VALENCIA.- Citigroup deja claro que son las cajas de ahorro del Mediterráneo, por su mayor dependencia de las hipotecas y por centrar su negocio en su propia región, las más expuestas a la crisis inmobiliaria. En esta misma línea y según un estudio publicado en una revista editada por el Ministerio de Industria, la valenciana es también la tercera autonomía cuyo empleo más se ve afectado por los ciclos económicos favorables o negativos.
Las cajas de ahorro valencianas sacaban pecho esta semana luciendo sus resultados de 2007 pero, con la boca pequeña, advertían sobre lo “duro” que iba a ser afrontar el presente ejercicio.
Bancaja cerró el pasado año con un incremento en su beneficio neto del 15,5%, hasta 491,2 millones- y la CAM, que nada casualmente suele mantener una evolución casi idéntica a aquella- ganó 385,7 millones de euros, un 15,2% más.
Los mensajes de sus presidentes fueron también coincidentes y tanto José Luis Olivas como Vicente Sala auguraron un menor crecimiento para este año por las secuelas de la “crisis de confianza” originada en EEUU.
Y efectivamente la crisis de los créditos hipotecarios de alto riesgo desatada en agosto ha supuesto un punto de inflexión en la marcha de las dos entidades financieras con mayor peso en la Comunitat.
De hecho, hasta el primer semestre del año el ritmo de crecimiento de ambas se situaba en el entorno del 20%, con lo que las turbulencias iniciadas al otro lado del Atlántico han acabado por menguar tal ritmo en unos cinco puntos.
Morosidad
Pese a las constantes apelaciones a la fortaleza del sistema español en general y de las dos cajas de referencia valencianas en particular, lo cierto es que sus resultados de 2007 arrojan algunos síntomas preocupantes que muy probablemente se manifestarán con mayor virulencia durante este año.
Bancaja parece haber descuidado más sus riesgos y ha visto repuntar su nivel de morosidad un 62%, del 0,53% al 0,85%, lo que tampoco debe desatar las alarmas en tanto tal índice sigue situándose por debajo del 0,89% medio del conjunto de cajas o del 4% de algunos países europeos.
La CAM, por el contrario, dejó tal cifra en el nivel más bajo de su historia, con un 0,69%.Y tales registros, sin duda, guardaron relación directa con su política para captar hipotecas: En ambos casos su facturación en esta parcela se distanció de los crecimientos del pasado –situados en el entorno del 30%- pero Bancaja aumentó sus hipotecas un 20% mientras que la CAM lo hizo cinco puntos menos, un 15%.
En el epicentro
Las morosidad, las hipotecas y la crisis inmobiliaria son eslabones de una misma cadena, la que quita el sueño a los responsables de sendas cajas. Citigroup, que ha sufrido como pocos bancos en el mundo las turbulencias ocasionadas con los créditos ‘subprime’, sitúa en el Mediterráneo el epicentro español de la crisis financiera que se avecina.
Según un informe de la entidad norteamericana sobre la situación de la banca mediana, la Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía son las que más riesgo presentan ante la irrupción de una crisis económica en España, debido a su elevada exposición al mercado inmobiliario.
Para el gigante norteamericano, el derrumbe de este sector en determinadas regiones españolas, entre las que Citi destaca el litoral mediterráneo, podría ‘arrastrar’ a las cajas ubicadas en estas regiones por el fuerte carácter local de su negocio.
Entre las razones que alega uno de los bancos más grandes del mundo está que las entidades de ahorro acumulan el 49% del total del crédito concedido por el sistema financiero español. Una tasa que alcanza el 54% de todos los créditos hipotecarios formalizados en 2006, frente al 36% de los bancos).
Para Citigroup, la mayoría de las cajas de ahorros están “excesivamente centradas en su región de origen” y expuestas “en exceso al mercado hipotecario”, sobre todo en las regiones que más se están viendo afectadas por la caída del negocio inmobiliario y constructor.
Banco de Valencia
Pero el banco norteamericano no sólo apunta a las cajas, los bancos medianos tampoco se ‘salvan’ del análisis de Citigroup. En el caso de las entidades de crédito, el banco más expuesto a esta ralentización del mercado inmobiliario y de la economía española en general es el Banco de Valencia, participado en cerca de un 35% por Bancaja, aunque su exposición al riesgo inmobiliario es “medio-alto”.
Activos
Las principales incertidumbres a las que se enfrenta el sistema financiero español son, en un contexto marcado por la crisis de liquidez que colea en los mercados mayoristas de dinero, la caída del volumen de negocio crediticio de las entidades y una posible depreciación de sus activos.
Bancaja y la CAM han visto como el desplome bursátil de enero afectaba de lleno a sus participadas y ahora el parqué puede suponer un lastre para inyectar liquidez.
En el caso de la entidad presidida por José Luis Olivas la salida a Bolsa de Bancaja Inversiones, que agrupa a sus principales participaciones (Abertis, Enagás, Iberdrola, Martin Fadesa y NH Hoteles) que estaba prevista para este año, quedará condicionada a la evolución de los mercados internacionales.
En el de la CAM, la emisión de las cuotas participativas -títulos similares a las acciones pero sin derechos políticos- también está a la espera de que llegue un mejor momento.
Y el empleo
Los efectos de la desaceleración económica también podrían focalizarse sobre la Comunitat. Andalucía, Murcia y Valencia vuelven a ser por este orden las autonomías donde la crisis, según un estudio publicado esta semana en la revista Información Comercial Española, que edita el Ministerio de Industria, más afectaría a la evolución del empleo.
El informe parte de la premisa de que el crecimiento económico de cualquiera de las autonomías españolas depende de forma determinante del comportamiento del resto. Y para llegar a tal conclusión, los autores recurren a un coeficiente de interdependencia que estima que, de media, cada comunidad vende al resto 3,42 veces más que al extranjero.
La Comunitat tendría, según este análisis, el tercer índice de dependencia más alto. O lo que es lo mismo, el estudio concluye que cuando la economía española crea empleo, nuestra autonomía es también la región que –tras Andalucía y Murcia- más empleo genera.
Por el contrario, cuando como es el caso, se entra en un ciclo inverso, sería también la tercera comunidad donde más destrucción se provocaría.
Los datos del empleo de 2007 demuestran lo acertado de este análisis. La Comunitat cerró el pasado año con un aumento del desempleo del 10,68%, más del doble del porcentaje registrado en el conjunto del país, del 5,27%. Nuestra autonomía fue, tras Murcia y Canarias, la tercera con peor evolución del paro.
Bancaja cerró el pasado año con un incremento en su beneficio neto del 15,5%, hasta 491,2 millones- y la CAM, que nada casualmente suele mantener una evolución casi idéntica a aquella- ganó 385,7 millones de euros, un 15,2% más.
Los mensajes de sus presidentes fueron también coincidentes y tanto José Luis Olivas como Vicente Sala auguraron un menor crecimiento para este año por las secuelas de la “crisis de confianza” originada en EEUU.
Y efectivamente la crisis de los créditos hipotecarios de alto riesgo desatada en agosto ha supuesto un punto de inflexión en la marcha de las dos entidades financieras con mayor peso en la Comunitat.
De hecho, hasta el primer semestre del año el ritmo de crecimiento de ambas se situaba en el entorno del 20%, con lo que las turbulencias iniciadas al otro lado del Atlántico han acabado por menguar tal ritmo en unos cinco puntos.
Morosidad
Pese a las constantes apelaciones a la fortaleza del sistema español en general y de las dos cajas de referencia valencianas en particular, lo cierto es que sus resultados de 2007 arrojan algunos síntomas preocupantes que muy probablemente se manifestarán con mayor virulencia durante este año.
Bancaja parece haber descuidado más sus riesgos y ha visto repuntar su nivel de morosidad un 62%, del 0,53% al 0,85%, lo que tampoco debe desatar las alarmas en tanto tal índice sigue situándose por debajo del 0,89% medio del conjunto de cajas o del 4% de algunos países europeos.
La CAM, por el contrario, dejó tal cifra en el nivel más bajo de su historia, con un 0,69%.Y tales registros, sin duda, guardaron relación directa con su política para captar hipotecas: En ambos casos su facturación en esta parcela se distanció de los crecimientos del pasado –situados en el entorno del 30%- pero Bancaja aumentó sus hipotecas un 20% mientras que la CAM lo hizo cinco puntos menos, un 15%.
En el epicentro
Las morosidad, las hipotecas y la crisis inmobiliaria son eslabones de una misma cadena, la que quita el sueño a los responsables de sendas cajas. Citigroup, que ha sufrido como pocos bancos en el mundo las turbulencias ocasionadas con los créditos ‘subprime’, sitúa en el Mediterráneo el epicentro español de la crisis financiera que se avecina.
Según un informe de la entidad norteamericana sobre la situación de la banca mediana, la Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía son las que más riesgo presentan ante la irrupción de una crisis económica en España, debido a su elevada exposición al mercado inmobiliario.
Para el gigante norteamericano, el derrumbe de este sector en determinadas regiones españolas, entre las que Citi destaca el litoral mediterráneo, podría ‘arrastrar’ a las cajas ubicadas en estas regiones por el fuerte carácter local de su negocio.
Entre las razones que alega uno de los bancos más grandes del mundo está que las entidades de ahorro acumulan el 49% del total del crédito concedido por el sistema financiero español. Una tasa que alcanza el 54% de todos los créditos hipotecarios formalizados en 2006, frente al 36% de los bancos).
Para Citigroup, la mayoría de las cajas de ahorros están “excesivamente centradas en su región de origen” y expuestas “en exceso al mercado hipotecario”, sobre todo en las regiones que más se están viendo afectadas por la caída del negocio inmobiliario y constructor.
Banco de Valencia
Pero el banco norteamericano no sólo apunta a las cajas, los bancos medianos tampoco se ‘salvan’ del análisis de Citigroup. En el caso de las entidades de crédito, el banco más expuesto a esta ralentización del mercado inmobiliario y de la economía española en general es el Banco de Valencia, participado en cerca de un 35% por Bancaja, aunque su exposición al riesgo inmobiliario es “medio-alto”.
Activos
Las principales incertidumbres a las que se enfrenta el sistema financiero español son, en un contexto marcado por la crisis de liquidez que colea en los mercados mayoristas de dinero, la caída del volumen de negocio crediticio de las entidades y una posible depreciación de sus activos.
Bancaja y la CAM han visto como el desplome bursátil de enero afectaba de lleno a sus participadas y ahora el parqué puede suponer un lastre para inyectar liquidez.
En el caso de la entidad presidida por José Luis Olivas la salida a Bolsa de Bancaja Inversiones, que agrupa a sus principales participaciones (Abertis, Enagás, Iberdrola, Martin Fadesa y NH Hoteles) que estaba prevista para este año, quedará condicionada a la evolución de los mercados internacionales.
En el de la CAM, la emisión de las cuotas participativas -títulos similares a las acciones pero sin derechos políticos- también está a la espera de que llegue un mejor momento.
Y el empleo
Los efectos de la desaceleración económica también podrían focalizarse sobre la Comunitat. Andalucía, Murcia y Valencia vuelven a ser por este orden las autonomías donde la crisis, según un estudio publicado esta semana en la revista Información Comercial Española, que edita el Ministerio de Industria, más afectaría a la evolución del empleo.
El informe parte de la premisa de que el crecimiento económico de cualquiera de las autonomías españolas depende de forma determinante del comportamiento del resto. Y para llegar a tal conclusión, los autores recurren a un coeficiente de interdependencia que estima que, de media, cada comunidad vende al resto 3,42 veces más que al extranjero.
La Comunitat tendría, según este análisis, el tercer índice de dependencia más alto. O lo que es lo mismo, el estudio concluye que cuando la economía española crea empleo, nuestra autonomía es también la región que –tras Andalucía y Murcia- más empleo genera.
Por el contrario, cuando como es el caso, se entra en un ciclo inverso, sería también la tercera comunidad donde más destrucción se provocaría.
Los datos del empleo de 2007 demuestran lo acertado de este análisis. La Comunitat cerró el pasado año con un aumento del desempleo del 10,68%, más del doble del porcentaje registrado en el conjunto del país, del 5,27%. Nuestra autonomía fue, tras Murcia y Canarias, la tercera con peor evolución del paro.
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