VALENCIA.- Llegó a Valencia con la esperanza de remontar los resultados electorales de los socialistas en el Ayuntamiento y de ordenar el grupo municipal en el asalto contra Rita Barberá.
Pero el halo de optimismo que despertó su aterrizaje entre los militantes no fue correspondido por la agrupación local, que le ofreció un áspero recibimiento por su designación desde Madrid. Hoy, año y medio después de convertirse en la portavoz del grupo municipal del PSPV, Carmen Alborch no ha logrado ninguno de sus objetivos, según publica "El Mundo".
Mantuvo el número de concejales de la anterior legislatura aunque dejándose más de 12.000 votos en el camino y pese a la desaparición de EU del panorama municipal. Tampoco ha conseguido apaciguar las voces críticas dentro de su partido.
El malestar entre sus concejales por la gestión que ha desarrollado a lo largo de este año y medio ha ido incrementándose con el paso del tiempo y sus críticos, especialmente del sector de Lerma y de Ábalos, no dejan de reprocharle la ambigüedad que ha mostrado respecto a los asuntos más conflictivos o la falta de liderazgo para desarrollar una acción coordinada de oposición desde el grupo municipal.
Su participación en múltiples eventos fuera de la Comunidad Valenciana, su candidatura para garantizarse su permanencia en la vida política nacional como senadora o su desentendimiento de la política local, donde no se ha postulado por ninguna de las corrientes dentro de la formación, han encendido a sus detractores.
Tampoco su decisión de no participar en ninguna de las comisiones del consistorio ha contribuido a mitigar las quejas de un grupo demasiado heterogéneo.
Pero el halo de optimismo que despertó su aterrizaje entre los militantes no fue correspondido por la agrupación local, que le ofreció un áspero recibimiento por su designación desde Madrid. Hoy, año y medio después de convertirse en la portavoz del grupo municipal del PSPV, Carmen Alborch no ha logrado ninguno de sus objetivos, según publica "El Mundo".
Mantuvo el número de concejales de la anterior legislatura aunque dejándose más de 12.000 votos en el camino y pese a la desaparición de EU del panorama municipal. Tampoco ha conseguido apaciguar las voces críticas dentro de su partido.
El malestar entre sus concejales por la gestión que ha desarrollado a lo largo de este año y medio ha ido incrementándose con el paso del tiempo y sus críticos, especialmente del sector de Lerma y de Ábalos, no dejan de reprocharle la ambigüedad que ha mostrado respecto a los asuntos más conflictivos o la falta de liderazgo para desarrollar una acción coordinada de oposición desde el grupo municipal.
Su participación en múltiples eventos fuera de la Comunidad Valenciana, su candidatura para garantizarse su permanencia en la vida política nacional como senadora o su desentendimiento de la política local, donde no se ha postulado por ninguna de las corrientes dentro de la formación, han encendido a sus detractores.
Tampoco su decisión de no participar en ninguna de las comisiones del consistorio ha contribuido a mitigar las quejas de un grupo demasiado heterogéneo.
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