"Estamos ante una emergencia nacional", ha asegurado en rueda de prensa el presidente de Casa Caridad, Antonio Casanova, durante la presentación del cuarto Informe de la Pobreza, y ha señalado que a pesar de que la situación es "dramática y de alarma social", parece que "aquí no pasa nada y nadie le pone el cascabel al gato".
Casanova ha considerado "inadmisible" que en España "la gente pase necesidad" y ha criticado el "derroche sin sentido" que están haciendo las Administraciones, a las que ha pedido que conviertan la política social "en una realidad" y todos los implicados -sindicatos, partidos y gobiernos- se pongan de acuerdo.
El presidente de Casa Caridad ha considerado que 2010 será "peor que 2009, y 2011 tampoco parecer que vaya a marcar un cambio de rumbo", ya que a corto plazo será "difícil absorber" a tantos millones de parados que actualmente tiene España: "cuatro millones de forma oficial y seis extraoficialmente, sumando autónomos e inmigrantes".
La mayoría de personas atendidas durante el pasado año correspondió a inmigrantes en situación regular, que supusieron el 23% de las atenciones y en su mayoría eran jóvenes, y a las familias con hijos, a los que se realizaron 8.000 atenciones, mientras que la cifra de españoles se incrementó un 95,6% hasta alcanzar los 35.221.
"Estamos en cifras de la posguerra, es de los peores momentos que ha tenido España", ha asegurado Casanova, quien ha explicado que durante el pasado año Casa Caridad realizó algo más de 340.000 ayudas alimentarias, de las que 144.000 fueron raciones de comida a mediodía, un 143 por ciento más que en 2008.
El presupuesto de la institución para este año es de 2.477.000 euros, una media de 6.900 euros diarios, y aunque de momento tienen garantizada la mitad de la cantidad les preocupa, según Casanova, que este año "bajen los donativos".
Por ello, ha señalado que revisarán "punto por punto" todas las partidas de gastos y confía en que no se reduzca la aportación de las instituciones públicas, de alrededor de un millón de euros, de las 262 empresas solidarias, que alcanzan los 350.000 euros.
"Espero no llegar a las 500 raciones de comidas diarias", ha dicho para destacar la puesta en marcha de más recursos de ayuda a estas personas necesitadas "que nos echan una mano y nos permite estar menos solos".
Esta entidad, creada hace 104 años, también dispone de una guardería infantil para atender a 34 niños y un albergue para pernoctaciones con 70 plazas que, según el presidente de Casa Caridad, siempre "están al completo".
La mayoría de las personas que acuden a esta entidad, el 23% del total, corresponde a inmigrantes en situación regular que han perdido el empleo, lo que les convierte en un "colectivo vulnerable" ya que si no tienen un contrato de trabajo su situación se vuelve irregular.
Estos inmigrantes, que tienen en su mayoría edades comprendidas entre los 21 y 40 años, proceden en su mayoría del sector de la construcción o la hostelería, y la mayoría de los atendidos -el 24% del total- son originarios de Bolivia o Ecuador, aunque también los hay de Argelia o Marruecos.
También se ha registrado un aumento de familias completas con niños menores, algo "novedoso en la historia" de Casa Caridad, y que llevó a la entidad a hacer unas 8.000 atenciones durante el pasado año.
Aunque hasta hace pocos meses el perfil de las personas que acudían a Casa Caridad era el de personas alcohólicas o drogodependientes, ahora son en su mayoría "personas normalizadas que no tienen recursos para llegar a fin de mes".
El vicepresidente de Asuntos Sociales de Casa Caridad, Luis Miralles, ha explicado que las personas que acuden a esta entidad lo hacen "con desilusión porque el futuro es desesperanzador", y en el caso de las familias con hijos acuden a comer porque dedican todos sus recursos a pagar la hipoteca y no perder su casa.
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