ALICANTE.- La suspensión de pagos solicitada por el grupo inmobiliario valenciano Llanera ha sorprendido a las dos grandes cajas de ahorros de la Comunidad (Bancaja y CAM) con créditos pendientes de cobro por un valor aproximado de unos 120 millones de euros, según estiman fuentes financieras, revela el diario "Información".
A los 92 millones en riesgo que Bancaja reconoce acumular con la inmobiliaria, se suman préstamos con la CAM en torno a otros 30 millones, calculan en la caja. Desde que se hicieron públicos los problemas financieros de la empresa, Caja Mediterráneo.
Precisamente, la inmobiliaria intentó hasta última hora renegociar sus créditos con ambas entidades de ahorro para evitar la suspensión de pagos, pero una y otra desestimaron la solicitud a la vista de los problemas financieros de la compañía. Su endeudamiento al término de 2006 ascendía a 748 millones de euros, según la prensa económica.
En lo relativo al volumen de créditos vivos con la banca, Llanera tiene en el banco de inversión Lehman a su principal acreedor, con préstamos estimados en 154 millones. La crisis derivará en una regulación de empleo que afecta al 60% de la plantilla de la compañía y en la paralización de obras en varias poblaciones, entre ellas, Madrid y Catarroja.
La situación por la que atraviesa el grupo valenciano se produce en mitad de un proceso de rápida desaceleración del sector provocado por la subida de los tipos de interés y el descenso del mercado de la vivienda. En el caso concreto de Llanera, a tales circunstancias se une, además, la imposibilidad de desarrollar varios planes urbanísticos, lo que ha frenado la entrada de ingresos.
En este escenario, las entidades financieras afectadas por la suspensión de pagos no ocultan su preocupación, pero consideran que el caso de Llanera es reversible y no puede extrapolarse a todo el sector. Hay, de hecho, empresas del ladrillo que, en el caso de la CAM, mantienen créditos vivos hasta 10 veces por encima de suscritos por Llanera.
En cualquier caso, CAM y Bancaja han dado órdenes a sus sucursales de que aumenten las precauciones en la concesión de créditos, tanto en los casos de particulares con pretensión de firmar un hipotecario, como en los de empresas necesitadas de créditos para acometer promociones inmobiliarias.
Fuentes de la CAM aducen que este «endurecimiento» de las condiciones «no sólo es aplicable a nosotros, sino a toda la banca. La diferencia con periodos anteriores es que las solicitudes de créditos se analizan muy bien y se gestionan con el rigor que requiere la actual situación». - (EPI)
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