MADRID.- El Ministerio de Sanidad
estudiará algunas propuestas que le han planteado esta miércoles las
comunidades autónomas para que la desescalada no se desarrolle sólo por
las unidades territoriales que se han marcado en el plan del Gobierno
-provincias e islas-, sino también por otras como las áreas sanitarias.
Desde este martes, el tema de fondo en la gestión de la pandemia es
el plan de desescalada que aprobó ese mismo día el Gobierno y que tiene
como horizonte finales de junio, con un programa en cuatro fases a
distintas velocidades según las provincias o las islas más o menos
afectadas por la pandemia.
Illa, momentos antes de reunirse con los consejeros en el Consejo
Interterritorial de Sanidad, no descartaba estudiar algunas propuestas
de las comunidades en las que la unidad territorial de referencia para
la desescalada no fuera la establecida por el plan: las provincias o, en
su caso, las islas.
Pero, siempre que se garantizará la estanqueidad de esa unidad en términos de movilidad, pero además otros criterios epidemiologicos, técnicos, sanitarios y económicos, que se deberán analizar.
En ello se apoyará la Comunidad Valenciana para su propuesta
de llevar a cabo las cuatro fases previstas por departamentos de salud o
comarcas, en lugar de por provincias. Y se inclinan por los
primeros, tal y como ha planteado de nuevo la consellera de Sanidad, Ana
Barceló, este miércoles, aunque lo hizo ya antes de la presentación del
plan.
También desde Galicia, el consejero Jesús Vázquez,
lo reclama, así como que la movilidad se pueda realizar entre concellos
sin casos positivos en los últimos 15 o 7 días independientemente de la
provincia.
El presidente de la Xunta, Alderto Nuñez Feijóo, desde Santiago,
también lo ha recalcado y ha dicho además que el plan presenta “algunas
luces”, pero “muchas sombras”.
Feijóo ha sido especialmente crítico con que se haya fijado como
unidad para la desescalada un mecanismo administrativo como son las
provincias y ha vuelto a insistir en que en Galicia la medida debería ser el área sanitaria.
Ha cuestionado además el criterio de “extender hasta junio” las
limitaciones entre provincias puesto que, a su manera de ver, “no tiene
ninguna justificación sanitaria ni epidemiológica” dividir algunos
pueblos en dos porque administrativamente pertenecen a dos provincias
distintas.
Desde el País Vasco, el lehendakari, Iñigo Ukullu, también ha rechazado el plan de transición avanzado por Sánchez, como lo ha hecho la consejera de Salud, Nekane Murga, ante el ministro, y lo ha hecho por considerar que en él se plantea un “modelo provincial que supone un retroceso centralizador y una anomalía incomprensible”.
Por eso, Urkullu ha pedido al presidente el establecimiento de un
diálogo “bilateral” con las instituciones vascas para desarrollar
“cualquier plan” de transición de la pandemia en Euskadi.
La portavoz del Govern catalán, Meritxell Budó, también ha insistido este miércoles en la misma idea: que la fase de desconfinamiento se lleve a cabo de manera asimétrica según cada región sanitaria, y no tomando como referencia las provincias.
Por un lado, Budó ha “celebrado” que el Gobierno haya elaborado “un
plan por escrito en el que se detallan todas las fases y sectores” que
protagonizarán este desconfinamiento, basado en “elementos de
justificación de carácter científico”.
Sin embargo, Budó ha lamentado que este plan se haya “elaborado sin
tener en cuenta a Cataluña y el resto de territorios” y “fije la
provincia como unidad territorial del desconfinamento”, lo que a su
entender es un “error”.
Por su parte, Castilla y León considera “injusto” que en su
comunidad, con la extensión y dispersión que tiene, se tenga que esperar
a que toda una provincia esté sin casos nuevos para poder iniciar la desescalada.
Mientras sigue pendiente de que el Gobierno fije los indicadores y
estándares epidemiológicos y sanitarios máximos y mínimos para afrontar
la desescalada, ya cuenta con su mapa de 247 áreas de salud en el que
casi treinta están en verde, tras siete días sin contagios, con diez que
lucen en ese color desde hace dos semanas. Fuentes de la Consejería de
Sanidad han explicado que confían en que el Gobierno acepte su
propuesta.
Desde Baleares, mientras, la presidenta del Govern,
Francina Armengol, quiere que se permita que, además de Formentera,
también Menorca pueda iniciar la fase 1 de desconfinamiento con apertura
interna el 4 de mayo, a la espera de que el Consell de Ibiza analice si
lo considera oportuno en esa isla.
Si el Ministerio de Sanidad lo autorizara, significaría que estas
islas (Menorca y Formentera, e Ibiza si lo admite) se permitirían
actividades como contacto social entre grupos reducidos de personas
“pero no con las más vulnerables” como mayores y personas con
patologías; y se ofrecería al pequeño comercio la posibilidad de abrir, y
a las terrazas de restauración en un tercio de capacidad, así como los
mercados al aire libre.
La vicepresidenta cuarta del Gobierno y ministra para la Transición
Ecológica, Teresa Ribera, ha dicho este jueves, por su parte, que en el plan de
transición a la nueva normalidad tras el estado de alarma “no se impone nada a nadie”.
“El que no se sienta cómodo, que no abra”, ha dicho
en una entrevista en Radio Nacional, en la que ha insistido en que en lo
relativo a los requisitos para reabrir hoteles, cafeterías y
restaurantes, se van introduciendo en las distintas fases
recomendaciones de aforo y distancia en función de cada superficie y de
forma gradual.
Se trata de criterios orientativos, ha reiterado, además de explicar
que el ministro de Comercio está hablando con los distintos sectores
para que entiendan que es un sistema gradual.
Si alguien cree que es mejor esperar, “pues que espere”, ya que en
cada fase son los propios empresarios los que deben valorar si las
condiciones son adecuadas o no, empezando por cosas sencillas; en otros
países, ha dicho, como por ejemplo Francia, estos sectores se han dejado
para el final.
Por lo que respecta a la seguridad de los trabajadores, ha recordado
que existe una ley de prevención de riesgos laborales y hay
recomendaciones de distancia y de protección individual.
Según la ministra, empresarios y trabajadores han ido entendiendo y
discutiendo qué es lo mejor, del mismo modo que los ministros del ramo,
junto con los sectores empresariales, por lo que la desescalada va a ser
en realidad “a nivel de cada centro de trabajo donde se podrá
precisar”.
Habrá que ver, ha añadido, hasta dónde puede acompañar el Gobierno, que “estará en cada fase de aprendizaje”, en este proceso, ha dicho.
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