MADRID.- Las primeras quiebras financieras en España se consideran cercanas, si no bastante inminentes, tras el cierre mañana del tercer trimestre del ejercicio fiscal y parecen circunscritas, en principio, a entidades con mayor presencia, negocio y riesgo contraido en el área mediterránea española, según aseguran fuentes del sector, que exigieron el anonimato para proyectar su análisis en esta especial coyuntura económica. Todas rehusaron dar marcas o razón social para evitar un pánico que empeoraría aún más su situación absoluta y relativa.
Después del pronóstico, esta noche, del director del diario económico "Expansión", Miguel Ángel Belloso, en el programa "La Linterna", de la COPE, en el sentido de que la crisis financiera que hoy ha asolado a media Europa, y que se ha agravado en EE UU, va a hacer muy pronto su aparición en España, fuentes del sector señalan como más probablemente afectadas a determinadas entidades con conocidos serios problemas de liquidez y una alta exposición a determinado sector productivo en crisis por su componente especulativo, que ha derivado en una morosidad galopante y muy dificilmente digerible en las actuales circunstancias, precisamente por esa insoluble falta de liquidez ante el virtual cierre de los mercados internacionales de capital.
Al parecer, se trataría de dos entidades más grandes y una tercera de menor dimensión; esta última, además, harto sospechosa de haber suministrado documentación parcial o desfasada a auditores y agencias de calificación de riesgo para, presuntamente y con todo tipo de maquinaciones, ocultar su verdadera situación contable y de balance real, en un intento desesperado de retrasar un, cada vez más, final anunciado hace meses en los círculos mejor informados de su entorno más próximo.
Éstas y otras fuentes más comunes coinciden en señalar las dificultades que, además, esas tres entidades están teniendo para captar pasivo en las últimas semanas entre su habitual clientela ante los crecientes rumores de "crash" pese a los convenientes mensajes tranquilizadores del Banco de España, cada vez menos insistentes aunque persistan las consignas políticas de aguantar el tipo ante la Opinión Pública mientras sea posible simular una normalidad, poco a poco minada por la falta de confianza derivada de la pura observación, el boca-oreja y las opiniones reservadas de los entendidos con cierta credibilidad entre el público.
Todas esas fuentes ha constatado la retirada gradual de fondos por parte de la clientela de esas tres entidades en concreto, mucho más pronunciada a partir del mes de julio aunque comenzase a manifestarse a últimos del pasado año ante los rumores que ya circulaban por notarías, medios de comunicación, sindicatos, empresas y asesorías. Esa actitud de los impositores se ha generalizado durante el mes de septiembre y ha colocado en una posición, aún más difícil, a las tres entidades señaladas por los expertos en riesgo muy probable de bancarrota de continuar esa retirada gradual de depósitos, que lo puede estar precipitando todo.
No se descarta por alguna de esas fuentes la casi segura presencia policial, para registro por orden judicial, en las dependencias de algunas de las entidades que se pudieran ver finalmente afectadas ni la detención preventiva, por riesgo objetivo de fuga, de algún alto ejecutivo con un considerable patrimonio acumulado en los últimos años, que vendría siendo investigado desde hace meses por brigadas especiales con base en Madrid y por orden de la Fiscalía Anticorrupción a instancias de la Agencia Tributaria.
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