(...) Francisco Camps, por cierto, ha vuelto a ser noticia. A principios de
agosto, mientras se cambiaba después de un partido de pádel en su
elitista club de tenis, el antes poderoso president de Valencia encontró una banqueta delante de su casilla ocupada por restos fecales humanos
de origen desconocido, pero de intención clara y consistente.
Presuntamente pertenecerían a otro miembro del club. Sin pensarlo dos
veces, el expresident decidió denunciar y abrir investigación.
Para mayor humillación, la junta directiva del elitista club, un tanto
estreñida, no consideró tan urgente la situación como para recortar sus
vacaciones, y el mal olor se extendió por el club y llegó a la ciudad.
Muchos lo huelen como la comprobación de que Camps ya no es lo que fue, y
otros, como una suerte de justicia poética.
Aunque un tribunal popular
le declarara inocente de la cagada de los trajes regalados, tal
sentencia no lo inmuniza a que los miembros de su club le quieran dejar
ese sello como recuerdito (...).
No hay comentarios:
Publicar un comentario