En uno de sus muchos faroles, ya muy vistos, Caja Murcia dice ahora mantener abiertas, "aunque sin prisas", las conversaciones con otras entidades para hipotéticas uniones o alianzas estratégicas, tras los fracasos con CajaSur, la CAM y el SIP con las cajas del norte, del que ha sido desplazada por la astucia de Roberto López, director general de la CAM, quien por otra parte integra a los murcianos en ese SIP a través de la CAM, que ahora se lanzará a arañar cuota de mercado en la Región a costa de una desgastada Caja Murcia, que apenas conserva un tercio y perdiendo.
Según la versión oficial y conveniente, destilada por el presidente ejecutivo, Carlos Egea, no existe ninguna circunstancia que apremie a Caja Murcia a llevar a término una medida similar a la anunciada por Caja Mediterráneo, cuando lo cierto es que el Banco de España quiere cerrado el mapa de cajas en los próximos días y las mejores 'parejas' para ese baile ya están cogidas, por lo que la hipótesis de una absorción por Bancaja cobra cuerpo y eso equivale casi a una rendición sin condiciones.
Horas antes de hacerse pública la "fusión fría" de la CAM con cántabros y extremeños, un muy contrariado presidente de la Comunidad de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, fue preguntado por los recientes contactos entre CAM y Caja Murcia, y afirmaba: "Es un capítulo cerrado".
Valcárcel manifestó que el Gobierno de Murcia habría apoyado cualquier fusión que hubiese beneficiado los intereses de la Región, pero -añadió- "como esta fusión ya no se va a hacer, lo que ahora hay que hacer es trabajar para encontrar la mejor posibilidad", concluía algo resignado.
Mientras tanto, una decena de cajas de ahorros se reunían hoy en un hotel de Madrid para ver cómo podían integrarse en el SIP que ahora lidera y preside la CAM.
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