VALENCIA.- Angelita Cuesta, hermana de Mari Carmen Cuesta, superviviente de uno de los primeros sucesos de represión del régimen del general Francisco Franco una vez finalizada la Guerra Civil, conocido como el de 'Las 13 Rosas', ha fallecido este miércoles en Valencia a los 91 años tras sufrir una caída el día de Nochebuena, según ha informado Acción pel Patrimoni Valencià y el Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica en sendos comunicados.
Angelita y Mari Carmen, que falleció el pasado octubre a los 87 años, fueron detenidas por la Policía franquista y encarceladas en 1939 junto a un grupo de militantes de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) en la cárcel de Ventas. Angelita fue puesta en libertad a los pocos días por no pertenecer a las JSU y desterrada a 350 kilómetros de Madrid. Desde entonces, Valencia ha sido su tierra. Mari Carmen fue condenada a 12 años de cárcel y, al ser liberada, se desplazó a Valencia con su hermana.
El 5 de agosto de 1939 el grueso del grupo, trece jóvenes mujeres --había siete menores de edad--, fueron fusiladas por pertenecer a la citada organización en el paredón del Cementerio del Este, actualmente conocido como Cementerio de La Almudena.
La historia de 'Las 13 Rosas' fue reconstruida hace unos años en la novela de Carlos Fonseca, adaptada más tarde al cine. El drama de estas hermanas fue más allá de su reclusión en la cárcel de Madrid. Al padre lo fusilaron junto a otros 17 presos, y otro de los hermanos, piloto de la República, también fue encarcelado. Precisamente Angelita ha luchado hasta su muerte por encontrar los restos de su progenitor.
El presidente de Acció pel Patrimoni Valencià, Luis M. Ramírez, asociación de la que Angelita era vocal de la Junta Directiva, ha expresado su "gran dolor" por la pérdida y considera la labor de Angelita en la entidad de "fundamental para la defensa de la memoria histórica y la defensa de las libertades".
Además, ha relatado que Angelita siempre hablaba de los valores de la II República y contaba perdió su título de enfermera por haber atendido a heridos de guerra en los hospitales de Madrid. Trece años después de terminar sus estudios volvió a realizarlos y consiguió de nuevo el título de enfermera.
"Angelita nos habló de su familia, pero sobre todo de su papá y así lo recordaremos, ya que nunca olvidó como le quitaron a su padre cuando todavía era una niña y por el simple hecho de haber abierto su portal de la calle Jorge Juan de Madrid, para que se refugiasen del frio a un grupo de soldados en el gélido invierno del año 1937", ha comentado Ramírez.
Por su parte, el coordinador del Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica, Matías Alonso, ha señalado que "Angelita ha fallecido, como decenas de miles de personas de su edad, con un deseo sin cumplir: encontrar el paradero de los restos de su padre, Alfonso Cuesta".
"La amargura de no haber podido ayudar a Angelita nos obliga a, en su nombre y en el de otras miles de víctimas, seguir luchando para encontrar aquel osario como Lugar de la Memoria donde junto con Alfonso Cuesta están los restos de miles de personas que pagaron con su vida su fidelidad a los valores que hoy rigen nuestra convivencia, asesinados en los primeros meses de aquella cruel postguerra", ha declarado Alonso.
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