Así, el equipo de Gobierno propone que "respecto al contenido y propuesta de acuerdo de la moción, o en cualquier otro caso, se tomen los acuerdos de conformidad con la legalidad, y no al dictado de los impulsos emocionales", una alternativa que fue aprobada con los votos a favor del PP y en contra del PSPV.
La moción defendida por Soto recuerda que la Comisión Gestora del Ayuntamiento, en 1939, aprobó un dictamen de la Alcaldía proponiendo a Francisco Franco alcalde honorario de esta ciudad. Así, añade que "70 años después, todavía se mantiene esta distinción" que califica como una "anomalía democrática que debe ser subsanada a la mayor urgencia".
De este modo, la moción considera "inconcebible que desde la legalidad y la cultura democrática, el máximo exponente de un régimen dictatorial y represor como fue el del general Franco, continúe formando parte del cuadro de honores y distinciones de la ciudad", y hace referencia al artículo 15 de la Ley de Memoria Histórica que obliga a la "retirada de escudos, insignias placas y otros objetos o menciones" referentes a la Guerra Civil y a la dictadura.
Al respecto, Grau recordó que el nombramiento de alcalde honorario "fue otorgado por una Comisión Gestora, no por un pleno de un Ayuntamiento", y que, por tanto, "si fuera de aplicación en el reglamento actual, ya habría sido anulado de pleno derecho". Agregó que la moción de Soto "adolece del mismo defecto porque ahora sí que está en vigor el reglamento de honores y distinciones, y en el vigente reglamento, no se pueden tomar estas decisiones en un pleno ordinario".
Asimismo, señaló que los nombramientos honorarios son de "carácter personalísimo, es decir, mientras viven las personas", por lo que el acuerdo que se propone revocar es "de contenido imposible, porque no existe acto administrativo a partir del fallecimiento" de Franco, dijo a Soto. Así el edil acusó al socialista de "pedir que, en aras a sus caprichos, se apruebe algo contrario al régimen jurídico de las administraciones".
Grau destacó que "a los malos gobernantes no hace falta borrarlos de la memoria colectiva", porque "sólo los que tienen complejos y no asumen la historia de su país hacen ese tipo de cosas". Al respecto, el concejal del PSPV instó al popular a pensar si se aceptaría un título similar a Adolf Hitler en un Ayuntamiento de Alemania
Soto reclamó a Barberá "un esfuerzo" para aprobar esta moción pero no por ella misma, sino por "ser la alcaldesa de una ciudad libre y democrática", y pidió también que lo haga "sin odio, ni rencores, desde el ámbito de la reconciliación". El concejal socialista se dirigió a la primera edil para solicitar que "abandone el vuelo bajo y gallináceo" y que "suelte el plomo ideológico que lleva en las alas".
Soto pidió a la alcaldesa que dijera dónde se sitúa y "con quién se alinea en su partido, con la alcaldesa de Cádiz -- Teófila Martínez-- que aplica la ley de Memoria Histórica; o con el presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra", quien apoyó la publicación de un libro que niega el golpe franquista de 1936. En este sentido, Barberá replicó que se sitúa "en la silla de la alcaldesa", un puesto que, según dijo, le han otorgado los valencianos "en las urnas, durante 18 años".
En la presentación de la moción, Soto lamentó que todas las propuestas referentes a la Ley de Memoria Histórica presentadas por el grupo socialista en el Ayuntamiento son rechazadas porque "siempre se encuentran con el bloqueo, institucional, personal e incluso de la propia herencia ideológica", dijo a Barberá, aunque "espero que hoy --la alcaldesa-- me sorprenda", matizó el edil del PSPV.
Por su parte, Grau le preguntó a Soto si creía que el asunto de la moción es "la preocupación de los ciudadanos de la calle, porque para eso nos paguen", al tiempo que consideró que es "curioso", que "en 35 años nadie" se ha planteado esta cuestión, pese a que ha habido dos periodos "largos" de Gobierno socialista en el Ejecutivo central, y el PSPV también ha tenido el poder en el consistorio.
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