La primera táctica, empleada en los dos últimos años, es la de regalar plazas de garajes, muebles de cocina o incluso coches. Pero eso ya no basta. Las promotoras más grandes, que suelen ser las más sofisticadas, se han dado cuenta de que los regalos han dejado de ser un anzuelo con gancho para un mercado en el que los precios y los tipos de interés han hecho de la vivienda algo inalcanzable.
Así que el siguiente paso de marketing que han dado las inmobiliarias es facilitar el pago del piso. Ofrecen ahora carencias en el pago del préstamo principal durante dos o tres años. El experto inmobiliario José Barta opina que con estas rebajas, las empresas están bajando de facto los precios de los pisos pero con subterfugios que les permiten seguir diciendo que la vivienda es un bien que nunca pierde valor.
"Tienen que convencer al comprador de que va a ser capaz de hacer frente a los pagos mensuales de la hipoteca. Y de que al comprar está haciendo un negocio porque el piso siempre se va a revalorizar", asegura Barta. Lo primero lo consiguen ofreciendo carencias del préstamo principal durante dos o tres años y dando al cliente la posibilidad de pagar durante ese periodo sólo los intereses.
Y para lo segundo, para convencerle de que la compra es una inversión, Barta opina que es básico mantener la falsa creencia de que los pisos nunca se abaratan. Algo que ya ha ocurrido en crisis anteriores. "Por eso los promotores bajan los precios pero sin reconocer que lo están haciendo", añade.
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