Entre noviembre y hasta mediados de enero los niveles de inundación del marjal se mantendrán "más o menos constantes" y garantizarán unas "buenas condiciones" ambientales para miles de aves acuáticas que encuentran en l'Albufera un lugar "óptimo" en el que pasar el invierno, en particular anátidas y fochas.
En concreto, en los meses de invierno pueden llegar al Parque Natural de l'Albufera hasta 30.000 patos, sobre todo ánades reales, cuchara europeo y pato colorado; 1.200 garzas y limícolas como el avefría común. También existe una importante presencia del cormorán grande y de gaviotas, cuyo número oscila entre las 20.000 y las 30.000.
El mantenimiento de una extensa superficie inundada representa, asimismo, una medida efectiva para el control de los procesos de intrusión marina en el litoral y permite el aprovechamiento cinegético, fuertemente arraigado en la zona.
La inundación del marjal, conocida localmente como 'perellonà' y que se realiza desde hace siglos, se lleva a cabo directamente desde l'Albufera, en las zonas de tancats próximas a la laguna, y también con aguas procedentes de los sistemas del Xúquer y del Túria.
A partir del primer día de enero, una vez abiertas las compuertas, los niveles del agua irán bajando poco a poco para llevar a cabo el resto de trabajos agrícolas necesarios para posibilitar los cultivos en la próxima temporada arrocera.
Con motivo de la llegada de las aves al parque, la Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda ha iniciado los primeros censos de invernantes, que se realizan entre septiembre y febrero con una periodicidad mínima de un censo mensual. En estos trabajos se determina qué especies y en qué cantidad pasan el invierno en l'Albufera.
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