El magistrado ha adoptado esta decisión a petición de las dos fiscales Anticorrupción, Miriam Sánchez y Concha Sabadell, después de haber prorrogado este lunes su detención, que tuvo lugar el pasado viernes, para practicar nuevas diligencias.
Garzón acusa a los tres de los delitos de blanqueo de capitales, tráfico de influencias, defraudación y cohecho, los mismos que atribuye a los otros 34 imputados que figuran, por el momento, en esta causa.
No obstante, la Fiscalía Anticorrupción no descarta que el número de imputados en esta causa, que ya se eleva a 37, se amplíe "al menos en dos o tres personas" más, según han informado fuentes fiscales.
Antes de celebrar las vistillas para la adopción de medidas cautelares, han comparecido ante Garzón las tres primeras imputadas llamadas a declarar de la lista de 34 que ayer martes notificó el magistrado: Carmen Rodríguez Quijano (esposa de Correa), Felisa Jordán -puestas en libertad por la Policía tras ser detenidas junto a Correa, Crespo y Sánchez- y Carmen Luis Cerezo.
Las tres han quedado en libertad tras ser interrogadas desde este mediodía hasta las siete de la tarde y el juez las ha impuesto comparecencias mensuales y la obligación de comunicar al juzgado si tienen intención de abandonar España.
Jordán fue la que más tiempo permaneció declarando ante el juez, unas tres horas, seguida de Rodríguez Quijano, que estuvo hora y cuarto, mientras que Luis Cerezo sólo entró diez minutos en el despacho de Garzón y acto seguido abandonó la Audiencia Nacional.
También ha sido conducido este mediodía a la Audiencia Nacional el último detenido en la "operación Gürtel", Álvaro Pérez Alonso, conocido como "El bigotes" y responsable de la empresa Orange Market, que fue detenido el lunes en Valencia. Sin embargo, aunque ha permanecido desde las 13.00 horas en los calabozos de la Audiencia, finalmente Garzón no le ha interrogado y previsiblemente lo hará este jueves por la tarde.
Durante su declaración, la mujer de Correa ha tratado de desvincularse de las actividades de su marido -responsable de la empresa Special Events, que organizó eventos para el PP hasta el 2004-, alegando que no viven juntos y que se encuentran en trámites de separación.
Según el abogado de Rodríguez Quijano, Enrique Molina, ex fiscal de la Audiencia Nacional que trabajó con Garzón en el desmantelamiento del entramado político, social y mediático de ETA, éste ha explicado al juez que desde que se casó con Correa tenía régimen de separación de bienes y ha asegurado que "la relación personal es inexistente" porque llevan cuatro años "sin tratarse".
Durante el interrogatorio se le ha preguntado además por su relación con las empresas de su marido, Special Events y Pasadena Viajes, en las que ella aparece como administradora hasta 2001. Ha explicado que aceptó este cargo porque se lo pidió su amigo José Luis Izquierdo, otro de los imputados en esta causa, y ha asegurado que ella firmaba los documentos que éste le decía.
De esta manera se ha desvinculado de las contrataciones y cuentas de estas dos empresas, que están siendo investigadas por Garzón, y ha añadido que no recibe ningún sueldo por su condición de administradora de estas sociedades.
También ha declarado que su único sustento es el sueldo que recibe de la empresa Construcciones Salamanca, propiedad del padre de la mujer de Correa, Emilio Rodríguez Bugallo, quien fue imputado en la "operación Malaya" contra la corrupción en el Ayuntamiento de Marbella y que falleció el pasado año.
Respecto a su relación con el Ayuntamiento de Majadahonda, cuyo ex alcalde Guillermo Ortega Alonso (PP) también está imputado, la esposa de Correa, que fue jefa de gabinete en este consistorio, ha destacado que sólo tenía "una relación institucional".
El resto de los imputados serán interrogados por el magistrado en grupos hasta el próximo 5 de marzo, aunque hasta el próximo lunes Garzón no tiene previsto reanudar las tomas de declaraciones.
¿Quién es Paco Correa?
Francisco Correa, "Paco", supuesto responsable de la red de corrupción, fue explícito: "Estoy bien jodido". Hubo un tiempo en el que Correa tenía acceso directo a la "planta noble" de Génova, se codeaba con los santurrones del partido que fue de Aznar,... Y se chuleaba de ello. Pero todo se le ha venido abajo. El chorizo principal que tenía un sueño: ser pijo.
Francisco Correa (en la imagen a la izquierda) empezó en una agencia de viajes situada en las cercanías de la sede central del partido en Madrid. Pasito a pasito, "Paco" se fue abriendo paso en los despachos. "Era un tío espabilado, atrevido, proclive a las fantasmadas, presumido, ambicioso, y quería ser rico", escribe Lucía Méndez en El Mundo.
"Por utilizar una palabra que le cuadra muy bien y que ha sido utilizada muchas veces para referirse a él, Paco Correa era un auténtico chulo. Su pinta lo delataba, con el pelo engominado y los rizos en la nuca. No era un pijo, ni mucho menos, pero sí quería ser uno de ellos y vivir como ellos, veranear en Marbella, navegar en yate, comer en restaurantes de lujo y tomar café en hoteles de cinco estrellas, conducir un deportivo y casarse con una mujer rica. Todo ello lo consiguió, e incluso más".
Las grabaciones desveladas del sumario le delatan. «Se va a enterar este hijoputa». «Le voy a dar a éste su merecido». «Tengo un negocio que me voy a salir de la tabla».
"Si el juez Garzón le deja leer la prensa en la cárcel, Paco Correa se habrá dado cuenta de que le dejaron entrar en los palacios, pero, cuando vienen mal dadas, nadie conoce a nadie. A diferencia de muchos dirigentes del partido que ahora se hacen de nuevas, todos los periodistas y todos los trabajadores del PP pueden dar testimonio de quién era Paco Correa. Aquel que tantas veces se peleó con los responsables del gabinete de prensa de Aznar -casi llegando a las manos- cuando el foco no se encendía al paso del entonces líder del PP o cuando la carpintería del escenario no estaba bien pintada".
Según Lucía Méndez, "uno de los que más discusiones tuvo con él fue Miguel Angel Rodríguez, el periodista que cambió la imagen del PP en los años 90 siguiendo las instrucciones de Aznar de pivotar hacia el centrismo y la modernidad. Algo había en Correa que no le gustaba al equipo de Rodríguez, encargado de la imagen de Aznar. Numerosos periodistas son testigos de los enfrentamientos de Correa y sus colaboradores con personas de confianza del entonces presidente del PP. Primero con Rodríguez, pero después también con Isidro Cuberos, el que también fue jefe de prensa del PP. Y, más tarde, con Esteban González Pons, que no quiso contratarle para organizar las reuniones de la Interparlamentaria".
Pese a que muchos les daba a la nariz que Correa no era "trigo limpio", "el ambicioso u osado empresario, poco a poco, se hizo íntimo amigo del gerente del partido, Luis Bárcenas, estrecho colaborador del entonces secretario general, Francisco Alvarez Cascos. Bárcenas, ahora tesorero del partido, y Correa pasaban juntos incluso las vacaciones. Todo el mundo conoce, asimismo, la estrecha relación que le unía con el eurodiputado Gerardo Galeote, hijo de un concejal de Boadilla del Monte".
"El asistió en directo, desde detrás de los escenarios de los mítines, al ascenso electoral del PP. Y cuando llegó la gloria del poder, en el 96 y después con la mayoría absoluta de 2000, también estaba allí, con la puerta grande abierta para él".
Pero Correa no trabajaba solo. Ahí estaba su colega Alvaro Pérez, ambos del cal de Becerril, liderado por Alejandro Agag. Pérez, presidente de Orange Market, se convirtió ayer en la última persona detenida por Garzón. El amigote de Correa centraba su actividad en la Comunidad Valenciana.
Los periodistas Carlos Ribagorda y Nacho Cardero, en un libro editado por La Esfera, aseguran que Alvaro Pérez, el socio de Correa, más conocido por Alvaro el del bigote, se encargó de organizar una de las reuniones del clan de Becerril, la tercera edición del Seminario con Jóvenes Altos Cargos, celebrada en el hotel Las Gacelas los días 16 y 17 de noviembre de 2001.
"Un año después, los autores aseguran que Alvaro el del bigote también organizó la boda de Alejandro Agag y Ana Aznar Botella en El Escorial. Eran profesionales en la organización de eventos y el de El Escorial era, sin duda, un gran evento internacional. Ambos asistieron al enlace. Las fotos de archivo de los ahora detenidos en el patio real del Monasterio de El Escorial han dejado sin habla a numerosos dirigentes del PP. También han supuesto el enfado mayúsculo de Alejandro Agag. El yerno de Aznar creía que Correa era sólo un mal recuerdo, pero el pasado le ha salido al encuentro".
Y concluye Méndez en El Mundo:
"Al grupo de amistades personales de Correa pertenecía, asimismo, el dimitido consejero de Deportes de la Comunidad de Madrid, Alberto López Viejo, que, como concejal que era entonces del Ayuntamiento de Madrid, cerró al tráfico los alrededores de la discoteca Gabana la noche de la despedida de solteros de Alejandro y Ana. Los carteles ponían: «Prohibido aparcar por acto oficial».La despedida de soltera de la hija del presidente era un acto oficial, de la misma forma que Alvaro Pérez se ha presentado en alguna ocasión como «asesor de relaciones públicas del Gobierno de Aznar».
Los días de esplendor en la hierba no sólo ya no volverán, sino que en el PP tampoco nadie quiere acordarse ahora de cómo fueron".
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