La historia se repite en el socialismo valenciano tres años después. Entonces fue su líder el que quedó al descubierto. Hoy Luna, autor del manifiesto "Contra la corrupción: tolerancia cero".
"Estamos en la misma situación que hace tres años". Esta frase resume el sentir de parte de los barones del socialismo valenciano, que este lunes han asistido atónitos a las informaciones que vinculan a su portavoz en Les Corts, Ángel Luna, con uno de los empresarios "malditos" para los socialistas, Enrique Ortiz, imputado en el Caso Brugal.
La historia guarda un parecido más que sospechoso con la que protagonizó Joan Ignasi Pla, quien fuera líder del PSPV, tras perder las elecciones autonómicas de 2007. Como no quiso retirarse por las buenas, sus compañeros le obligaron por las malas: desde el socialismo valenciano se filtró un supuesto trato de favor de una constructora que pagó 78.000 euros de una reforma en casa de Pla. El escándalo le hizo dimitir en octubre de aquel año.
Como ocurriera con Pla, la ya famosa reforma en casa de Luna (parece ser que bajo la modalidad del "gratis total") compromete el futuro político del parlamentario socialista que precisamente más le ha exigido ética a Francisco Camps, reclamando facturas y convirtiéndose en un adalid de la transparencia, ésa misma que ahora evita para no ofrecer las necesarias explicaciones. Para más inri, Luna escribió hace poco el manifiesto Contra la corrupción: tolerancia cero.
Las reveladoras informaciones han hecho saltar todas las alarmas en el socialismo valenciano, que ve ahora tocado –algunos dicen que hasta hundido- a quien ha sido la "voz" de la oposición al PP en los últimos años. Destacados socialistas consultados por El Semanal Digital no han dudado en calificar los hechos como "muy graves" y todos los argumentos coinciden en que la única salida es la dimisión inmediata, al menos como portavoz en Les Corts, de Ángel Luna.
"Tendrían que quedarle 48 horas en el cargo, las mismas que tardó en dimitir Joan Ignasi Pla para no hacer más daño al partido en vísperas de unas elecciones".
Y es que los paralelismos en el caso de Pla y el de Luna son llamativos, con la diferencia de que en el caso de Pla fue el "fuego amigo" de la SER el que aireó los favores en sus obras domésticas. Entonces los propios socialistas valencianos estuvieron detrás de la filtración. ¿También ahora?
Mientras la única explicación de Luna es que pagó "directa o indirectamente" sus facturas -una respuesta abstracta que el diputado socialista condenó cuando algún dirigente del PP implicado en Gürtel se expresó en términos parecidos- en su partido se echan a temblar. De momento de forma privada.
No se trata ya de una reforma de 4.500 euros, sino que temen que la información sea sólo la punta del iceberg de unas relaciones Ortiz-Luna que vienen de lejos, cuando el primero era uno de los principales contratistas del Ayuntamiento de Alicante y el segundo era precisamente el alcalde de la ciudad.
Hay más. Tras perder la Alcaldía frente al PP de Luis Díaz Alperi, Luna abandonó la vida política y fichó por la constructora de Enrique Ortiz, firma que recibió importantes recalificaciones urbanísticas durante su mandato como alcalde. En cifras reales, la empresa que realizó la obra de su casa y que contrató a Luna al dejar el Ayuntamiento fue durante sus años como alcalde de Alicante la principal contratista con el Consistorio alicantino.
Tanto por número de contratos (un total de 72) como por volumen económico de los contratos (1.186 millones de pesetas de entonces). Estos datos representan el 26% del total de de contratos municipales: uno de cada cuatro euros de la Administración iban para la firma Ortiz e Hijos.
"Estamos en la misma situación que hace tres años". Esta frase resume el sentir de parte de los barones del socialismo valenciano, que este lunes han asistido atónitos a las informaciones que vinculan a su portavoz en Les Corts, Ángel Luna, con uno de los empresarios "malditos" para los socialistas, Enrique Ortiz, imputado en el Caso Brugal.
La historia guarda un parecido más que sospechoso con la que protagonizó Joan Ignasi Pla, quien fuera líder del PSPV, tras perder las elecciones autonómicas de 2007. Como no quiso retirarse por las buenas, sus compañeros le obligaron por las malas: desde el socialismo valenciano se filtró un supuesto trato de favor de una constructora que pagó 78.000 euros de una reforma en casa de Pla. El escándalo le hizo dimitir en octubre de aquel año.
Como ocurriera con Pla, la ya famosa reforma en casa de Luna (parece ser que bajo la modalidad del "gratis total") compromete el futuro político del parlamentario socialista que precisamente más le ha exigido ética a Francisco Camps, reclamando facturas y convirtiéndose en un adalid de la transparencia, ésa misma que ahora evita para no ofrecer las necesarias explicaciones. Para más inri, Luna escribió hace poco el manifiesto Contra la corrupción: tolerancia cero.
Las reveladoras informaciones han hecho saltar todas las alarmas en el socialismo valenciano, que ve ahora tocado –algunos dicen que hasta hundido- a quien ha sido la "voz" de la oposición al PP en los últimos años. Destacados socialistas consultados por El Semanal Digital no han dudado en calificar los hechos como "muy graves" y todos los argumentos coinciden en que la única salida es la dimisión inmediata, al menos como portavoz en Les Corts, de Ángel Luna.
"Tendrían que quedarle 48 horas en el cargo, las mismas que tardó en dimitir Joan Ignasi Pla para no hacer más daño al partido en vísperas de unas elecciones".
Y es que los paralelismos en el caso de Pla y el de Luna son llamativos, con la diferencia de que en el caso de Pla fue el "fuego amigo" de la SER el que aireó los favores en sus obras domésticas. Entonces los propios socialistas valencianos estuvieron detrás de la filtración. ¿También ahora?
Mientras la única explicación de Luna es que pagó "directa o indirectamente" sus facturas -una respuesta abstracta que el diputado socialista condenó cuando algún dirigente del PP implicado en Gürtel se expresó en términos parecidos- en su partido se echan a temblar. De momento de forma privada.
No se trata ya de una reforma de 4.500 euros, sino que temen que la información sea sólo la punta del iceberg de unas relaciones Ortiz-Luna que vienen de lejos, cuando el primero era uno de los principales contratistas del Ayuntamiento de Alicante y el segundo era precisamente el alcalde de la ciudad.
Hay más. Tras perder la Alcaldía frente al PP de Luis Díaz Alperi, Luna abandonó la vida política y fichó por la constructora de Enrique Ortiz, firma que recibió importantes recalificaciones urbanísticas durante su mandato como alcalde. En cifras reales, la empresa que realizó la obra de su casa y que contrató a Luna al dejar el Ayuntamiento fue durante sus años como alcalde de Alicante la principal contratista con el Consistorio alicantino.
Tanto por número de contratos (un total de 72) como por volumen económico de los contratos (1.186 millones de pesetas de entonces). Estos datos representan el 26% del total de de contratos municipales: uno de cada cuatro euros de la Administración iban para la firma Ortiz e Hijos.
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