VALENCIA.- "Señor Camps, guarde silencio o lo tendré que sacar de la sala"; "Está usted ahí detrás pero le veo". Así de contundente se ha mostrado Juan Climent, el magistrado presidente del tribunal que juzga al expresidente de la Generalitat valenciana Francisco Camps y al ex secretario general del PPCV y diputado en las Corts, Ricardo Costa, por un delito de cohecho pasivo impropio, ante la actitud alterada del 'expresident'.
De los saludos a periodistas y a simpatizantes en la primera semana de juicio a diversos gestos y prolongadas charlas con su abogado en la tercera semana. De este modo ha ido evolucionando Camps conforme se ha ido celebrando la vista. El primer día llegó al Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) con una sonrisa, saludando a los medios de comunicación y luego a sus compañeros de partido y simpatizantes.
En el juicio declaró tranquilo, dando detalles y sin alterarse, y de esta forma siguió en los días posteriores, mientras desfilaban por el tribunal otros testigos destacados como el exjefe de Protocolo de la Diputación de Valencia y exresponsable de Gabinete de la Conselleria de Turisme, Rafael Betoret; el expresidente del Consell Víctor Campos; o los presuntos cabecillas de la trama Gürtel: Francisco Correa, Pablo Crespo y Álvaro Pérez, conocido como 'El Bigotes'.
Pero ha sido en la tercera semana de juicio cuando la actitud de Camps ha cambiado. Estos días ha comenzado a hablar mucho más con su letrado, a quien tiene justo delante de él, y a hacer diversos gestos ante el comportamiento del juez, quien ha ido declarando 'impertinentes' la mayoría de las preguntas de su letrado --formuladas a ex altos cargos y funcionarios de la Generalitat-- relacionadas con las adjudicaciones de contratos a la empresa Orange Market.
Así, el martes, el magistrado presidente le llamó la atención en un primer momento y le pidió que guardase silencio. Al no hacerlo, le volvió a decir: "Señor Camps, guarde silencio o lo tendré que sacar de la sala. Si quiere hablar en privado con su abogado, hágalo despacito y que no lo oigamos nadie". Aún así, el juez le tuvo que llamar la atención una tercera vez en la misma tarde.
Al día siguiente, y también durante interrogatorios a ex altos cargos, el magistrado volvió a pedir a Camps que guardase silencio y que no hiciera gestos a nadie, "y menos al testigo". También le dijo: "Está usted ahí detrás pero le veo". Tras esta advertencia, el juez decidió cambiar el sitio a Camps y a Costa, y los desplazó hacia la derecha, con lo que ya no están detrás de sus letrados. Desde esta perspectiva el juez los controla mejor.
La semana arrancó con una sala llena, como el primer día, con la declaración de José Tomás, quien aclaró ante el tribunal que él no era sastre, sino 'director de moda'. Este testigo, cuyo interrogatorio ha sido el más largo del juicio, con cerca de nueve horas, afirmó que Álvaro Pérez le dijo que "jamás" se le podía "escapar" que los acusados no pagaban sus prendas e insistió en que en Milano y en Forever Young se cargaban prendas de los acusados en una cuenta que pagaba Pablo Crespo.
Tomás, quien también dijo que quería "muchísimo" a Camps y a Costa y que le dolía "en el alma" todo esto, aseveró que el primero le llegó a pedir en una conversación telefónica que le "sacara de ésta" y le dijo que luego "cuando bajara" --a Valencia-- no le iba a faltar de nada. En su declaración, el testigo exhibió al tribunal unas fotocopias de tickets en los que el nombre de 'Camps' no aparecía borrado --frente a algunos documentos aportados por el dueño de Forever, Eduardo Hinojosa, al procedimiento--.
El interrogatorio del abogado de Camps, Javier Boix, a este testigo, se convirtió en un debate lleno de réplicas, que estuvo basado en intentar demostrar las contradicciones de Tomás en sus diferentes declaraciones prestadas ante Fiscalía, la Policía y el juzgado de Instrucción en Madrid, donde se instruye el grueso de Gürtel. Estas actitudes obligaron al magistrado a llamarles la atención y a pedirles orden.
Otro de los testimonios clave en esta semana ha sido el del jefe de Producción de Orange Market, Cándido Herrero, propuesto por el abogado de Camps. Este testigo, quien quiso declarar pese a estar imputado en Madrid, afirmó que "nunca" se había pagado ninguna prenda a los acusados pero también admitió que ordenó transferencias a Milano y a Forever por conceptos que desconocía. "A mí me mandan pagar una cosa y yo la pago y ya está", se limitaba a decir.
A Herrero se le exhibieron varias facturas, por diferentes importes, que estaban firmadas por él y que, según dijo el ministerio público, contemplan prendas para los acusados. Sin embargo, él mantuvo durante el interrogatorio desconocer los conceptos puesto que en las mismas facturas no se especificaban y él tampoco los preguntaba.
También se escuchó una conversación, de fecha 3 de noviembre de 2008, entre él y Crespo, en la que este último le decía: "Cándido, llama a Tomás de Forever porque hay 2.100 euros que te van a facturar y dale tú el concepto. Son cosas de Paco y mías y tal. Cuando puedas". El testigo dijo no recordar esta conversación y que desconocía quien era 'Paco'.
Por el TSJCV también han desfilado esta semana 23 ex altos cargos y funcionarios de la Generalitat, cinco de los cuales están imputados en la causa de presunta financiación irregular del PPCV que se instruye en el tribunal valenciano, entre ellos la que fuera consellera de Turisme y presidenta de las Corts, Milagrosa Martínez, y el ex secretario autonómico de Cultura y Deportes y actual vicesecretario del PPCV, David Serra.
Todos los funcionarios y ex altos cargos coincidieron en señalar que se dieron adjudicaciones a Orange Market, "al igual que a otras muchas empresas"; afirmaron que no había diferencia entre unos contratos y otros; que ni Camps ni Costa les presentaron a Pérez o a Cándido Herrero; y que desconocían que la trama hubiera realizado regalos a los acusados.
Asimismo, uno de estos ex altos cargos calificó de "casualidad" el hecho de que contratara con cinco empresas del grupo Correa para desarrollar un congreso sobre familia y escuela; y otro aseguró que no dependía "directamente" de Camps pero que tenía que pedir autorización al gabinete de Presidencia cuando se trataba de adjudicar contratos sobre actos de promoción institucional.
Tras esta semana, el magistrado presidente prevé acabar este lunes, 2 de diciembre, las declaraciones testificales con el interrogatorio a los 11 últimos testigos. Si diera tiempo, el martes y el miércoles sería el turno de las periciales y los días posteriores se dedicarían a las documentales y a que las partes personadas expongan sus calificaciones definitivas. No obstante, por el momento no existe una fecha definitiva para que finalice el juicio ni para que pueda haber un veredicto.
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