ALICANTE.- El alcalde de Alicante, Luis Díaz Alperi, de 63 años, visiblemente emocionado, anunció a las 17,15 horas de hoy de manera sorpresiva su dimisión al frente del consistorio, que hará efectiva mañana ante el secretario general del Ayuntamiento, al tiempo que destacó que la hasta ahora concejal de Urbanismo, Sonia Castedo, será propuesta para sustituirle. El todavía alcalde ha expresado en privado que se debía a motivos personales. En la comparecencia, de apenas quince minutos, estaban presentes el equipo de Gobierno y sus hijas.
En una rueda de prensa convocada en el Salón Azul con pocos minutos de antelación, en la que no han admitido preguntas, el alcalde, --acompañado por el presidente de la Generalitat y del PPCV, Francisco Camps, Sonia Castedo, el presidente provincial del PP, Jose Joaquín Ripoll y algunos miembros del equipo de gobierno--, hizo este anuncio y aseguró que esta decisión ya la conocían todas las instancias del partido, incluido el presidente nacional, Mariano Rajoy, que está de acuerdo con ella.
No obstante, Díaz Alperi afirmó que no dejará su acta como concejal hasta el día de la votación de Castedo como alcaldesa porque, según subrayó, será para él "una satisfacción votar a su favor".
El presidente de la Diputación y del PP provincial, el campista converso José Joaquín Ripoll, número 2 de la candidatura conservadora, también podría aspirar al cargo si no renuncia previamente.
Este relevo estaba previsto en los círculos del PP, aunque no se había concretado la fecha y no se esperaba que se produjera de forma inminente, cuando apenas han transcurrido 15 meses desde las últimas elecciones autonómicas y municipales.
Este mismo mes se celebra el Congreso del PP alicantino, con un partido pacificado tras la marcha de Eduardo Zaplana, y la sorprendente dimisión del alcalde y presidente local, allanaría el camino a las aspiraciones de Ripoll, de quien se dice ahora que no parece que vaya a optar a la sucesión porque el verdadero candidato tapado de Camps en 2011 es el conseller de Infraestructuras, el alicantino Mario Flores, sobrino carnal del ex alcalde franquista Fernando Flores.
Díaz Alperi, que lleva 13 años como alcalde, no ha especificado el motivo que le ha llevado a tomar la decisión, aunque en su comparecencia, visiblemente emocionado, ha afirmado que "el cambio se formalizará en un pleno que se celebrará lo antes posible". El dimisionario mantiene varias denuncias sobre su gestión municipal todavía vivas en los tribunales y no está para más "alegrías".
El todavía alcalde mantendrá su acta de diputado en las Cortes Valencianas, cargo con el que mantiene su condición de aforado para afrontar el último de los casos judiciales por los que está imputado. Dos han sido archivados y ahora sólo le queda el pleito por anomalías contables en Mercalicante.
La decisión ha sorprendido a la mayoría de los concejales del PP, según han reconocido algunos de ellos tras la citada comparecencia. Pero hay quien ya relaciona esta huída hacia delante del todavía alcalde con un supuesto escándalo a punto de ser destapado por la Oposición socialista en los tribunales de justicia y en los medios de comunicación, y que hace tan solo 24 horas motivó la amenaza personal de dejarlos sin sueldo por hostigarle en determinadas instancias.
También porque faltan sólo dos semanas para que el PP municipal presente el anteproyecto del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que lleva más de una década tramitándose.
Los socialistas enmarcan la marcha de Díaz Alperi por un posible pacto entre el presidente del PPCV, Francisco Camps, y del PP alicantino, José Joaquín Ripoll, para repartirse la dirección del PP a nivel regional y provincial.
Pero avanzan que "en breve se comprobará si hay otras circunstancias que expliquen la dimisión" tras recordar que la trayectoria de Luis Díaz Alperi se caracteriza por las "sombras" y "más por sus estancias en los pasillos de los juzgados que por la gestión".
También piensan que, "ante la falta de una explicación pública convincente por parte de Alperi, al margen de motivos personales, su repentino abandono del gobierno de la segunda ciudad de la Comunidad Valenciana, tras trece años, solo puede ser fruto de una situación de crisis profunda en su partido".
Advierten que Alperi se marcha pero "deja sobre la mesa muchos asuntos que tendrán que aclararse, algunos de ellos en sede judicial," y que "pesarán como una losa a su sucesora", en alusión a asuntos como "la planta de biodiesel en el Puerto de Alicante, el conflicto del barrio Juan XXIII, el desaguisado de Benlúa o el Plan de Rabasa".
Y subrayan que el todavía alcalde del PP "ha tenido la habilidad de encontrar problemas incluso en asuntos que no los tenían, ha salpicado la gestión del PP y le ha dado un cariz autocrático que ni el propio presidente Francisco Camps puede asumir".
Finalmente insisten en la necesidad de que el alcalde de Alicante durante tantos años "de una explicación convincente de por qué presenta su dimisión".
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