VALENCIA.- Jorge Alarte no deja flecos. Al nuevo secretario general del PSPV le gusta tenerlo todo controlado en su partido. En determinados niveles tiene más capacidad de maniobra, y el líder de los socialistas valencianos se está haciendo fuerte en esos ámbitos. Tras lograr el control total de la ejecutiva de la provincia de Valencia, intentará hacer lo mismo en el congreso del partido de la capital. Para ello, tiene un objetivo muy claro: el secretario general local no será el candidato del partido al Ayuntamiento en las elecciones de 2011, según "Las Provincias".
El mecanismo del PSPV para elegir a sus candidatos a los comicios autonómicos y municipales son las elecciones primarias. Es decir, se abre un proceso en el que cualquier militante puede aspirar a ser el cabeza de cartel, sea o no secretario general o dirigente a otro nivel. Si hay más de un pretendiente, son los afiliados los que lo eligen.
Este sistema implica que el secretario general del partido en cada ámbito puede, o no, ser el candidato a las elecciones. Aunque el proceso "natural" es que lo sea, tampoco sería extraño que ocurriera lo contrario. Lo que pasa en este caso es que, según fuentes de la actual ejecutiva local del PSPV de Valencia, Alarte quiere desligar totalmente ambos procesos.
Varios son los motivos que podrían justificar el interés del líder de los socialistas valencianos por cubrirse las espaldas. Por ejemplo, que ninguno de los posibles aspirantes a la secretaría general local sea de su agrado.
El proceso se encuentra en una fase muy inicial: todavía queda, este fin de semana, el congreso de Alicante que pondrá fin a la nueva aventura provincial del PSPV, y una vez cerrada esa etapa, los socialistas se pondrán a trabajar en las asambleas locales.
Pero ya suenan algunos nombres, como el actual secretario de Organización, Julio Such; la concejala en el Ayuntamiento de Valencia Mercedes Caballero, y el asesor municipal y responsable de la agrupación de Benimaclet José Vicente Berlanga, además del precoz (por la prisa que se dio en anunciarlo) director de la Fundación Jaime Vera, Francesc Romeu.
Del primero, el entorno de Alarte valora su trabajo pero cree que no da "el perfil". La segunda y el tercero, que gozan del respeto del secretario general del PSPV, no son exactamente de su "cuerda" sino de la del actual presidente local, José Luis Abalos. Y del cuarto, el líder de los socialistas valencianos no quiere ni oír hablar.
Por eso, a menos que Alarte guarde un as en la manga, alguno de los actuales (o futuros) aspirantes podría serle útil para pacificar el partido, pero no lo suficientemente imprescindible como para ser candidato a la alcaldía de Valencia.
Otra posibilidad, que apuntan las malas lenguas (no de la ejecutiva del PSPV, sino de otros sectores), es que finalmente sea el propio Alarte el candidato a la alcaldía de Valencia, en detrimento de Alaquàs (localidad que gobierna). Esta teoría viene alimentada por los últimos acontecimientos de esta semana.
El pasado lunes la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, desveló sin pronunciarlas sus intenciones de ser la cabeza de cartel de los socialistas valencianos en las elecciones a la Generalitat. De imponerse finalmente este pronóstico, Alarte se quedaría sin el primer leitmotiv de cualquier secretario general del PSPV: ser jefe del Consell. De ahí que tampoco resulte tan descabellado pensar que el cap i casal sea su refugio durante una legislatura.
El congreso del PSPV de la ciudad de Valencia no está convocado aún, pero previsiblemente será dentro de, al menos, dos meses. La actual ejecutiva comarcal trabaja ya en los estatutos para que, en la segunda quincena de enero, se puedan celebrar las asambleas de distrito, y el cónclave, entre la última semana de enero y la primera de febrero.
El mecanismo del PSPV para elegir a sus candidatos a los comicios autonómicos y municipales son las elecciones primarias. Es decir, se abre un proceso en el que cualquier militante puede aspirar a ser el cabeza de cartel, sea o no secretario general o dirigente a otro nivel. Si hay más de un pretendiente, son los afiliados los que lo eligen.
Este sistema implica que el secretario general del partido en cada ámbito puede, o no, ser el candidato a las elecciones. Aunque el proceso "natural" es que lo sea, tampoco sería extraño que ocurriera lo contrario. Lo que pasa en este caso es que, según fuentes de la actual ejecutiva local del PSPV de Valencia, Alarte quiere desligar totalmente ambos procesos.
Varios son los motivos que podrían justificar el interés del líder de los socialistas valencianos por cubrirse las espaldas. Por ejemplo, que ninguno de los posibles aspirantes a la secretaría general local sea de su agrado.
El proceso se encuentra en una fase muy inicial: todavía queda, este fin de semana, el congreso de Alicante que pondrá fin a la nueva aventura provincial del PSPV, y una vez cerrada esa etapa, los socialistas se pondrán a trabajar en las asambleas locales.
Pero ya suenan algunos nombres, como el actual secretario de Organización, Julio Such; la concejala en el Ayuntamiento de Valencia Mercedes Caballero, y el asesor municipal y responsable de la agrupación de Benimaclet José Vicente Berlanga, además del precoz (por la prisa que se dio en anunciarlo) director de la Fundación Jaime Vera, Francesc Romeu.
Del primero, el entorno de Alarte valora su trabajo pero cree que no da "el perfil". La segunda y el tercero, que gozan del respeto del secretario general del PSPV, no son exactamente de su "cuerda" sino de la del actual presidente local, José Luis Abalos. Y del cuarto, el líder de los socialistas valencianos no quiere ni oír hablar.
Por eso, a menos que Alarte guarde un as en la manga, alguno de los actuales (o futuros) aspirantes podría serle útil para pacificar el partido, pero no lo suficientemente imprescindible como para ser candidato a la alcaldía de Valencia.
Otra posibilidad, que apuntan las malas lenguas (no de la ejecutiva del PSPV, sino de otros sectores), es que finalmente sea el propio Alarte el candidato a la alcaldía de Valencia, en detrimento de Alaquàs (localidad que gobierna). Esta teoría viene alimentada por los últimos acontecimientos de esta semana.
El pasado lunes la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, desveló sin pronunciarlas sus intenciones de ser la cabeza de cartel de los socialistas valencianos en las elecciones a la Generalitat. De imponerse finalmente este pronóstico, Alarte se quedaría sin el primer leitmotiv de cualquier secretario general del PSPV: ser jefe del Consell. De ahí que tampoco resulte tan descabellado pensar que el cap i casal sea su refugio durante una legislatura.
El congreso del PSPV de la ciudad de Valencia no está convocado aún, pero previsiblemente será dentro de, al menos, dos meses. La actual ejecutiva comarcal trabaja ya en los estatutos para que, en la segunda quincena de enero, se puedan celebrar las asambleas de distrito, y el cónclave, entre la última semana de enero y la primera de febrero.
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