OVIEDO.- Modesto Crespo, presidente de Caja Mediterráneo (CAM), proclamó a principios de este año que la entidad alicantina estaba saneada y sin urgencias para unirse a otras. «Hemos hecho los deberes que consistían en garantizar que la entidad fuera viable por sí sola», añadía el ejecutivo al presentar las cuentas de 2009.
Efectivamente, en ese año la CAM, la cuarta caja de España, había reducido casi a la mitad sus beneficios -declaró 203 millones de ganancias- para reforzar las provisiones y cubrir sus riesgos. Destinó a ese propósito 1.136 millones de euros. Y también durante 2009 la segunda caja de la Comunidad Valenciana cerró 115 oficinas y recortó 335 empleso, la mayoría mediante jubilaciones anticipadas, según recuerda el periódico 'La Nueva España'.
Pese a ese plan de saneamiento y a las manifestaciones entonces de Modesto Crespo, el Banco de España terminó por azuzar a Caja Mediterráneo para que buscara con presteza compañeros de viaje en el proceso de fusiones.
Según algunas versiones, el problema de la CAM no era de solvencia -presenta un ratio de capital notable (11,4%)-, pero sí podía llegar a tener algún contratiempo de liquidez. Y en el balance pesa también el patrimonio inmobiliario, las viviendas y solares embargados por impagos o adquiridos a los promotores que de otro modo no iban a hacer frente a sus deudas con la entidad.
El conjunto de ese patrimonio superaba los 2.000 millones de euros a finales de 2009. Según un balance más reciente, la CAM tiene algo más de 1.400 millones de euros bajo el epígrafe «activos no corrientes disponibles para la venta», donde se suelen computar los pisos y otras propiedades de las que bancos o cajas intentan desprenderse. Es uno de los reflejos de una gestión pegada al «boom» inmobiliario, singularmente intenso en la costa levantina y, en particular, en Alicante.
Aún siendo una de las preocupaciones de la CAM, el equipo directivo de Crespo ha restado importancia al problema inmobiliario de la caja. Sobre todo a partir de otoño del pasado año, cuando la filial creada para vender las viviendas a través de internet empezó a cerrar operaciones con cierto ritmo tras meses de sequía.
La CAM ha continuado este año con su política de reforzar capital y para ello vendió una de sus participaciones empresariales relevantes: el 1,68% que controlaba en la concesionaria Abertis; obtuvo con ello 108 millones de euros.
Efectivamente, en ese año la CAM, la cuarta caja de España, había reducido casi a la mitad sus beneficios -declaró 203 millones de ganancias- para reforzar las provisiones y cubrir sus riesgos. Destinó a ese propósito 1.136 millones de euros. Y también durante 2009 la segunda caja de la Comunidad Valenciana cerró 115 oficinas y recortó 335 empleso, la mayoría mediante jubilaciones anticipadas, según recuerda el periódico 'La Nueva España'.
Pese a ese plan de saneamiento y a las manifestaciones entonces de Modesto Crespo, el Banco de España terminó por azuzar a Caja Mediterráneo para que buscara con presteza compañeros de viaje en el proceso de fusiones.
Según algunas versiones, el problema de la CAM no era de solvencia -presenta un ratio de capital notable (11,4%)-, pero sí podía llegar a tener algún contratiempo de liquidez. Y en el balance pesa también el patrimonio inmobiliario, las viviendas y solares embargados por impagos o adquiridos a los promotores que de otro modo no iban a hacer frente a sus deudas con la entidad.
El conjunto de ese patrimonio superaba los 2.000 millones de euros a finales de 2009. Según un balance más reciente, la CAM tiene algo más de 1.400 millones de euros bajo el epígrafe «activos no corrientes disponibles para la venta», donde se suelen computar los pisos y otras propiedades de las que bancos o cajas intentan desprenderse. Es uno de los reflejos de una gestión pegada al «boom» inmobiliario, singularmente intenso en la costa levantina y, en particular, en Alicante.
Aún siendo una de las preocupaciones de la CAM, el equipo directivo de Crespo ha restado importancia al problema inmobiliario de la caja. Sobre todo a partir de otoño del pasado año, cuando la filial creada para vender las viviendas a través de internet empezó a cerrar operaciones con cierto ritmo tras meses de sequía.
La CAM ha continuado este año con su política de reforzar capital y para ello vendió una de sus participaciones empresariales relevantes: el 1,68% que controlaba en la concesionaria Abertis; obtuvo con ello 108 millones de euros.
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