BRUSELAS.- España podría necesitar la liquidación de uno de sus
bancos rescatados, dijo el miércoles el comisario europeo de
Competencia, Joaquín Almunia, añadiendo que la liquidación de un banco
es preferible si los costes de rescatarlo son demasiado altos para los
contribuyentes.
España, cuya banca va a ser rescatada por los socios
europeos por hasta 100.000 millones de euros, está esperando a la
aprobación final de la Comisión Europea para la reestructuración de tres
bancos nacionalizados -- NCG Banco (Novagalicia), Catalunya Caixa (CX) y
Banco de Valencia.
La también nacionalizada Bankia todavía tiene que solicitar aprobación formal para su plan de recapitalización.
"Si no me equivoco, uno de los tres, según las
intenciones de las autoridades españolas, está encaminado hacia una
liquidación para que no sea una preocupación constante tras la
reestructuración", dijo Almunia durante una entrevista en la
que no identificó las entidades.
"En cada análisis de cada institución financiera
siempre intentamos estimar el coste alternativo de una liquidación",
dijo Almunia, que está a cargo de hacer cumplir las normas de ayudas
estatales.
Una portavoz de Economía respondió a las declaraciones
de Almunia señalando que "el Gobierno español no tiene intención de
liquidar ninguna entidad financiera y reitera que su objetivo es sanear,
recapitalizar y privatizar las que se encuentran bajo tutela del
Estado".
De las tres entidades mencionadas por Almunia, Banco de
Valencia es la que dispone de una red y un volumen de depósitos más
bajo y la más barata en términos de liquidación.
Banco de Valencia, que en su día ya fue abandonada a su
suerte por su accionista BFA-Bankia, contaba con activos a marzo de
21.646 millones de euros y declara depósitos de clientes de 11.583
millones de euros con 427 oficinas y 2.200 empleados.
NCG Banco cuenta con 1.049 oficinas y 6.300 empleados y
gestiona depósitos de 46.677 millones de euros. CX, con activos de
75.000 millones de euros, tiene 1.200 oficinas y 7.184 empleados.
"Si los costes de liquidación son menores para los
contribuyentes que el rescate y reestructuración de una institución,
optamos por una liquidación. Optamos por una liquidación ordenada de la
entidad", dijo Almunia.
Intervenido en noviembre de 2011, un día después de las
elecciones generales, Banco de Valencia recibió el compromiso del
estatal FROB de aportarle 1.000 millones de euros en capital y 2.000
millones en una línea de crédito.
Además, los dos últimos decretos de saneamientos
inmobiliarios establecen unas necesidades de 1.800 millones de euros
brutos.
Las necesidades estimadas para CX rondan los 4.500 millones de euros y las de NCG, 4.400 millones de euros.
Tras declarar pérdidas de más de 800 millones de euros
en 2011, Banco de Valencia registró un quebranto de 189 millones de
euros con un margen de intereses de 65 millones que puso de manifiesto
que por cada euro ingresado perdía tres. Además, el agujero de Banco de
Valencia ha sido uno de los que más repercusión social ha tenido y el
estatal FROB ha presentado una denuncia ante la Audiencia Nacional
contra la antigua cúpula directiva del banco por supuestas
irregularidades en la gestión.
Representantes de las tres entidades nacionalizadas,
cuyos procesos de subasta se aplazaron recientemente poco antes del
anuncio de una auditoría independiente al sector bancario nacional,
negaron estar en un proceso de liquidación.
En el momento del aplazamiento de las subastas, el
ministro de Economía, Luis de Guindos, dijo que el caso del banco
valenciano era "distinto" al de las otras dos entidades, dado su menor
tamaño.
La idea de liquidación de una entidad está en línea con
lo recomendado por la Unión Europea para la concesión de ayudas al
sector en casos de entidades no viables.
"Una liquidación ordenada o el troceo de los activos de
un banco fallido siempre deberían considerarse cuando un banco no pueda
volver de manera creíble a la viabilidad a largo plazo", indica la
normativa europea.
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