BURRIANA.- El propietario de una tienda de golosinas, Javier Albalat,
lleva en huelga de hambre desde el pasado 24 de septiembre para
protestar y reivindicar a la Generalitat el pago de 8.000 euros que,
según denuncia, le debe esta Administración.
Javier ha explicado
que ese dinero que reclama corresponde a unas ayudas que solicitó para
poner en marcha su negocio, ya que no encontraba trabajo y pensó en ser
su propio jefe para buscarse la vida.
Según su relato, solicitó las ayudas en junio de 2011 y en
noviembre le informaron de que las tenía aprobadas. Sin embargo, desde
entonces aún no ha visto un euro. "Me concedieron 5.000 euros y 3.000
más porque tengo algo de minusvalía, una sordera. Si no recibo ese
dinero me veo abocado a cerrar", ha lamentado.
"Pido que paguen las ayudas prometidas porque mucha gente las
necesita. Es la única forma de evolucionar, de sacar adelante a la
familia y de reactivar la economía local", ha señalado Javier. Por ese
motivo, y con el objetivo de "evitar el cierre" ha tomado la decisión de ponerse en huelga de hambre, ante el "pasotismo" y ya que "nadie te hace caso".
Por ello, se planteó "hacer algo" y luchar por su futuro y el de sus hijos, así como por aquello que le pertenece, y se ha mostrado dispuesto a pelear "lo que haga falta". "Mi futuro lo han destrozado, pero no sólo a mi, a muchísima gente", ha insistido Javier, que apunta que tan sólo es un padre "que trata de sacar a su familia adelante".
"No busco nada más", ha concluido.
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