En su caso, sumó unos ingresos recurrentes, derivados de la actividad bancaria, de 11.128 millones hasta septiembre, lo que supone un 34,3 % más que en el mismo período de 2022.
En concreto, el margen de intereses, es decir, la diferencia entre la rentabilidad del activo, como los créditos concedidos, y los intereses pagados por el banco, se situó en 7.364 millones de euros, un 60,7 % más que un año antes.
El crecimiento del margen de intereses, unido a la mejora del resultado del negocio de seguros (+ 21,2 %) y de los ingresos de participadas de bancaseguros (+ 47,6 %), compensaron la caída de las comisiones netas, que sumaron 2.741 millones, un 5,3 % menos.
A pesar de este crecimiento del 48 % de las ganancias, se ha asegurado que el beneficio hasta septiembre no es extraordinariamente elevado, porque hay que ponerlo en contexto con el tamaño de la entidad, sus fondos propios y su base de accionistas, y de hecho ha tildado la rentabilidad del banco -del 11,9 %, en términos de ROE- de "razonable".
En esa línea, ha insistido en que el banco aún no cubre el coste de capital, por lo que ha dejado claro que CaixaBank está "muy lejos de lograr un beneficio récord" este año y de también de rentabilidades históricas obtenidas en el pasado.
En este contexto, el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, ha advertido de que penalizar en términos de fiscalidad a la banca y a la gran empresa supone "pegarse un tiro en el pie", y ha subrayado que los bancos españoles sufren una "discriminación adicional" con el impuesto a la banca, que les provoca una pérdida de competitividad.
Durante la rueda de prensa de resultados, celebrada en Valencia, Gortázar se ha referido así a diversas preguntas acerca de este impuesto, que PSOE y Sumar plantean alargar de forma indefinida en su acuerdo de legislatura, al igual que el gravamen a las energéticas.
Preguntado por el caso de Repsol, que ha dicho que la falta de estabilidad en el marco regulatorio y fiscal de España podría condicionar futuros proyectos industriales de la compañía en España, Gortázar ha dejado claro que CaixaBank va a mantener su "compromiso con España, en todo caso y en cualquier escenario".
Gortázar ha explicado que el grupo afronta un tipo fiscal efectivo del 36 % y ha insistido en denunciar "una discriminación adicional que no está justificada y que conoce el Gobierno".
Tras comentar que CaixaBank ocupa el puesto número 24 de 35 entre las empresas del Ibex en términos de rentabilidad, ha criticado que el impuesto a la banca "discrimina a las entidades reguladas respecto a la llamada banca en la sombra", con actores como los llamados fondos buitre, y también ha denunciado un trato discriminatorio respecto a las cajas rurales, exentas de dicho tributo.
La buena evolución del grupo hizo que la rentabilidad se disparase hasta septiembre, tanto medida en términos de ROTE -rentabilidad financiera sobre el capital tangible- como de ROE- rentabilidad sobre fondos propios.
El ROE se situó en septiembre en el 11,9 % -frente al 7,2 % de hace un año-, mientras que el ROTE ascendió hasta el 14,1 %, cuando hace un año estaba en el 8,4 %, y también mejoró la ratio de eficiencia hasta el 42,7 %.
Una muestra del crecimiento de la rentabilidad financiera experimentada trimestre a trimestre es que ese CaixaBank, cuyo segundo accionista es el Estado, se propuso en el plan estratégico en vigor que su ROTE superara el 12 % en 2024 y en este tercer trimestre de 2023 ya ha rebasado con creces esa cota.
Por ello, CaixaBank prepara una actualización de su actual plan estratégico que dará a conocer en enero, una nueva versión que incluirá la revisión al alza de su política de remuneración al accionista, puesto que el banco va "notablemente por encima" de los objetivos marcados hasta 2024, ha dicho Gortázar.
Gortázar ha dado por hecho que en enero se actualizarán al alza tanto ese indicador como otros, entre ellos el de la remuneración al accionista, que incluía el compromiso de repartir unos 9.000 millones en el período 2022-2024, incluyendo dividendos en efectivo y recompras de acciones.
Respecto a 2024, CaixaBank espera que el margen de intereses se mantenga estable, tras el tirón de 2023, atribuible al incremento paulatino de los tipos de interés.
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