons, quien detalla que ya se aplica ese etiquetado del origen en las carnes pero no en los transformados cárnicos.
Pone en valor que el reglamento sirva para “no confundir” al consumidor y cree que afectará más a los pequeños productores.
Lo mismo podría pasar si adquirimos un lambrusco que en su etiqueta indica italiano, pero la uva usada es de otro país.
Son prácticas que tienen los días contados porque el próximo 1 de abril entra en vigor en la Unión Europea una serie de pautas con el fin de atajar la "información alimentaria engañosa" y que induce a error al consumidor, según indican los reglamentos consultados por Efeagro.
Básicamente, lo que quiere el ordenamiento europeo es que aquellos alimentos que en su envase o etiquetado indiquen un país de origen o procedencia detallen también la procedencia de su ingrediente primario o principal si es diferente.
El reglamento es breve, apenas tres folios, y en él se especifica cómo se indicará la procedencia de ese ingrediente, lo que se puede hacer con referencias como "UE", "fuera de la UE" o "UE y fuera del a UE", entre otros.
También se puede optar por indicar que el ingrediente primario no es originario del país de procedencia del alimento.
Esa brevedad de la norma ha hecho que la propia Comisión haya publicado un documento ampliatorio, con preguntas y respuestas, que resuelve dudas.
Hay muchos detalles y algunos curiosos, como que este reglamento no tienen que cumplirlo alimentos que indican literalmente un origen pero son tan famosos a nivel mundial que el consumidor ya no los asocia a su origen, como es el caso de la salchicha de Fráncfort.
Tampoco es necesario, por el momento, que se adhieran a la norma marcas registradas con indicaciones de procedencia, aunque la UE se reserva la opción de adoptar disposiciones específicas posteriores.
La UE considera que los consumidores no asocian con el origen de un alimento expresiones como "envasado en", por lo que ese etiquetado sale de la norma, pero, sin embargo, sí tendrán que indicar el origen del ingrediente primario los que usen la fórmula "hecho en" o "producido en".
El uso de símbolos nacionales, los colores de una bandera, monumentos, paisajes y hasta personas famosas en el envase de un alimento son indicadores del origen y, por consiguiente, se ve afectado por la normativa comunitaria.
No obstante, en ese último caso, la norma es más laxa y permite que se evalúe cada caso independientemente para valorar si es necesario o no detallar el origen del ingrediente principal.
Los productos con indicaciones geográficas protegidas (IGP o DOP) reconocidos por el Derecho comunitario no tienen que aplicar la norma.
Desde la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), su director de Política Alimentaria, Nutrición y Salud, Enrico Frabetti, valora el reglamento si la nueva información “aporta valor añadido”.
Pide "sentido común” a la hora de aplicar la norma, porque el texto final es “complicado” y da lugar a “más preguntas que respuestas”.
FIAB se ha reunido con la Administración y empresas interesadas para avanzar en su aplicación: “Habrá que tener un poco de paciencia entre todos porque hay muchos casos particulares y dudas”, indica Frabetti, quien no cree que haya un sector alimentario más afectado que otro.
El portavoz de la federación de consumidores (Facua), Rubén Sánchez, pone el foco en la necesidad de cumplir la ley, porque, "que entre en vigor no significa que la vayan a cumplir".
"La lentitud y la falta de inspecciones por parte de las administraciones pueden hacer que haya empresas que se salten alegremente esta nueva legislación", ha incidido.
Desde la industria cárnica también se han pronunciado sobre el nuevo reglamento, en concreto el responsable del área técnica y regulatoria de la Federación Empresarial de Carnes e Industrias Cárnicas (Fecic), Ignasi Pons, quien detalla que ya se aplica ese etiquetado del origen en las carnes pero no en los transformados cárnicos.
Pone en valor que el reglamento sirva para “no confundir” al consumidor y cree que afectará más a los pequeños productores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario