De este modo, Colón quien intervino en la jornada 'Escenarios de aridez y cambio climático en la gestión del recurso agua' que se celebra en el marco de la Cátedra Fundación Agua y Progreso-Universidad Politécnica de Valencia (UPV), defendió el trasvase del Ebro como herramienta "indispensable para frenar la desertización y mitigar los efectos del cambio climático en la Comunitat Valenciana y la Región de Murcia".
Emilio Colón señaló que no entiende cómo "los mismos que continúan negando el Trasvase del Ebro sí aceptan y defienden en cambio el Tajo-Segura", ya que ambas conducciones son "esenciales y necesarias para la supervivencia de la agricultura de la Comunitat Valenciana, así como para garantizar el abastecimiento urbano, sobre todo teniendo en cuenta los efectos del cambio climático".
Para el experto, el trasvase del Ebro es una herramienta "imprescindible" para la "mitigación y freno de la desertización de la región", algo que, en su opinión, contrasta con los "efectos perversos" que tiene la desalinización. Así, señaló que en la Comunitat Valenciana "hay muchísima agricultura que se puede mantener con agua del Ebro, pero que no podrá ser regada con agua desalada, debido al alto precio de esas aguas y al impacto energético de la desalinización".
"Son muchos millones de árboles frutales que frenan la desertización, absorben CO2 y que ya están plantados y crecidos", por lo que "las opciones para proveerlos de caudales apropiados de agua no deben ser causantes de aumentar la emisión de carbono ni del aumento desmedido en la emisión de gases invernadero", añadió.
Al respecto, el profesor puertorriqueño indicó que, como consecuencia del cambio climático, se estima que en España se reducirán las precipitaciones entre un 5 y un 20 por ciento, con lo que en la Comunitat "se agravarán los problemas de disponibilidad de agua". Además, los impactos ambientales del trasvase son "mínimos", y "permitiría la recarga natural de los acuíferos con agua dulce y obtener recursos a un precio mucho más asequible".
Por todo ello, manifestó que, en su opinión, la derogación del Trasvase del Ebro fue "una equivocación, más aún por no haber cumplido con la normativa ambiental". Al respecto, recordó que el agua es "un bien escaso, al que todos deben tener acceso, y es obligación de los gobiernos proporcionarla y que llegue en buenas condiciones al conjunto de los ciudadanos".
Por su parte, el director general de la Fundación Agua y Progreso, José Alberto Comos, resaltó que el trasvase Tajo-Segura es "una infraestructura estratégica de extraordinaria importancia en la ordenación hidráulica española", además de que "permite la consolidación de un sector agrícola de enorme potencial en el sureste mediterráneo, al tiempo que garantiza la subsistencia hídrica de los abastecimientos urbanos de numerosas poblaciones de la zona, incluidas capitales como Alicante, Elche, Orihuela o Torrevieja", añadió.
Asimismo, "la población dependiente del trasvase Tajo-Segura en la provincia de Alicante representa el 56 por ciento del total", por lo que "en los momentos de máxima afluencia turística esta transferencia suministra agua potable para más de 1,7 millones de habitantes", el 25 por ciento del total de agua distribuida para abastecimiento en la provincia", subrayó Comos. Del mismo modo, recordó que "el Tajo-Segura proporciona más de 55.000 empleos, que se perderían si se suprimiera el trasvase".
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