Para mi que Roberto López, maduro economista alcoyano pasado por el IESE, es tan bárbaro como loable en su titánico esfuerzo. Nunca pensé que este alumno aventajado, y más que paisano del socialista Gisbert, hoy en el ICO de Aurelio Martínez, estuviese tan desesperado como para, con la que está cayendo en Wall Street y Bruselas, pedir pública y provocadoramente una amnistía fiscal para ver qué rasca la CAM, que tan heterodaxamente dirige, y obviamente con muy serios problemas de liquidez y una galopante morosidad que, si la Santa Faz antes no lo remedia, lo llevará jadeante hasta la Navidad por la mezcla explosiva.
Es lógico que, en su situación, aspire aunque sea a la pedrea de 60.000 millones de euros más que opacos para la Agencia Tributaria. ¿Es un canto del cisne? Ojalá que no porque la CAM es algo nuestro, de todos los alicantinos y murcianos, que la alimentamos desde hace décadas con nuestros ahorros.
Pero desde don Curro Oliver hasta hoy ha crecido demasiado rápidamente para tener un equipo tan provinciano al frente. ¿Profesionalidad? Comienzo a dudarlo mucho después del relativo fracaso en Bolsa de las cuotas participativas y del concurso tan gravoso de Leman Brothers en todo esto. ¡Baje del guindo, Roberto, y vuelva a la ventanilla de siempre!
No queriendo alarmar aún más a los impositores, el bárbaro de Roberto ha conseguido por supina ignorancia en teoría de la comunicación pública, el efecto contrario al perseguido porque se le ha visto el culete trayendo pagado hasta Alicante (por asesor habitual contratado de la CAM a precio de oro) a un catedrático mediático, Ontiveros, para decir a una encrespada colla de negociantes, poco empresarios, lo que a la CAM más convenía trasmitir en este momento, sin faltar del todo a la verdad, para escucharlo gente muy fuera de tiempo y demasiado dependiente de la derrota que siga la entidad.
Con esa parroquia poco sirven sermones nuevos; no entienden que el mundo corre ahora a velocidad de vértigo y que su modelo mental eclosionó. Pero no hay que despertarlos, siguen anestesiados por la propaganda neoliberal fundamentalista. Y les cuesta mucho pagar impuestos.
Yo le recomendaría a Roberto López leer a Flora Lewis en su "Comunicación no verbal" y algún otro libro sobre comunicación animal, ambos aspectos recomendables igualmente para Carlos Egea, flamante presidente ejecutivo de Caja Murcia y otro que, por ingeniero y economista de urgencia, cree engañarnos fácilmente a los infantes de la Complutense con medias verdades o versiones desfasadas periódicas que hablan demasiado de eficiencia, retrasando así el diluvio que le viene encima si antes no cambia el fuerte y borrascoso viento del poniente atlántico.
Y pasando, en unas pocas horas, de echarle en privado la culpa a Zapatero de todo lo malo que le sucede a Caja Murcia, a lamerle el lomo públicamente en Madrid por la liquidez a proporcionar por el Estado a entidades financieras asfixiadas por culpa de su más que discutible particular alta gestión propia. ¡Qué cosas haceis con la edad los del Colegio Mayor Pío XII, ex alumnos de la Politécnica!
Pero lo peor de todo es que Sarkozy y Brown quieren hacer pagar personalmente a los ejecutivos europeos responsables del desastre financiero en que estamos sumidos. Ese es el riesgo, ya en serio, que los dos corren a medio plazo si, al final, ambas cajas de ahorro han de ser salvadas con el dinero de los impuestos porque antes no se hacen con ellas otras más saneadas aunque ninguna grande desee, a estas alturas, hacer cuerpo, en general, con quien pueda estar incubando algo contagioso o mucho peor. No se si será éste el caso.
No me gustaría tampoco para Caja Murcia por variadas razones, especialmente para que la Región no pierda su última soberanía financiera, verdadera y no compartida, tan tenazmente conseguida con el ahorro de tres generaciones de murcianos y desde hace tanto tiempo. ¡Que la Vera Cruz ilumine su camino en este trance tan comprometido para su futuro en solitario!
Pero analistas diversos, los últimos los de "Atlas Capital", vaticinan fusiones y adquisiciones seguras a plazo en el área mediterránea como efecto directo de tamaño riesgo inmobiliario contraido, tan letal para la solvencia, sobre la base de una creciente morosidad de carácter hipotecario, tan preocupante si se concentra en promotores que no venden pisos como en múltiples curritos lanzados a un desempleo de larga duración.
Y mientras, la industria productiva regional yendose al traste por falta de financiación para innovar y salvarse. Algo se debe estar cociendo ya en la segunda planta del Banco de España y que Egea no va a contar en Murcia porque no le beneficia personalmente a corto plazo.
¡Qué contradición, Roberto! Tu clamando amnistia fiscal cuando realmente será dinero público el que, al final, te pueda salvar de la quema, como a tu colega de Lorca. ¡Os habeis pasado varios pueblos sin ser banqueros profesionales, aunque reciclados, hasta abriendo oficina en paraisos fiscales tan poco recomendables como Caimán.
Ni Agustín Pérez Espinosa, aquella especie de clasico "usurero" de la Huerta de Orihuela, os podría hoy dar argumentos convincentes ante unos hipotéticos investigadores de la Guardia Civil en busca de responsabilidades fundamentales si esto os rebasa finalmente.
Vicente Sala se ha vuelto opaco en la CAM de un tiempo a esta parte y el director general ha adquirido un protagonismo personal casi único, nada tradicional en la Casa. Al contrario que en Caja Murcia, donde cabe reconocer que ahora su primer ejecutivo asume una total responsabilidad, responsabilidad total, que entraña su riesgo en los tiempos que corren. Y sin la protección política de un Pedro Solbes, alicantino, como en el caso de la CAM.
Egea no tiene padrino en Madrid aunque tenga padrinos en otras partes. No es un jeroglífico, palabra. Porque Valcárcel lo tiene en el punto de mira para abatirlo como a un ciervo en cuanto pueda por saber lo que sabe. Y viceversa. El duelo de caballeros está servido pero el Presidente no tiene aliados de peso como para mantener el tipo ante el golpe de un financiero.
Ahora es posible que López y Egea tengan que explicar ante una nueva autoridad competente a que fueron allí dos entidades benéfico-sociales y sin consejo de administración. ¿Qué han hecho con tanto dinero que pasó por sus manos vía Caimán? La gente común está irritada y va a querer saber por qué el suyo no le llega a mitad de mes y quién tiene la culpa del expolio personal que subjetivamente pueda percibir cada ciudadano.
Estan metidos en un buen lío aunque uno y otro quieran darnos la sensación de tranquilidad y total control de la situación. Fingen muy mal o es que la realidad les impide bordar el papel sin parecer dos pillos en apuros que han sido pillados, y bien pillados por las circunstancias adversas exportadas desde el otro lado del Atlántico a un buen caldo de cultivo, hasta complicar las cosas aquí.
Tal como yo veo la cosa, hoy no hay juez en España que sentencie a favor de un blindaje llevado al litigio en cualquier juzgado de Lo Civil. La "doctrina Sarkozy" es ya políticamente un tsunami que pone muy difícil lo que otros llaman "paracaidas de oro" para los que fracasan en su empeño.
Roberto, Carlos, sois bárbaros y geniales. Pero yo no os compraría nunca un coche de segunda mano, mis preferidos, por muy impecable que lo viese por fuera y por dentro aunque así me lo aconsejase mi abogado de cabecera y viejo amigo de la infancia en el Mar Menor. Vale.
Con esa parroquia poco sirven sermones nuevos; no entienden que el mundo corre ahora a velocidad de vértigo y que su modelo mental eclosionó. Pero no hay que despertarlos, siguen anestesiados por la propaganda neoliberal fundamentalista. Y les cuesta mucho pagar impuestos.
Yo le recomendaría a Roberto López leer a Flora Lewis en su "Comunicación no verbal" y algún otro libro sobre comunicación animal, ambos aspectos recomendables igualmente para Carlos Egea, flamante presidente ejecutivo de Caja Murcia y otro que, por ingeniero y economista de urgencia, cree engañarnos fácilmente a los infantes de la Complutense con medias verdades o versiones desfasadas periódicas que hablan demasiado de eficiencia, retrasando así el diluvio que le viene encima si antes no cambia el fuerte y borrascoso viento del poniente atlántico.
Y pasando, en unas pocas horas, de echarle en privado la culpa a Zapatero de todo lo malo que le sucede a Caja Murcia, a lamerle el lomo públicamente en Madrid por la liquidez a proporcionar por el Estado a entidades financieras asfixiadas por culpa de su más que discutible particular alta gestión propia. ¡Qué cosas haceis con la edad los del Colegio Mayor Pío XII, ex alumnos de la Politécnica!
Pero lo peor de todo es que Sarkozy y Brown quieren hacer pagar personalmente a los ejecutivos europeos responsables del desastre financiero en que estamos sumidos. Ese es el riesgo, ya en serio, que los dos corren a medio plazo si, al final, ambas cajas de ahorro han de ser salvadas con el dinero de los impuestos porque antes no se hacen con ellas otras más saneadas aunque ninguna grande desee, a estas alturas, hacer cuerpo, en general, con quien pueda estar incubando algo contagioso o mucho peor. No se si será éste el caso.
No me gustaría tampoco para Caja Murcia por variadas razones, especialmente para que la Región no pierda su última soberanía financiera, verdadera y no compartida, tan tenazmente conseguida con el ahorro de tres generaciones de murcianos y desde hace tanto tiempo. ¡Que la Vera Cruz ilumine su camino en este trance tan comprometido para su futuro en solitario!
Pero analistas diversos, los últimos los de "Atlas Capital", vaticinan fusiones y adquisiciones seguras a plazo en el área mediterránea como efecto directo de tamaño riesgo inmobiliario contraido, tan letal para la solvencia, sobre la base de una creciente morosidad de carácter hipotecario, tan preocupante si se concentra en promotores que no venden pisos como en múltiples curritos lanzados a un desempleo de larga duración.
Y mientras, la industria productiva regional yendose al traste por falta de financiación para innovar y salvarse. Algo se debe estar cociendo ya en la segunda planta del Banco de España y que Egea no va a contar en Murcia porque no le beneficia personalmente a corto plazo.
¡Qué contradición, Roberto! Tu clamando amnistia fiscal cuando realmente será dinero público el que, al final, te pueda salvar de la quema, como a tu colega de Lorca. ¡Os habeis pasado varios pueblos sin ser banqueros profesionales, aunque reciclados, hasta abriendo oficina en paraisos fiscales tan poco recomendables como Caimán.
Ni Agustín Pérez Espinosa, aquella especie de clasico "usurero" de la Huerta de Orihuela, os podría hoy dar argumentos convincentes ante unos hipotéticos investigadores de la Guardia Civil en busca de responsabilidades fundamentales si esto os rebasa finalmente.
Vicente Sala se ha vuelto opaco en la CAM de un tiempo a esta parte y el director general ha adquirido un protagonismo personal casi único, nada tradicional en la Casa. Al contrario que en Caja Murcia, donde cabe reconocer que ahora su primer ejecutivo asume una total responsabilidad, responsabilidad total, que entraña su riesgo en los tiempos que corren. Y sin la protección política de un Pedro Solbes, alicantino, como en el caso de la CAM.
Egea no tiene padrino en Madrid aunque tenga padrinos en otras partes. No es un jeroglífico, palabra. Porque Valcárcel lo tiene en el punto de mira para abatirlo como a un ciervo en cuanto pueda por saber lo que sabe. Y viceversa. El duelo de caballeros está servido pero el Presidente no tiene aliados de peso como para mantener el tipo ante el golpe de un financiero.
Ahora es posible que López y Egea tengan que explicar ante una nueva autoridad competente a que fueron allí dos entidades benéfico-sociales y sin consejo de administración. ¿Qué han hecho con tanto dinero que pasó por sus manos vía Caimán? La gente común está irritada y va a querer saber por qué el suyo no le llega a mitad de mes y quién tiene la culpa del expolio personal que subjetivamente pueda percibir cada ciudadano.
Estan metidos en un buen lío aunque uno y otro quieran darnos la sensación de tranquilidad y total control de la situación. Fingen muy mal o es que la realidad les impide bordar el papel sin parecer dos pillos en apuros que han sido pillados, y bien pillados por las circunstancias adversas exportadas desde el otro lado del Atlántico a un buen caldo de cultivo, hasta complicar las cosas aquí.
Tal como yo veo la cosa, hoy no hay juez en España que sentencie a favor de un blindaje llevado al litigio en cualquier juzgado de Lo Civil. La "doctrina Sarkozy" es ya políticamente un tsunami que pone muy difícil lo que otros llaman "paracaidas de oro" para los que fracasan en su empeño.
Roberto, Carlos, sois bárbaros y geniales. Pero yo no os compraría nunca un coche de segunda mano, mis preferidos, por muy impecable que lo viese por fuera y por dentro aunque así me lo aconsejase mi abogado de cabecera y viejo amigo de la infancia en el Mar Menor. Vale.
(De http://murciaconfidencial.blogspot.com)
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