VALENCIA.-
Hay una materia que les separa diametralmente al presidente de
Castilla-La Mancha y a Mazón, presidente de la Comunidad Valenciana: el
agua y, más concretamente, el trasvase Tajo-Segura. Mientras el jefe del
Consell aboga por que el Ministerio para la Transición Ecológica, que
dirige Teresa Ribera, revierta el recorte a esta infraestructura que
llevó a cabo a principios de 2023 por considerarlo ideológico y basado
en criterios políticos y no técnicos, el socialista apoya la medida del
Ejecutivo y justifica los actuales caudales ecológicos, recuerda hoy El Debate.
De
hecho, este tema es el que más encontronazos ha producido entre los
mandatarios, hasta el punto de que la Generalitat llevó al Gobierno ante
el Tribunal Supremo y la respuesta del castellano-manchego fue
la de avisar con «ejecutar el 100 % de las sentencias del Tajo» si tanto
Mazón como López Miras «tiran de la cuerda» en su posición de defensa
de la obra, unas palabras que el alicantino calificó de «amenaza innecesaria», pero que no devolvió.
Con tal de calmar los ánimos, el presidente de la Generalitat busca tender puentes con García-Page y
por ello apuesta por la firma de un gran pacto hídrico entre las
regiones afectadas por el trasvase Tajo-Segura y, de ese modo,
«arreglar» desde el «rigor» las desavenencias que hay.
«Sentémonos,
dejémonos ya de escalada verbal y vamos a hablar del agua con
rigor», señalaba Mazón durante su intervención en un foro económico
celebrado en Madrid hace unos días.
En su opinión, el error del socialista es que «fija su postura» y «se hace fuerte con los suyos»
cuando se trata de poner sobre la mesa y debatir acerca del agua. Esta
circunstancia la rechaza el dirigente valenciano porque la importancia
de este asunto es tal que merece ser abordada desde una óptica
institucional y, por consecuencia, alejada de siglas e intereses de
partido.
«Yo
a lo mejor puedo estar tentado de hacerme fuerte y fijar
postura con los míos. Yo no me quiero enfrentar a Emiliano García-Page»,
indicaba, a la par que insistía en que persigue el objetivo de
«arreglar» con su homólogo «el problema del agua en España».
Como signo de coherencia al respecto, y con vistas a lograr un acuerdo
que a día de hoy se augura más que complicado de alcanzar, Mazón
aseguraba que iba a dejar de «responder» a los mensajes que lance
la Junta de Castilla-La Mancha a propósito del trasvase porque la
elevación del tono no es «estrictamente necesaria».
Así, instaba a García-Page a
sentarse para «dejar claro que la prioridad es la cuenca excedente,
dejar claro que hay que invertir en infraestructuras y dejar claro que
el agua es de todos porque a lo mejor, con datos encima de la mesa, empezamos a trabajar».
De
cara a acercar posturas y valorar positivamente la colaboración en lo
referente al agua entre distintas comunidades autónomas, el jefe del
Ejecutivo valenciano ensalzaba la iniciativa que su Gobierno ha adoptado
con Cataluña a la hora de ofrecerle y enviarle agua procedente de la
desaladora instalada en la localidad de Sagunto por la sequía extrema
que está padeciendo la región vecina del norte.
Ahora
bien, esa acción
no invalida que, en su opinión, la solución para el problema hídrico en
Alicante y Murcia pase inevitablemente por el mantenimiento del trasvase
Tajo-Segura, ya que la desalación es «mala» para los cultivos,
especialmente para los cítricos, muy abundantes en la zona del sureste
español.
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