MADRID.- Tres errores explican la
cancelación del Mobile World Congress (MWC) de Barcelona. Tres errores y
la inacción política. Esta es la conclusión de los analistas que Juan
García, editor de finanzas.com, ha reunido.
Primera equivocación: error de cálculo. Los organizadores no supieron
anticiparse al caos que ha originado el coronavirus; restaron
importancia a las primeras señales de resistencia que se les trasladó
desde los participantes. Ni siquiera los responsables del MWC
reaccionaron con certeza cuando se confirmaron las primeras
cancelaciones.
Segunda equivocación: error de dimensionamiento. El primer desliz los
llevó a plantear medidas inocuas dada la dimensión del problema. Se
esperaban 35.000 congresistas procedentes de países expuestos
directamente al coronavirus. GSMA no planteó garantías dimensionadas a
esa escala. A partir de ahí, se precipitaron los hechos hasta que la
avalancha de errores fue incontrolable.
Tercera equivocación: error de comunicación. La organización del MWC
aplicó una directriz comunicativa cuyos efectos nocivos hace años que
están documentados. Negar el problema o intentar aplazarlo no lo
soluciona. Además, traslada a la opinión pública y a otros grupos de
interés, en el mejor de los casos, un halo de opacidad poco asimilable.
Los tres errores anteriores están sazonados por la inacción política. Particularmente de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.
Pero no es la única: ni Generalitat ni Gobierno central supieron
gestionar la crisis que se les echaba encima en forma de Mobile World
Congress. La mayor evidencia de esta falta de reflejos se encuentra en
Ámsterdam. Allí, los gestores públicos supieron ofrecer las garantías
necesarias para que su “pequeño mobile” se celebre.
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