MADRID.- El Parlamento Europeo tuvo que acreditar ayer a un total de 56 personas para que ocho presidentes autonómicos españoles asistieran en Bruselas a un almuerzo con el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso. Medio centenar largo de cargos políticos, jefes de gabinete, secretarias y periodistas para acompañar a los jefes de los ejecutivos regionales de Extremadura, Baleares, Navarra, Aragón, Murcia, Canarias, País Vasco, Extremadura y Andalucía. El desplazamiento del personal clasificado como “staff” o “prensa” para dar el lustre y la repercusión requerida a la comida corría a cargo del erario público nacional, adelanta hoy www.elconfidencial.com
Era un retrato que abonaba la ya reconocida fama de generosidad del Estado de las Autonomías en todo lo que sea representación e imagen. Todos los gobiernos regionales tienen su propia delegación en Bruselas y sólo Castilla-La Mancha, con la llegada de María Dolores de Cospedal a la presidencia, se ha comprometido en firme al cierre de la oficina correspondiente para ahorrar.
Sin distinción de partidos políticos, todos los presidentes autonómicos se hicieron acompañar por entre 5 y 13 personas de su confianza para conversar con Barroso sobre la compatibilidad de varios corredores ferroviarios en España, el mediterráneo y el pirenaico.
La delegación española del Comité de las Regiones de la Unión Europea está dirigida por el presidente de la Junta de Extremadura, José Antonio Monago, que encabezaba como tal la invasión autonómica española de los despachos de Barroso. Para que la Junta estuviera bien representada también concurrió la vicepresidenta de su ejecutivo, Cristina Teniente Sánchez, más otras seis personas de “staff”, dos periodistas y un escolta.
Barcina y Rudi, las más austeras
José Ramón Bauzá, presidente del gobierno balear, se presentó con un equipo completo de cargos y asesores que sumaban otros 8 políticos y funcionarios, más tres periodistas y dos escoltas. El segundo dirigente autonómico con más acompañantes fue el lehendakari, el socialista Patxi López, con seis personas de su confianza más tres informadores y dos escoltas. En el extremo contrario destacaba la ‘austeridad’ de Luisa Fernanda Rudi si se tiene en cuenta que Aragón es la región afectada de lleno por el asunto que se trataba: 2 asesores y otros dos periodistas. La navarra Yolanda Barcina se conformaba con dos personas de su equipo y ningún informador.
En la media de acompañantes estaban el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán (PSOE), con tres asesores y dos informadores, y el murciano Ramón Luis Valcarcel (PP), con el mismo número de personas para su apoyo técnico y de propaganda. El regionalista canario Paulino Rivero, que también se apuntó al almuerzo pese a lo lejos que están de las islas afortunadas los corredores ferroviarios peninsulares, se presentó en Bruselas con siete funcionarios e informadores.
Sobre el coste para el erario del desembarco autonómico español en Bruselas, en fuentes comunitarias matizaron que algunos asesores y funcionarios ya están en la capital belga de forma permanente, con lo que el viaje no tuvieron que hacerlo todos.
La Comisión y el Comité de las Regiones invitaban a los presidentes autonómicos pero no a los miembros de séquito tan numerosos. Algunos aprovecharon el desplazamiento y no se limitaron a “asesorar” y difundir el almuerzo de Barroso, sino que también participaron en los “días abiertos” de las regiones y las ciudades que todos los años celebran las instituciones comunitarias.
Sin acuerdo entre ellos por el corredor
Después de la reunión con Barroso, los invitados se mostraron optimistas sobre la actitud de la Comisión para hacer compatibles ambos corredores. Rudi ejerció de abanderada de la posición favorable al eje pirenaico (España sólo tiene dos comunicaciones con el resto de Europa y están separadas por 500 kilómetros) mientras que el valenciano Alberto Fabra defendió casi lo contrario, que la UE se debe volcar en la puerta de entrada de Europa con el norte de África.
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