LONDRES.- Una obra del pintor Joaquín Sorolla, que no ha sido expuesta al público
desde hace más de cien años, será subastada el 2 de marzo por la empresa
de subastas 'Bonhams 19th Century European'. El valor de la pieza,
conocida como 'Un hebreo', se estima entre las 300.000 y 500.000 libras.
El director de Bonhams, Peter Rees, ha señalado que "la aparición
en subasta de 'Un hebreo' es un acontecimiento muy importante.
"Anteriormente se había conocido sólo a través de fotografías en blanco y
negro", ha explicado.
Rees ha destacado que Sorolla se asocia principalmente con escenas del mar y de playas brillantes, pero, según apunta, "también era un pintor de retratos muy logrados".
"A veces se trataba de creaciones formales, pero más a menudo prefería una mayor libertad, como en 'Un hebreo'", ha añadido.
La casa de subastas apunta que se trata de una imagen en movimiento, sobre un tema inusual para Sorolla, que fue pintado en 1898 durante un período excepcionalmente creativo del artista en el que completó una serie de obras clave. Para los expertos, la obra comparte la facilidad y espontaneidad de muchos de sus conocidos retratos de figuras individuales.
En 1898, Sorolla era un artista consolidado, con su obra expuesta regularmente en toda Europa. Para la apertura y cierre de meses de ese año trabajó en su estudio de Madrid. Sin embargo, pasó junio dedicándose a la pintura en la ciudad costera de Jávea (Alicante), completando dos paisajes importantes, 'La pequeña cala' y 'El algarrobo', antes de unirse a su familia en Valencia.
En 'Un hebreo', Sorolla eligió una composición con paisaje, que no es un formato común en la tradición del retrato español pero que él utilizó con gran efecto en muchos de sus retratos. La técnica del artista muestra la influencia del pintor barroco José de Ribera con los tonos de la piel del sujeto, contra el fondo oscuro para ofrecer un gran contraste.
Rees ha destacado que Sorolla se asocia principalmente con escenas del mar y de playas brillantes, pero, según apunta, "también era un pintor de retratos muy logrados".
"A veces se trataba de creaciones formales, pero más a menudo prefería una mayor libertad, como en 'Un hebreo'", ha añadido.
La casa de subastas apunta que se trata de una imagen en movimiento, sobre un tema inusual para Sorolla, que fue pintado en 1898 durante un período excepcionalmente creativo del artista en el que completó una serie de obras clave. Para los expertos, la obra comparte la facilidad y espontaneidad de muchos de sus conocidos retratos de figuras individuales.
En 1898, Sorolla era un artista consolidado, con su obra expuesta regularmente en toda Europa. Para la apertura y cierre de meses de ese año trabajó en su estudio de Madrid. Sin embargo, pasó junio dedicándose a la pintura en la ciudad costera de Jávea (Alicante), completando dos paisajes importantes, 'La pequeña cala' y 'El algarrobo', antes de unirse a su familia en Valencia.
En 'Un hebreo', Sorolla eligió una composición con paisaje, que no es un formato común en la tradición del retrato español pero que él utilizó con gran efecto en muchos de sus retratos. La técnica del artista muestra la influencia del pintor barroco José de Ribera con los tonos de la piel del sujeto, contra el fondo oscuro para ofrecer un gran contraste.
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