VALENCIA.- La Consejería de Educación era uno de los objetivos prioritarios de Vox cuando selló su pacto con el PP para entrar en el Gobierno valenciano. Sin embargo, el nuevo presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, tenía claro que ese departamento debía quedar en manos de los populares, teniendo en cuenta que el sector educativo es uno de los más movilizados y dispuestos a salir a la calle. De ahí que haya confiado su dirección a uno de sus hombres de confianza y con pasado en la Consejería, el economista José Antonio Rovira. Su "prioridad", cambiar el actual modelo de plurilingüismo educativo, relata El Mundo.
Así lo confirmó ayer él mismo a las puertas del Palau de la Generalitat, donde acudió a reunirse con Mazón. Como alicantino que es, Rovira conoce perfectamente la realidad de una provincia cuyas comarcas castellanohablantes se levantaron en armas contra la norma que diseñó el gobierno de Ximo Puig y, en particular, la Consejería de Educación que controlaba Compromís. El foco, por tanto, lo pondrá en este alumnado para hacer efectivo su derecho a la exención del valenciano.
"Habrá que sentarse a hablar, pero hemos venido a cambiar cosas", afirmó Rovira. Y una de ellas, según las fuentes consultadas, tiene precisamente que ver con la incongruencia que para el PP introducía el modelo plurilingüe de la izquierda: que estudiantes que podían pedir la exención para no cursar la asignatura de valenciano tuviesen al mismo tiempo que impartir otras materias no lingüísticas en esta lengua.
En palabras del propio Rovira, "no tiene sentido". Esto pasa porque la actual normativa fija un mínimo del 25% de las horas lectivas tanto para castellano como para valenciano. Sin embargo, la Ley de Uso y Enseñanza del Valenciano de 1983 contempla que el alumnado de las comarcas reconocidas como castellanohablantes puede pedir la exención del valenciano, además de los estudiantes con residencia temporal en la Comunidad Valenciana.
Por tanto, el planteamiento del nuevo consejero de Educación pasa por que este alumnado exento pueda escolarizarse en la práctica en castellano. De hecho, uno de los puntos destacados del acuerdo entre PP y Vox es el que tiene que ver con la "libertad de educación", incluyendo por tanto expresamente la "libre elección de la lengua de enseñanza entre las dos oficiales en todas las etapas educativas".
Hay que recordar que el modelo del tripartito de izquierdas tampoco gustaba a los partidarios de la inmersión 100% en valenciano, precisamente porque se blindaba un mínimo de castellano y de inglés.
El nuevo Consell
El de Rovira es solo uno de los hombres de confianza que Mazón ha colocado en el nuevo Consell, que de entrada será paritario. El presidente de la Generalitat dio a conocer ayer al resto de integrantes, con una apuesta personal que desvela no solo el peso que volverá a tener la provincia de Alicante, sino su intención de mantener los equilibrios y de contrarrestar a Vox.
El hombre fuerte del socio minoritario será el vicepresidente primero y consejero de Cultura y Deportes, el torero Vicente Barrera. Junto él, sin embargo, estará Susana Camarero como vicepresidenta segunda y consejera de Servicios Sociales e Igualdad.
Ruth Merino será el otro contrapeso a Vox. La portavoz del Gobierno de coalición será paradójicamente la mujer que tomó las riendas de Ciudadanos tras la salida de Toni Cantó, y que acabó fichando Mazón como parte de su operación para aglutinar el voto del centroderecha. De perfil moderado y liberal, dirigirá la Consejería de Hacienda, Economía y Administración Pública.
La cuota de Vox la completan Elisa Núñez en Justicia y José Luis Aguirre en Agricultura, dos perfiles técnicos. Sanidad será para Marciano Gómez y Medio Ambiente para Salomé Pradas, mientras que Nuria Montes, procedente directamente de la patronal hotelera, asumirá una macroárea económica con Turismo.
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