CASTELLÓN.- Los efectos colaterales de la crisis económica son innumerables.
También para el sector turístico de Castellón. El paro, la caída casi
generalizada de los sueldos y el clima de incertidumbre está cambiando
las costumbres de los miles de turistas que cada verano eligen un
apartamento en la costa provincial para pasar sus vacaciones. Y sus
hábitos han cambiado casi en la misma velocidad con la que ha aumentado
la picaresca de unos muchos que cada agosto hacen caja a costa de
arrendar pisos y adosados en negro.
La Asociación de Apartamentos
Turísticos de la Comunitat Valenciana (Valtur) estima que el 64% de los
alquileres de los apartamentos se hace al margen de la ley. En Castellón
la cifra supera el 50% y solamente en Peñíscola las inmobiliarias
calculan que seis de cada 10 apartamentos que se alquilan estos días
son ilegales. “En estos momentos ya resulta totalmente escandaloso. Hay
gente que arrienda hasta cinco pisos en un mismo bloque, todo en dinero
negro”, coinciden en dos agencias inmobiliarias que trabajan en la
ciudad del Papa Luna, ambas adscritas a la asociación local de
empresarios turísticos.
Pero Peñíscola no es la excepción. Se
pregunte donde se pregunte, quienes pagan impuestos se acaban quejando
de lo mismo. “La competencia es brutal, lo que ha provocado que de los
que trabajamos legal quedemos cuatro. De salida, ya somos un 25% menos
competitivos”, se queja el responsable de otra inmobiliaria, esta vez en
el centro de Orpesa.
30.000 ILEGALES // Saber con
exactitud cuántos apartamentos ilegales existen en la provincia es
complicado. Los datos oficiales hablan de casi 9.000 inmuebles
turísticos legalmente registrados (39.856 plazas), y las cifras que
baraja el sector cifran en unos 30.000 los que se mueven libremente en
la economía sumergida. Otras voces sitúan la cifra cerca de los 40.000.
Quienes
defraudan al fisco son mayoritariamente de procedencia nacional, aunque
en las inmobiliarias aseguran que cada vez hay más extranjeros que se
han apuntado al carro del alquiler al margen de la ley. “Hay franceses,
alemanes y también británicos. Muchos incluso ofrecen la posibilidad de
alojamiento y desayuno, en una clara competencia para los hoteles.
Incluso reparten tarjetas con anuncios”, revelan en las agencias legales
de Peñíscola.
La batalla contra los apartamento ilegales es
larga. Ashotur, la patronal del sector en Castellón, llevan años
reclamando a la Administración que se ponga manos a la obra y finiquite
una actividad que mueve cada verano millones de euros en negro. “La
lucha la doy por perdida. Se ha reivindicado muchas veces, pero seguimos
igual o peor que hace unos años. El Gobierno no hace más que subir los
impuestos para recaudar más. Si se acabara con los ilegales ahí tendrían
una fuente de ingresos importante”, subrayan en las inmobiliarias.
ALQUILER
POR 4 DÍAS // Pero el auge de la economía sumergida no es al único
problema al que se enfrenta el sector. Hay otro y viene de la mano de la
duración de las vacaciones. Las estancias se van acortando, hasta el
punto de que lo que hace unos años era la excepción ahora mismo es casi
la regla general. “Lo normal es el alquiler por una semana, pero cada
vez más nos piden estancias de tres o cuatro días. Hay muchas agencias
que no lo aceptan, pero sí queremos llenar no nos queda otra”, comentan a
este diario en una inmobiliaria de Peñíscola.
Lo que no varía
nada con los años es la procedencia de los turistas. Reinan los
nacionales y de los extranjeros mandan franceses, alemanes e ingleses, tal como recuerda el periódico 'Mediterráneo".
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