MADRID.- Caja Mediterráneo (CAM) inició ayer el proceso de colocación de su emisión de cuotas participativas, con la que pondrá en mercado 50 millones de títulos con un precio de entre 5,84 y 7,30 euros –dos euros de valor nominal y el resto, como prima de emisión–.
La caja abre el periodo de formulación de mandatos de suscripción por parte de inversores minoristas e institucionales, así como de asignación gratuita de cuotas en el tramo para empleados.
La entidad tiene que cubrir al menos el 68% de la emisión para poder iniciar su cotización en bolsa, prevista para el 23 de julio. Prevé superar con creces este objetivo, ya que afirma contar con reservas que superarían ya el importe asignado a cada segmento: el 65,5% para inversores minoristas, el 31% para institucionales y el 3,5% para empleados, según "Expansión".
De hecho, la emisión de la CAM no cuenta con entidad aseguradora, que asuma los valores que no sean suscritos en la oferta pública.
Los particulares interesados pueden acudir a la propia CAM, mientras que los institucionales deben dirigirse al banco de inversión Lehman Brothers –coordinador global de la emisión– o las sociedades de valores Ahorro Corporación y Gestión de Activos del Mediterráneo –del grupo de la caja–. Las solicitudes podrán formularse hasta el 18 de julio.
La salida a Bolsa permitirá a la CAM ingresar entre 292 y 365 millones, que irán a “reforzar los recursos propios y la estructura financiera para dar cobertura al crecimiento del negocio”.
El precio máximo se fijará el 15 de julio y el definitivo, el 21, dos días antes del inicio de la negociación en el parqué. A los ingresos habría que restar 20,47 millones de gastos por la operación.
La entidad se valora entre 3.893 y 4.866 millones, lo que supone situarla por encima de Bankinter o Banco Pastor.
Las cuotas participativas serán remuneradas con un dividendo ligado al beneficio de la caja y carecen de derechos políticos. Su precio estará sujeto a la negociación en bolsa.
Tanto CAM como la CNMV recuerdan que los títulos están sujetos al riesgo de mercado y a los que inciden en la evolución del negocio y el patrimonio de la caja, como los de crédito, tipos de interés y liquidez.
Además, el peso de las cuotas en el reparto de beneficios –inicialmente del 7,5%– se reducirá a medida que el patrimonio de la caja vaya aumentando.
En el folleto informativo emitido por la CAM con motivo de la emisión de cuotas participativas, la entidad asume que si los precios del mercado inmobiliario cayesen de manera significativa "se reduciría el valor de los activos que garantizan la cartera de préstamos hipotecarios, y, por tanto, aumentaría el riesgo de no recuperar toda la deuda en caso de tener que ejecutar las garantías", según recoge el diario "Información".
Con motivo de la salida de la caja a Bolsa, ésta hace un informe pormenorizado de su situación financiera y de los segmentos de la economía donde opera. La CAM informa de que su cartera de créditos hipotecarias ha crecido a un ritmo muy elevado (25% en tasa media anual desde 2005).
"Las inversiones crediticias suponen un 80% del activo total a diciembre de 2007, y el 71,99% de estas inversiones cuenta con garantía real", aduce la caja.
No obstante, la CAM advierte: "la debilidad de la demanda podría afectar negativamente al valor de nuestra cartera de participaciones en proyectos inmobiliarios. Estas participaciones se poseen por CAM en un porcentaje menor al 50% y están, por tanto, participadas a su vez por otras sociedades que podrían sufrir dificultades".
Y concluye de forma contundente: "en caso de dificultades financieras del resto de socios de nuestras participaciones, la viabilidad de los proyectos y empresas podrá verse comprometida, con un impacto negativo sobre los intereses de la CAM".
Acerca del riesgo crediticio contraído con el ladrillo, Caja Mediterráneo reconoce que, con arreglo a lo estipulado por la normativa del Banco de España, en el grupo financiero existe sólo un cliente con la consideración de "gran riesgo" al superar el 10% de los recursos propios de la caja.
"El mencionado grupo opera en el sector inmobiliario y está al corriente de los pagos a la fecha de registro del presente folleto informativo. A 31 de diciembre de 2007, su cómputo representa el 11,4 de los citados recursos propios, habiéndose reducido al 10,1% a 31 de marzo de 2008".
Fuentes conocedoras de estas situación apuntaron a la inmobiliaria Hansa Urbana como el cliente de "gran riesgo". Esta inmobiliaria está participada por la CAM en más de un 20%.
La CAM mantuvo hasta marzo de este año unos ratios de morosidad en el sector inmobiliario inferiores al del resto del sector de cajas de ahorros. En concreto, el porcentaje de créditos dudosos de la entidad era del 0,71% frente al 1,12% de la media del conjunto de estas entidades sin ánimo de lucro, según los datos de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) incluidos en el folleto.
La salida a Bolsa permitirá a la CAM ingresar entre 292 y 365 millones, que irán a “reforzar los recursos propios y la estructura financiera para dar cobertura al crecimiento del negocio”.
El precio máximo se fijará el 15 de julio y el definitivo, el 21, dos días antes del inicio de la negociación en el parqué. A los ingresos habría que restar 20,47 millones de gastos por la operación.
La entidad se valora entre 3.893 y 4.866 millones, lo que supone situarla por encima de Bankinter o Banco Pastor.
Las cuotas participativas serán remuneradas con un dividendo ligado al beneficio de la caja y carecen de derechos políticos. Su precio estará sujeto a la negociación en bolsa.
Tanto CAM como la CNMV recuerdan que los títulos están sujetos al riesgo de mercado y a los que inciden en la evolución del negocio y el patrimonio de la caja, como los de crédito, tipos de interés y liquidez.
Además, el peso de las cuotas en el reparto de beneficios –inicialmente del 7,5%– se reducirá a medida que el patrimonio de la caja vaya aumentando.
En el folleto informativo emitido por la CAM con motivo de la emisión de cuotas participativas, la entidad asume que si los precios del mercado inmobiliario cayesen de manera significativa "se reduciría el valor de los activos que garantizan la cartera de préstamos hipotecarios, y, por tanto, aumentaría el riesgo de no recuperar toda la deuda en caso de tener que ejecutar las garantías", según recoge el diario "Información".
Con motivo de la salida de la caja a Bolsa, ésta hace un informe pormenorizado de su situación financiera y de los segmentos de la economía donde opera. La CAM informa de que su cartera de créditos hipotecarias ha crecido a un ritmo muy elevado (25% en tasa media anual desde 2005).
"Las inversiones crediticias suponen un 80% del activo total a diciembre de 2007, y el 71,99% de estas inversiones cuenta con garantía real", aduce la caja.
No obstante, la CAM advierte: "la debilidad de la demanda podría afectar negativamente al valor de nuestra cartera de participaciones en proyectos inmobiliarios. Estas participaciones se poseen por CAM en un porcentaje menor al 50% y están, por tanto, participadas a su vez por otras sociedades que podrían sufrir dificultades".
Y concluye de forma contundente: "en caso de dificultades financieras del resto de socios de nuestras participaciones, la viabilidad de los proyectos y empresas podrá verse comprometida, con un impacto negativo sobre los intereses de la CAM".
Acerca del riesgo crediticio contraído con el ladrillo, Caja Mediterráneo reconoce que, con arreglo a lo estipulado por la normativa del Banco de España, en el grupo financiero existe sólo un cliente con la consideración de "gran riesgo" al superar el 10% de los recursos propios de la caja.
"El mencionado grupo opera en el sector inmobiliario y está al corriente de los pagos a la fecha de registro del presente folleto informativo. A 31 de diciembre de 2007, su cómputo representa el 11,4 de los citados recursos propios, habiéndose reducido al 10,1% a 31 de marzo de 2008".
Fuentes conocedoras de estas situación apuntaron a la inmobiliaria Hansa Urbana como el cliente de "gran riesgo". Esta inmobiliaria está participada por la CAM en más de un 20%.
La CAM mantuvo hasta marzo de este año unos ratios de morosidad en el sector inmobiliario inferiores al del resto del sector de cajas de ahorros. En concreto, el porcentaje de créditos dudosos de la entidad era del 0,71% frente al 1,12% de la media del conjunto de estas entidades sin ánimo de lucro, según los datos de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) incluidos en el folleto.
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