Vinós ha centrado sus esfuerzos en el segundo proceso, basándose en las investigaciones previas de otros científicos como Richard Lindzen, del Instituto Tecnológico de Massachusetts, quien ya en la década de los 90 advirtió de la importancia del transporte de calor para el cambio climático. Recientemente, el Lindzen hizo notar que el cambio climático se manifiesta sobre todo en los cambios en la diferencia de temperatura entre los trópicos y los polos.
Vinós defiende, basándose en los trabajos de multitud de científicos climáticos, datos de indicadores climáticos y mediciones por satélite, que los cambios que están teniendo lugar en la cantidad de calor transportado están causando un cambio climático natural. "Diferencias en el transporte de calor dan como resultado regímenes climáticos que duran décadas," expone.
"Dichos regímenes cambian de uno a otro de forma abrupta, como ocurrió en 1997, cuando tuvo lugar el último cambio que ha dado lugar al calentamiento del Ártico".
De la misma opinión e Anastasios Tsonis, de la Universidad de Wisconsin-Milwaukee, que considera que el clima se organiza en redes de subsistemas, y los regímenes climáticos y sus cambios abruptos serían el resultado de cambios inducidos por el caos en la forma no lineal en que dichos subsistemas se acoplan.
Así pues, según la hipótesis de Vinós, el calentamiento del Ártico en las pasadas décadas sería en gran parte natural, lo que explica que en los últimos 17 años la extensión del hielo marino en el Ártico no haya descendido a pesar del aumento en las emisiones de CO2 de origen humano.
Dicha hipótesis de un cambio climático natural fue expuesta en un libro académico publicado el año pasado, donde fue bautizada como "la hipótesis del portero de invierno". Ahora se detalla en un libro dirigido al gran público, Resolviendo el Puzzle Climático.
"Esta nueva hipótesis no niega que el aumento de CO2 produzca parte del calentamiento, y de hecho también está basada en el efecto de invernadero," aclara Vinós. "Pero al tener que hacer sitio al cambio climático natural se reduce la importancia del cambio climático de origen humano".
La nueva "hipótesis del portero de invierno" destaca que el Sol ha jugado un papel fundamental en el calentamiento experimentado durante el siglo XX, durante el que tuvo lugar un prolongado aumento de la actividad solar.
"Los científicos llevan 50 años desentrañando el efecto de las variaciones solares en la estratosfera y cómo este efecto se comunica a la superficie, incluyendo cambios en la velocidad de rotación de la Tierra," dice Vinós. "Yo sólo he añadido el efecto que tiene sobre el transporte de calor desde los trópicos hasta los polos, especialmente el Ártico. A través de este efecto, el Sol cambia el clima".
Willie Soon, científico del Centro de Astrofísica del Harvard-Smithsonian y del centro de investigación CERES, también ha defendido recientemente en un artículo, junto con otros 19 científicos de doce países, que el papel del Sol en el calentamiento global ha sido mal calculado por el IPCC.
El error del IPCC
En cuanto a la hipótesis defendida por el IPCC de que esencialmente todo el calentamiento desde 1850 es el resultado de la actividad humana, Vinós señala que "sabemos, porque así lo indican los indicadores climáticos y los glaciares, que el mundo se ha estado calentando a buen ritmo desde 1820 al menos. Entre esa fecha y 1945 se produjo más de la mitad del calentamiento que ha experimentado el planeta, al tiempo que se emitió menos del 10% del CO2 que la Humanidad ha producido gracias a la revolución industrial. Es absurdo pretender, como hace el IPCC, que no ha habido un fuerte componente natural en el calentamiento global. La evidencia lo demuestra. No hay razón para pensar que dicho componente ha dejado de actuar".
Según Vinós, el calentamiento de los últimos doscientos años tiene un fuerte componente natural, tal y como muestra el siguiente gráfico, donde se incluye el retroceso global de los glaciares y fotografías antiguas del glaciar del Ródano en Suiza; además, cambios en la temperatura deducidos de anillos de los árboles e indicadores climáticos muestran las fases del clima comparadas con el fuerte aumento de las emisiones de CO2 desde 1950; y la actividad solar, indicando el máximo moderno del siglo XX.
"El erróneo consenso está demasiado establecido y sólo los ciudadanos pueden hacer algo. Ellos pagan con sus impuestos tanto la investigación como el IPCC. Deben pedir a sus representantes políticos que exijan al IPCC, un organismo de la ONU, la imprescindible neutralidad que debe guiar la investigación científica y considerar debidamente todas las hipótesis, que es como funciona la ciencia. Espero que mis investigaciones y mi libro ayuden a ello y redunden en una mejor comprensión de la ciencia para beneficio de la sociedad".
Vinós, un experto en el cambio climático natural, es uno de los autores que contribuyeron al reciente volumen Las Opiniones Congeladas del IPCC sobre el Clima. En concreto, escribió el primer capítulo analizando el clima del Holoceno, el actual interglaciar, mostrando las pruebas de que el clima fue más cálido que ahora durante miles de años. El libro, publicado por la fundación independiente CLINTEL, constituye una de las mayores críticas que se han hecho al Sexto Informe de Asesoramiento del IPCC.
No hay comentarios:
Publicar un comentario