VALENCIA.- El juzgado de Instrucción número 20 de Valencia investiga una presunta estafa millonaria a decenas de personas captadas a través de Hermes Club Empresarial y de la entidad Inversiones Inmobiliarias Delmar S.L., cuyo titular, D.M.A., está imputado en esta causa. Esta persona se encargaba presuntamente de recoger sumas de dinero y ofrecía rentabilidades fijas "espectaculares" para realizar inversiones en el extranjero que luego no efectuaba.
En uno de los escritos de denuncia, que alude a dos de los afectados --representados legalmente por la letrada Ana Mejías--, denuncian a este empresario por un delito de estafa y otro de apropiación indebida. Otros afectados ya han presentado también sus escritos contra esta persona, y algunos de ellos están siendo ahora citados para ratificar los hechos.
En la causa abierta en el juzgado figuran como imputadas cuatro personas --D.M.A., su hijo, una socia del primero y otra mujer que guardaba alguna relación con la sociedad--. Los perjudicados, según Mejías, "van declarando a cuenta gotas, se van señalando fechas porque hay muchos afectados".
Según se expone en el escrito de los dos denunciantes, el empresario era el legal representante de la entidad Inversiones Inmobiliarias Delmar S.L, cuyo objeto social lo constituía la compraventa, arrendamiento e intermediación en relación con bienes inmuebles, estando expresamente excluidas de su objeto social las inversiones colectivas y las reservadas a la Ley de Mercado de Valores. Asimismo, luego creó Hermes Club Empresarial, sociedad privada mediante la que supuestamente también captaba inversiones.
Sin embargo, la empresa Delmar tenía como fin el captar inversionistas para introducir su capital en el mercado de divisas 'Forex' --es el mercado más grande del mundo, en términos de valor de efectivo negociado, e incluye negociar entre los bancos grandes-- ofreciendo unas rentabilidades fijas que oscilaban entre un cinco y un ocho por ciento mensual.
El capital invertido en esta sociedad se garantizaba mediante un contrato personal firmado por el empresario, quien se comprometía a la devolución del capital. Dos de los presuntos afectados formalizaron sus contratos en enero de 2008, "a la vista de que la rentabilidad del negocio que se les ofreció era espectacular, y que la rentabilidad estaba garantizada", según consta en la denuncia. Se les ofreció "un negocio seguro", en el que la práctica totalidad de las personas que había invertido "habían obtenido la rentabilidad prometida más el capital".
Así, uno de los afectados --integrado por un matrimonio-- entregó al empresario la cantidad de 64.400 euros, y éste se comprometió a devolver el capital más los intereses. Transcurrido un año, el empresario desapareció tras ofrecer "múltiples excusas" y "sin pagar ni el capital ni los intereses pactados pese a que para aparentar seriedad y dar confianza a los clientes se introdujo una cláusula contractual por la cual el denunciado, en el momento en que le fuera reclamado, se comprometía a devolver el importe total invertido en un plazo de 15 días sin ningún tipo de cargo".
De igual forma, otro de los afectados entregó la suma total de 441.512 euros al empresario, con las expectativas de que en el periodo de tres meses percibiría el 8,5 por ciento de intereses mensuales sobre el capital invertido. En este contrato se introdujo nuevamente la cláusula de la devolución del importe invertido.
Frente a estos contratos, los afectados --tal y como figura en la denuncia-- no percibieron "absolutamente nada" y cuando intentaron ponerse en contacto con el denunciado para solicitarle la devolución del capital invertido, resultó imposible localizarle puesto que se hallaba en paradero desconocido.
Estas circunstancias "denotan sin ningún género de dudas el carácter fraudulento del supuesto negocio ofrecido por D.M.A., el cual cumple todos los requisitos establecidos en el artículo 248 del Código Penal, es decir, ánimo de lucro, engaño bastante para producir error en el otro, induciéndolo a realizar un acto de disposición en perjuicio propio o ajeno", según el escrito.
El texto expone que el ánimo de lucro "queda claramente acreditado por el hecho de producirse una transacción económica por parte de los afectados a favor del empresario, bajo la errónea creencia de que se trataba de una sociedad de inversiones que les garantizaba una rentabilidad fija".
Hermes Club Empresarial remitió un escrito a los medios de comunicación en el año 2007, y en él afirmaba que en su primer año de vida había logrado incorporar a más de 200 socios de todos los sectores económicos de la Comunitat, que facturaban más de 250 millones de euros y daban trabajo a más de 1.500 personas.
La entidad se describió en este escrito como una asociación privada, de carácter independiente y sin ánimo de lucro, cuyo fin era ofrecer un moderno centro de encuentro que promoviese la relación entre las empresas de la Comunitat. De hecho, entre sus objetivos destacaba el fomento de la relación entre las empresas, el intercambio de ideas, proyectos y actividades entre los socios, la cooperación profesional, la puesta en marcha de actividades en común y, sobre todo, la formación ocupacional.
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