VALENCIA.- La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, ha
negado este martes haber abroncado el pasado sábado a una conductora de
un autobús de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) que había
estacionado en una parada frente a su casa con pegatinas de 'Rita no
paga'. Ha indicado que lo único que hizo fue preguntarle a esta
trabajadora qué es lo que no paga la primera edil y ha lamentado que se
engrandezca lo sucedido.
Barberá ha realizado estas declaraciones tras presidir la reunión
ordinaria del Patronato de Feria Valencia, respecto a la denuncia de
sindicatos de la EMT de que el pasado sábado recriminó a una conductora
de la compañía, coincidiendo con la jornada de huelga en esta empresa,
el sueldo que cobraba en presencia de los pasajeros que esperaban a
reanudar la marcha.
La responsable municipal ha expresado su deseo de "volver" las
cosas "a su sitio" y ha rechazado "engrandecer" lo sucedido. Ha
explicado que el sábado por la tarde, sobre las 20.15 horas, antes del
partido de fútbol entre España y Francia, vio "un autobús parado, vacío y
lleno de pegatinas de 'Rita no paga'" y a su conductora en la acera.
Ha comentado que el vehículo no llevaba pasaje y que junto a él,
también en la acera, había "dos o tres personas" y ha afirmado que lo
que hizo fue preguntarle a la conductora qué es lo que ella no pagaba,
como se podía leer en las pegatinas. Ha indicado que ésta no lo supo
decir y ha destacado que la EMT "está pagando a todos".
Asimismo, la primera edil ha apuntado que explicó a las personas
que había en la parada cuánto cobra un conductor de esta compañía.
"Sencillamente, ni abronqué, ni nada de nada. Le encanta a la gente
engrandecer. Le pregunté qué es lo que yo no pagaba. Le pregunte qué es
lo que no paga la EMT y no lo supo decir porque la EMT está pagando a
todos. Le pregunté qué es lo que no pagaba y nada más", ha argumentado.
Rita Barberá ha señalado que tras ello explicó "a la gente de
alrededor que efectivamente el sueldo medio de un conductor es de 3.333
euros" y que lo que se está pidiendo es "bajar un 10 por ciento
aproximadamente el salario para estimular la solidaridad y que no fueran
200 personas a la calle" de esta empresa pública.
La alcaldesa ha agregado que "la conductora se subió al autobús y
se marchó".
"Eso es todo lo que pasó, pero por lo visto, el derecho a la
libertad de expresión sólo lo tienen algunos y otros solamente tenemos
derecho a recibir insultos, escarnios, vejaciones. Somos destinatarios
de sus barbaridades y eso no es así", ha aseverado.
"Lo que no entiendo es por qué no puedo hablar con una conductora
de autobús y preguntarle qué es lo que no pago. Eso ha sido todo. En
cualquier caso lo que no gusta es que se sepa lo que cobran", ha añadido
Barberá.
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