Según las mismas fuentes, se trata del proyecto nacional "más ambicioso" llevado a cabo hasta la fecha en logística, en el que participan 42 agentes y empresas como Keraben, Consum, Leroy Merlín, Ice Cream Factory Comaker o Transfrigo Canarias (Grupo Mazo), con el fin de "mejorar la competitividad de las empresas españolas a través de la logística".
El proyecto cubre diversas temáticas vertebradas en subproyectos, centrados principalmente en las áreas de optimización de la cadena de suministro, propuesta de nuevas infraestructuras para mejorar las conexiones y el desarrollo de una logística más respetuosa con el medio ambiente.
La prueba piloto desarrollada ha logrado implantar la tecnología RFID en la cadena de suministro de un fabricante de productos alimentarios como son los helados, que necesitan unas condiciones especiales en su proceso de distribución.
En los distintos pallets del producto transportado se incorporaron etiquetas RFID con sensores de temperatura. Mientras, en la cabina del camión se instaló un equipo embarcado, que incorpora un lector RFID y un sistema GPRS y GPS. El lector interroga las etiquetas cada minuto y así se obtiene una temperatura en tiempo real, que puede enviarse de forma remota al centro de control de la empresa para conocer y controlar en cada momento el lugar donde se encuentra la mercancía y el estado de ésta para evitar roturas en la cadena del frío.
Según la misma fuente, esto supone "un avance importante tanto para la seguridad alimentaria, como para la reducción de costes en las empresas al evitar pérdidas de producto, así como una mayor agilidad a la hora de realizar las operaciones gracias a las ventajas que ofrece la tecnología RFID para la logística".
Una etiqueta RFID es un dispositivo electrónico mediante el que se asigna un código a un producto y que es usado para identificar o acceder a información adicional sobre él. Cuenta con múltiples ventajas respecto al sistema de identificación tradicional del código de barras, como que permite la trazabilidad del producto, sin necesidad de línea directa de visión y con lectura automática y simultánea de productos; control de temperatura y humedad; automatización de los procesos y reducción de mermas y errores.
El jefe de área de Logística de Itene y líder del subproyecto cuatro de Globalog, relativo a la Identificación, Monitorización y Trazabilidad de Sistemas, Pablo Zubía, señaló que la "gran transcendencia del nuevo sistema de identificación desarrollado, ya que ahorra tiempos de trabajo muy importantes y garantiza la calidad y seguridad alimentaria en el proceso de transporte".
Globalog desarrolla además un proyecto piloto de cómo será el almacén del siglo XXI, en el que el aspecto más importante será la integración de todos los elementos entre sí y su conexión dentro de un sistema de radiofrecuencia RFID. En este punto el Instituto está colaborando con la empresa Ulma Manutención, participante también en el proyecto.
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