MADRID.- Las cajas de ahorros han solicitado al
Gobierno que sea el Banco de España el que tenga la última palabra para
decidir sobre si una participación mayoritaria en los bancos a los que
traspasaron sus negocios puede afectar a la viabilidad de la entidad, de
modo que pueda suprimir esta restricción si lo considera oportuno,
según han informado fuentes financieras.
Esta sería la alternativa que manejan las cajas, que conllevaría
una modificación de la Ley de Cajas (Lorca), en respuesta a la
regulación del Memorándum de Entendimiento (MoU) pactado por el Gobierno
con Bruselas como condición para desembolsar la línea de crédito de
hasta 100.000 millones de euros para sanear la banca.
De acuerdo con el MoU, las cajas deben rebajar del 50% su
participación en los bancos resultantes de las fusiones, con el fin de
evitar su control. La Caixa, por ejemplo, posee algo más del 60% de
Caixabank, por lo que esta normativa le obligaría a deshacer posiciones
de control. Las tres cajas vascas también cuentan con participaciones en
Kutxabank.
Las cajas fundamentan su propuesta, recogida en un documento
remitido por la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) al
Gobierno, bajo premisas económicas, de gobierno corporativo y jurídicas.
"Se ha ofrecido como alternativa que se haga una modificación de
la Lorca, de forma que sea el Banco de España el que diga si el que una
caja tenga una participación mayoritaria en una entidad interfiere en su
gobierno corporativo o su viabilidad", explicaron las fuentes
consultadas.
Las mismas fuentes precisaron que si el organismo liderado por
Luis María Linde considerara que una posición de control de alguna caja
no afecta a la estabilidad del banco, "no debería haber ninguna
limitación".
Esta petición de las cajas de que sea el Banco de España quien
decida sobre su participación en los bancos a los que dieron origen en
un contexto de recapitalización del sector financiero se habría acogido
con cierta "receptividad" por parte del Ministerio de Economía y
Competitividad, según las fuentes consultadas.
La condición suscrita en el MoU recogía una de las recomendaciones
del FMI para desatar los vínculos entre las antiguas cajas y los
bancos, después de décadas en las que los poderes públicos controlaron
estas entidades y empujaron al sector de las cajas a empacharse de
ladrillo.
Si finalmente las cajas se ven obligadas a rebajar su posición de
control en los bancos a los que traspasaron sus negocios, se produciría
una nueva vuelta de tuerca en el sector, pues podría llevar aparejada su
conversión en fundaciones. La pérdida de control se distribuiría
durante varios años.
El MoU establece que el Gobierno debería tener preparada una norma
para el próximo mes de noviembre que permita "aclarar" la función de
las cajas en su calidad de accionistas de bancos. Y explica que "en
último término" se debería reducir su participación hasta una cota "no
mayoritaria".
No hay comentarios:
Publicar un comentario