En su último informe de estabilidad financiera, el instituto emisor constata que la tasa de mora "ha repuntado con intensidad", y pronostica que "seguirá aumentando en los próximos trimestres", reduciendo la tasa de cobertura de las entidades y situándola en línea con la de otros sistemas bancarios del entorno.
"Hay elementos de tensión que soportarán las cuentas de resultados, relacionados con menores volúmenes de actividad, mayores costes de financiación y con el impacto de los impagos a través de provisiones específicas", sostiene el Banco de España, que resalta lo importante de que "las entidades intensifiquen sus esfuerzos por aumentar su eficiencia de costes" en este contexto.
A su parecer, en las actuales circunstancias del negocio bancario, las entidades deben hacer mayores esfuerzos para reducir sus costes operativos, desde la racionalización de su operativa y de estructura de costes, "hasta el aprovechamiento de economías de escala que puedan surgir de eventuales procesos de consolidación bancaria".
Según los cálculos del organismo que preside Miguel Ángel Fernández Ordóñez, los fondos de cobertura de insolvencias constituidos hasta el momento permiten cubrir las pérdidas asociadas a una tasa de morosidad del 4%, pero dicha cobertura puede ir más allá si se tiene en cuenta la recurrencia de los resultados.
Si la ratio de cobertura se ve ampliada con los beneficios de un año, posibilitaría cubrir una tasa de morosidad del 7%, y si se añaden tres cuartas partes de los beneficios de dos años consecutivos, la cobertura de las pérdidas llegaría a una mora del 9%, escenario de "considerable estrés para las cuentas de resultados", advierte.
"El mayor riesgo para la evolución de los resultados en los próximos trimestres es el aumento de la morosidad, aunque las entidades españolas disponen de una provisión genérica que contribuirá a amortiguar el impacto del aumento de dudosos", dice el Banco de España.
Por otro lado, estima que las medidas coordinadas adoptadas por los principales países europeos y Estados Unidos deben aplicarse por los diferentes gobiernos de modo "transparente y respetuoso" para mantener el terreno competitivo, ya que en caso contrario "se producirán efectos perversos".
El Banco de España estima que dichas acciones deberían contribuir a que progresivamente retornara la confianza a los mercados financieros, facilitando que se recuperara su normal funcionamiento, pero advierte contra aplicaciones que dificulten la capacidad de los mercados financieros de discriminar entre aquellas entidades que lo han hecho bien y aquellas otras que no han gestionado bien la crisis.
Sobre los planes aprobados por el Gobierno español, recalca que "deberían contribuir a aliviar las tensiones de financiación" que sufren las entidades españolas por la cerrazón de los mercados mayoristas internacionales, "que siguen prácticamente bloqueados".
Además incide en que las entidades españolas mantienen una estructura de vencimientos concentrada en el medio y largo plazo, al tiempo que en los últimos meses han reaccionado aumentando significativamente su capacidad de captación de depósitos, por lo que su modelo de banca minorista debería contribuir a facilitar dicho proceso de captación de depósitos.
Los graves problemas de inestabilidad financiera internacional y el debilitamiento económico explican un entorno operativo mucho más complejo para las entidades financieras, contexto en el que las entidades españolas han iniciado un proceso de composición de sus balances que se refleja en una desaceleración del crédito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario