MADRID.- La obligatoriedad de cobrar las bolsas de plástico de un solo uso, cuyo
precio oscilará entre los 5 y los 15 céntimos de euro, es un paso
intermedio para desincentivar su consumo, ya que la prohibición total de
las mismas entrará en vigor en 2021.
España prohibirá las bolsas de plástico en 2021 y las cobrará de forma obligatoria a partir de este 1 de julio,
según establece el Real Decreto que regula la prohibición total de las
bolsas de plástico y que el Gobierno anterior aprobó el pasado 18 de
mayo.
La
obligatoriedad de cobrar las bolsas de plástico de un solo uso, cuyo
precio oscilará entre los 5 y los 15 céntimos de euro, es un paso
intermedio para desincentivar su consumo, ya que la prohibición total de
las mismas entrará en vigor en 2021.
Durante la presentación del Real Decreto, la entonces ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente Isabel
García Tejerina explicó que desde 2021 quedarán prohibidas todas las
bolsas ligeras (entre 15 micras y 50) y las muy ligeras (menos de 15
micras) que no sean biodegradables.
Desde este domingo, únicamente no se cobrarán las muy
ligeras, que se utilizan en los alimentos por “razones de higiene y para
fomentar el consumo a granel, y evitar sobreenvases y el desperdicio alimentario”.
En concreto, en el caso de las bolsas de espesor inferior a 15 micras el precio será de 5 céntimos de euro por bolsa;
en las bolsas de entre 15 y 49 micras, de 15 céntimos de euro por
bolsa; en las de 50 o más micras, el precio será también de 15 céntimos
de euro por unidad y en aquellas con un espesor igual o superior
a las 50 micras, con contenido igual o superior a un 50% de plástico
reciclado pero inferior al 70%, el precio será de 10 céntimos de euro
por bolsa.
Otro
paso intermedio llegará en enero de 2020 cuando de acuerdo con el Real
Decreto se prohibirán las bolsas de plástico fragmentables
que Tejerina definió como “especialmente dañinas” porque tienen
aditivos y un mayor impacto y las muy gruesas, que deberán llevar un 50
por ciento de plástico reciclado.
Inicialmente, la obligatoriedad de cobrar las bolsas de plástico estaba prevista para enero de 2018,
aunque posteriormente se retrasó al 1 de marzo, fecha en que volvió a
quedar en suspenso a la espera del dictamen del Consejo de Estado, antes
de su aprobación definitiva.
La
normativa contempla también una campaña de sensibilización con
información para los usuarios así como un registro de productores, con
el fin de evaluar y dar cuenta de cómo España cumple con los objetivos.
Este registro estará adscrito al Ministerio, ahora de Transición Ecológica, y contará con una sección dedicada a fabricantes
e importadores de bolsas de plástico con el fin de cumplir con la
obligación de remitir la información sobre las bolsas que se
ponen en el mercado a la Comisión Europea y así conocer la evolución y
la efectividad de las medidas que se pongan en marcha para, en su caso,
plantear nuevas soluciones.
En
la última década, España ha reducido el consumo de bolsas de plástico a
la mitad, pasando de 317 bolsas por habitante en 2007 a 144 bolsas por
habitante en 2014, según datos del sector.
ONGs piden más pasos
Al respecto, la ONG Amigos de la Tierra confía en que la prohibición
de la gratuidad de las bolsas de plástico de un solo uso a partir del
domingo tendrá en España “efectos positivos” para terminar con la contaminación por plástico.
La
ONG lleva años exigiendo su prohibición y considera que la norma
se queda aún a medio camino ya que se ha perdido la oportunidad de
promocionar la reducción real de residuos o de apostar por las
alternativas reutilizables y duraderas, como las bolsas de tela, los
capazos o los carritos.
La
ONG denuncia que pese a los avances de la normativa, esta sigue
ahondando en el modelo de usar y tirar ya que permite que las bolsas se
sustituyan por bolsas biodegradables, lo que en su opinión, traslada el
problema de un material a otro
y lamenta que la medida llega “demasiado tarde” aunque insiste en la
necesidad de poner en marcha propuestas para reducir la contaminación de
plástico procedente de diferentes envases y productos desechables, por
la gravedad del problema.
“Llevamos
años reclamando medidas efectivas para eliminar las bolsas de plástico
de un solo uso y otros productos como platos, vasos, cubiertos,
y reivindicando alternativas reutilizables. El real decreto de bolsas
es un primer paso en este camino, pero debería haber sido más
ambicioso”, ha insistido la responsable de recursos naturales y residuos
de Amigos de la Tierra, Alodia Pérez.
Asimismo, un conjunto de ONG ambientales y de consumidores, entre las
que se encuentran Amigos de la Tierra, CECU, Desnuda la Fruta, Fundació
Deixalles, Greenpeace, Orgánico, NastidePlastic, Red Ecofeminista,
Asociación Residuo Cero Región de Murcia, Retorna, Surfrider España y
Vivir Sin Plásticos advierte de que el Real Decreto sigue
fomentando el uso de bolsas compostables, que pueden contener plástico y
seguir generando problemas ambientales.
Precisamente, el fin de la gratuidad tiene lugar dos días antes del
Día Internacional Sin Bolsas de Plástico (3 de julio) y estas
organizaciones piden que el Real Decreto vaya más allá de lo establecido
para combatir el problema.
Bajo el hashtag #YoUsoMiBolsa, la
alianza anima a los ciudadanos a sumarse a la demanda en sus redes
sociales y no se utilicen bolsas de plástico sino una bolsa reutilizable
en los establecimientos.
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