Barack Obama, su esposa, sus dos hijas y, hasta su suegra, han
iniciado una histórica visita a Cuba, que culmina una etapa en las
relaciones entre los dos países, el deshielo definitivo entre la Habana y
Washington y que significa que, sea cual sea el resultado de las
Presidenciales de Noviembre, lo que se ha avanzado en el entendimiento
entre los dos países, es ya irreversible.
El viaje del presidente Obama, que este martes se dirigirá
directamente por radio y televisión a los cubanos, en un intento de
explicar que no es intención de Estados Unidos intervenir en el proceso
político que está viviendo la isla y que está controlado férreamente
tanto por las fuerzas armadas, como por el Partido Comunista cubano,
cambiará, sobre todo, las relaciones económicas entre los dos países.
Obama viaja con una amplia delegación de empresarios que intentarán
abrir mercados en varios sectores, especialmente en el turístico
(hoteles, cruceros, inmobiliarios…) y, en el de servicios.
Aunque este viaje no terminará con todos los contenciosos, como el
del embargo (bloqueo según los cubanos) o, el futuro de la base
aeronaval de Guantánamo, si dará un impulso definitivo a las relaciones
económicas, especialmente al desembarco en la isla de cientos de
empresarios que se encuentran con un mercado virgen en el que hay
demanda de todo. Entre aquellos que están ansiosos por el acceso a un
mercado cubano vedado por el embargo económico, están los agricultores,
las agencias de viajes, los productores de energía, la industria del
automóvil, y los importadores de ron y habanos en Estados Unidos.
Incluso las compañías petrolíferas se disputarán posibles prospecciones
en aguas frente a la Costa Norte de la Isla.
Un mercado de grandes proporciones que se irá abriendo
progresivamente en un fenómeno similar al que se produjo en Rusia, tras
la transformación de la URSS, y en China, tras los nuevos planes
económicos del Partido comunista chino. En esa “revolución económica”
que se intuye, España, el único país occidental que ha permanecido en
Cuba, a pesar del embargo, de las presiones políticas, de las medidas de
represalias por parte de Estados Unidos, incluso de sanciones a
empresarios españoles, debería tener un papel fundamental, siempre que
se lleve la iniciativa. Una iniciativa que, en parte, se ha perdido. Una
iniciativa que han llevado hace años destacados empresarios españoles,
especialmente en el sector hotelero. E incluso, en ocasiones, en el
plano político, cuando el expresidente Suárez se convirtió en el primer
Presidente de un país occidental que ponía un pie en la isla, algo que
produjo una verdadera indignación en Washington.
En este sentido, son muchos los analistas que echan de menos que, a
estas alturas, el Gobierno no haya programado un viaje del rey Felipe
VI, a la Habana, adelantándose, al viaje que realizó el presidente
francés François Hollande, en Mayo del año pasado, al frente de una
amplia delegación comercial y empresarial e incluso a la normalización
de relaciones con la UE la pasada semana. Aunque se han dado pasos para
reforzar las relaciones económicas bilaterales, con visitas de los
ministros De Guindos y Soria a la Habana, y se han firmado compromisos
de refinanciación de la Deuda, en estos momentos cada vez es más urgente
una visita oficial del rey Felipe VI a la isla, ya que sería la primera
visita oficial de un Rey español, desde la independencia de la isla de
España.
El rey Juan Carlos estuvo en La Habana en Noviembre de 1999 en una
Cumbre Iberoamericano, la IX, y no en visita oficial. Todos sus intentos
de visitar oficialmente la isla, fueron frenados por el ex Presidente
del Gobierno José María Aznar, que siempre insistía en que se realizaría
“cuando tocase”. Ahora, cuando más toca, fuentes oficiales se acogen a
la excusa de que, con un Gobierno en funciones, que puede durar meses,
tampoco toca… Cuando toque, será demasiado tarde.
(*) Periodista
http://www.republica.com/viva-la-pepa/2016/03/21/la-urgencia-de-un-viaje-del-rey-a-cuba/
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