MADRID.- Las centrales nucleares españolas han aprobado las pruebas de resistencia a las que se han sometido en los últimos seis meses, al no haberse identificado "ningún aspecto" que suponga deficiencias relevantes en la seguridad. Sin embargo, a principios de 2012, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), emitirá Instrucciones Técnicas Complementarias que servirán para la mejora de la respuesta ante situaciones de emergencia o catástrofes, como la que ocurrió en la central nuclear japonesa de Fukushima en marzo de este año.
La presidenta del CSN, Carmen Martínez Ten, ha explicado que la introducción de estas mejoras se realizará en tres fases, a corto, medio y largo plazo, y que serán de implantación "vinculante", es decir, que "habrá que hacerlas cueste lo que cueste". En todo caso, ha insistido en que todas las plantas responden a los requisitos de la Unión Europea pero existen "márgenes de mejora" que han sido propuestos por los titulares de las centrales.
Así, el parque nuclear español construirá en Madrid un centro común de apoyo en emergencias que contará con medios humanos y materiales disponibles para desplazarse a intervenir en cualquier central en un plazo máximo de 24 horas.
Además, cada central construirá su propio centro de emergencias alternativo, que servirá para coordinar la actuación de emergencia y como refugio para los trabajadores de la planta, según ha explicado el director de Protección Radiológica del CSN, Juan Carlos Lentijo, quien ha insistido en que las pruebas de estrés han "certificado" que los planes de emergencia interior estaban bien diseñados.
Martínez Ten ha precisado que de acuerdo a los informes presentados por los titulares todas "las centrales cumplen" con las especificaciones de las pruebas de resistencia elaboradas por WENRA/ENSREG y no se ha identificado "ningún" aspecto que requiera acciones urgentes para hacer frente a un posible terremoto, inundación o acción malintencionada, y ha añadido que, según concluye el informe final, el conjunto atómico español tiene capacidad para asegurar el mantenimiento de las condiciones de seguridad más allá de las bases de diseño.
De este modo, las propuestas de implantación de mejoras propuestas por los titulares, que incluye el refuerzo de recursos para hacer frente a las emergencias, se realizarán en varias etapas. A corto plazo, entre junio y diciembre de 2012 se implantarán las medidas más "factibles" así como la mayor parte de los estudios complementarios.
En un medio plazo, entre 2013 y 2014, se incorporará un segundo bloque de modificaciones de diseño y, a largo plazo se incluirán nuevos desarrollos y las modificaciones de diseño que puedan implicar nuevas construcciones o cambios de sistemas que ya existen. Esta fase se llevaría a cabo entre 2015 y 2016.
Respecto a las primeras, Lentijo ha explicado que serán medidas y actuaciones para paliar la pérdida de energía eléctrica y de sumidero de calor, para lo que las centrales podrán comprar equipos adicionales ya existentes en el mercado, como bombas o generadores diesel.
En cuanto a los centros alternativos de gestión de emergencias propios de la central, que se construirán entre el medio y el largo plazo, la idea es que puedan soportar situaciones adversas. Lentijo ha añadido que esta sería una de las lecciones aprendidas de Fukushima, por la que un centro de este tipo, sirve para tener materiales preparados, controlar y diseñar la acción en la emergencia y como refugio para los trabajadores.
"En Fukushima Daiichi había un centro para que los trabajadores se refugiaran y desde ese lugar dirigieran las operaciones. El centro de emergencias propio tendrá que combinar que esté lo suficientemente próximo a la central y lo suficientemente lejos del reactor para que el accidente no les pueda afectar", ha precisado.
Posteriormente, se prevé la creación de un centro común al parque nuclear español que sirva de apoyo en emergencias y contará con personal y equipos especializados que podrán desplazarse a cualquier reactor en el plazo de 24 horas. A este respecto, Lentijo ha apuntado que éste se ubicará en Madrid y que se encargará a la empresa Tecnatom.
Por otro lado, ante accidentes severos, el informe del CSN considera "necesario" que todos los titulares cuenten con un venteo filtrado de la contención, así como recombinadores de hidrógeno en las zonas con riesgo de acumulación y, además, deberán contar con distintos métodos que permitan inyectar agua en la vasija del reactor, en los generadores de vapor o a la contención.
Mientras, para el almacenamiento de combustible, el CSN exigirá a los titulares de las plantas que dispongan de medios alternativos, fijos y portátiles, que aporten agua a la piscina de combustible gastado, y mejoras en la instrumentación de medida de nivel y temperatura de ese agua.
La presidenta del organismo regulador español ha puntualizado que la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos), sobre la que pesa una orden ministerial de cierre previsto para julio de 2013, ha presentado su informe "exactamente igual que el resto de las centrales", que lo ha realizado "con el mismo rigor" y que el titular, Nuclenor, ha propuesto modificaciones "como cualquier otra central".
Sin embargo, ha reconocido que si no se revierte la decisión de cierre, Nuclenor "no tiene sentido" que incorpore las modificaciones a medio-largo plazo.
Respecto al coste de este conjunto de modificaciones e incorporaciones a las centrales nucleares españolas, Martínez Ten ha manifestado que son "inversiones cuantiosas" pero que el aspecto económico no es un aspecto que le competa al CSN. "No nos importa lo que cueste. Cueste lo que cueste lo tendrán que hacer", ha apostillado Martínez Ten, mientras que Lentijo ha indicado que los titulares deberán estudiar si con estas inversiones "les interesa seguir o no".
Finalmente, la directora de seguridad nuclear, Isabel Mellado, ha incidido en que este conjunto de medidas han sido propuestas por los propios titulares y que serán ellos quienes las implantarán porque "están convencidos de la gravedad del accidente de Fukushima".
El regulador atómico español tiene de plazo hasta el 31 de diciembre para remitir traducido al inglés a Bruselas este informe final sobre las pruebas de resistencia. Posteriormente, entre enero y abril de 2012, todo el proceso será de nuevo sometido a revisión entre todos los reguladores. Esta revisión se publicará y discutirá en seminarios de carácter nacional e internacional para permitir la participación de todos los actores implicados.
La presidenta del CSN, Carmen Martínez Ten, ha explicado que la introducción de estas mejoras se realizará en tres fases, a corto, medio y largo plazo, y que serán de implantación "vinculante", es decir, que "habrá que hacerlas cueste lo que cueste". En todo caso, ha insistido en que todas las plantas responden a los requisitos de la Unión Europea pero existen "márgenes de mejora" que han sido propuestos por los titulares de las centrales.
Así, el parque nuclear español construirá en Madrid un centro común de apoyo en emergencias que contará con medios humanos y materiales disponibles para desplazarse a intervenir en cualquier central en un plazo máximo de 24 horas.
Además, cada central construirá su propio centro de emergencias alternativo, que servirá para coordinar la actuación de emergencia y como refugio para los trabajadores de la planta, según ha explicado el director de Protección Radiológica del CSN, Juan Carlos Lentijo, quien ha insistido en que las pruebas de estrés han "certificado" que los planes de emergencia interior estaban bien diseñados.
Martínez Ten ha precisado que de acuerdo a los informes presentados por los titulares todas "las centrales cumplen" con las especificaciones de las pruebas de resistencia elaboradas por WENRA/ENSREG y no se ha identificado "ningún" aspecto que requiera acciones urgentes para hacer frente a un posible terremoto, inundación o acción malintencionada, y ha añadido que, según concluye el informe final, el conjunto atómico español tiene capacidad para asegurar el mantenimiento de las condiciones de seguridad más allá de las bases de diseño.
De este modo, las propuestas de implantación de mejoras propuestas por los titulares, que incluye el refuerzo de recursos para hacer frente a las emergencias, se realizarán en varias etapas. A corto plazo, entre junio y diciembre de 2012 se implantarán las medidas más "factibles" así como la mayor parte de los estudios complementarios.
En un medio plazo, entre 2013 y 2014, se incorporará un segundo bloque de modificaciones de diseño y, a largo plazo se incluirán nuevos desarrollos y las modificaciones de diseño que puedan implicar nuevas construcciones o cambios de sistemas que ya existen. Esta fase se llevaría a cabo entre 2015 y 2016.
Respecto a las primeras, Lentijo ha explicado que serán medidas y actuaciones para paliar la pérdida de energía eléctrica y de sumidero de calor, para lo que las centrales podrán comprar equipos adicionales ya existentes en el mercado, como bombas o generadores diesel.
En cuanto a los centros alternativos de gestión de emergencias propios de la central, que se construirán entre el medio y el largo plazo, la idea es que puedan soportar situaciones adversas. Lentijo ha añadido que esta sería una de las lecciones aprendidas de Fukushima, por la que un centro de este tipo, sirve para tener materiales preparados, controlar y diseñar la acción en la emergencia y como refugio para los trabajadores.
"En Fukushima Daiichi había un centro para que los trabajadores se refugiaran y desde ese lugar dirigieran las operaciones. El centro de emergencias propio tendrá que combinar que esté lo suficientemente próximo a la central y lo suficientemente lejos del reactor para que el accidente no les pueda afectar", ha precisado.
Posteriormente, se prevé la creación de un centro común al parque nuclear español que sirva de apoyo en emergencias y contará con personal y equipos especializados que podrán desplazarse a cualquier reactor en el plazo de 24 horas. A este respecto, Lentijo ha apuntado que éste se ubicará en Madrid y que se encargará a la empresa Tecnatom.
Por otro lado, ante accidentes severos, el informe del CSN considera "necesario" que todos los titulares cuenten con un venteo filtrado de la contención, así como recombinadores de hidrógeno en las zonas con riesgo de acumulación y, además, deberán contar con distintos métodos que permitan inyectar agua en la vasija del reactor, en los generadores de vapor o a la contención.
Mientras, para el almacenamiento de combustible, el CSN exigirá a los titulares de las plantas que dispongan de medios alternativos, fijos y portátiles, que aporten agua a la piscina de combustible gastado, y mejoras en la instrumentación de medida de nivel y temperatura de ese agua.
La presidenta del organismo regulador español ha puntualizado que la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos), sobre la que pesa una orden ministerial de cierre previsto para julio de 2013, ha presentado su informe "exactamente igual que el resto de las centrales", que lo ha realizado "con el mismo rigor" y que el titular, Nuclenor, ha propuesto modificaciones "como cualquier otra central".
Sin embargo, ha reconocido que si no se revierte la decisión de cierre, Nuclenor "no tiene sentido" que incorpore las modificaciones a medio-largo plazo.
Respecto al coste de este conjunto de modificaciones e incorporaciones a las centrales nucleares españolas, Martínez Ten ha manifestado que son "inversiones cuantiosas" pero que el aspecto económico no es un aspecto que le competa al CSN. "No nos importa lo que cueste. Cueste lo que cueste lo tendrán que hacer", ha apostillado Martínez Ten, mientras que Lentijo ha indicado que los titulares deberán estudiar si con estas inversiones "les interesa seguir o no".
Finalmente, la directora de seguridad nuclear, Isabel Mellado, ha incidido en que este conjunto de medidas han sido propuestas por los propios titulares y que serán ellos quienes las implantarán porque "están convencidos de la gravedad del accidente de Fukushima".
El regulador atómico español tiene de plazo hasta el 31 de diciembre para remitir traducido al inglés a Bruselas este informe final sobre las pruebas de resistencia. Posteriormente, entre enero y abril de 2012, todo el proceso será de nuevo sometido a revisión entre todos los reguladores. Esta revisión se publicará y discutirá en seminarios de carácter nacional e internacional para permitir la participación de todos los actores implicados.
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