MADRID.- El gobierno de España estableció el sábado las directrices para las
personas que regresen al trabajo conforme a una flexibilización de las
medidas de confinamiento, mientras que el país registró su menor
incremento de muertes en un día por coronavirus desde el 23 de marzo.
La mayoría de los españoles han sido confinados a sus casas desde
mediados de marzo, y sólo los negocios en sectores considerados
estratégicamente importantes se les ha permitido operar con normalidad.
Sin
embargo, a partir del lunes, se permitirá a los trabajadores de
sectores como la construcción y la industria reanudar su actividad,
permitiendo a miles de personas volver a trabajar.
Según las
directrices establecidas por el gobierno, las empresas deben
proporcionar el equipo de protección adecuado y asegurarse de que los
empleados tienen espacio para estar al menos a dos metros de distancia.
En
medio de las preocupaciones de que puede ser demasiado pronto para
empezar a desmontar las medidas de confinamiento, el ministro del
Interior, Fernando Grande-Marlaska, trató de minimizar el cambio en las
normas.
“Seguimos en la fase de confinamiento... No hemos
iniciado ninguna desescalada”, dijo en una conferencia de prensa
conjunta con el ministro de Sanidad, Salvador Illa.
Las
fuerzas de seguridad distribuirán 10 millones de mascarillas en los
centros de transporte público en los próximos días, dijo Marlaska,
añadiendo que su uso era recomendado pero no obligatorio.
Sin embargo, algunos políticos criticaron al gobierno por no proporcionar detalles de sus planes.
“Ni
la Comunidad de Madrid ni ninguna autoridad del transporte en el resto
de España tenemos información sobre el reparto de mascarillas anunciado
por el ministro de Sanidad en el transporte público”, escribió en un
tuit el consejero de Transportes de Madrid, Ángel Garrido.
El
número de muertos por coronavirus en España se elevó el sábado a 16.353
desde los 15.843 del día anterior, lo que supone un incremento del
3,22%, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad.
Un
total de 510 personas murieron a causa de la enfermedad en la última
jornada, por debajo de las 605 notificadas el día anterior. El
porcentaje de incremento siguió desacelerándose el sábado tras la
ralentización del viernes con respecto al día anterior (+3,97%).
Por
su parte, el número total de casos registrados ascendió el sábado a
161.852, frente a los 157.022 del viernes, una cifra un 3,08% más alta,
lo cual supone una tasa ligeramente por encima al incremento del 3% del
viernes.
La desaceleración es una señal alentadora para el país,
que ha sufrido el tercer mayor número de víctimas por el virus después
de Italia y Estados Unidos.
A principios de abril, el número de
muertes alcanzó los 950 en un día, desbordando al servicio nacional de
salud y obligando a las autoridades regionales a establecer morgues
temporales en pistas de hielo y en edificios públicos en desuso.
Los profesionales de la salud del país se han visto especialmente afectados.
La
directora adjunta del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias
Sanitarias (CCAES), María José Sierra, dijo que hasta ahora se han
infectado unos 25.000 trabajadores sanitarios, lo que representa
alrededor del 15% de todos los casos confirmados.
El personal
médico del hospital Severo Ochoa de la Comunidad de Madrid contuvo las
lágrimas y aplaudió en un improvisado velorio por un enfermero de 57
años que murió después de infectarse con el virus, según mostraron las
imágenes de television.
Las medidas de aislamiento han
causado una interrupción en las tradicionales celebraciones de Semana
Santa, obligando al clero y a los fieles a idear formas creativas de
participación.
En la ciudad de Villar del Arzobispo, cerca de Valencia, el cura Raúl
García celebró una misa con fotografías de sus feligreses colocadas en
los bancos, y los invitó a ver el servicio en línea desde su casa.
“Es una forma de no estar solo en la iglesia y que la gente sienta que me está acompañando”, dijo.
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