De eso habla Miguel Llanes, secretario de Empleo de UGT-PV. "Cuando se habla del automóvil, por ejemplo, siempre se habla de la planta de Ford. ¿Pero sabes cuántos ERE (expedientes de regulación de empleo) se han pedido en el parque Juan Carlos I, donde se concentra la industria auxiliar? Aquí son 15, allí son 20, allá, 25... Es un goteo continuo que suma cientos, miles de trabajadores".
Los sindicatos y el ministro de Trabajo han denunciado que la Generalitat tiene el gatillo fácil a la hora de aprobar los ERE que se le presentan. Los datos confirman que existe una anomalía comparativa: de enero a septiembre, el Consell dio luz verde a 682 despidos colectivos.
En el mismo periodo, Cataluña aprobó 441; Andalucía, 345; Madrid, 232; y el País Vasco, 224. Ninguna otra comunidad autónoma superó los 200.
Visto de otra forma: el Consell dio vía libre durante los primeros nueves meses de 2008 a más ERE que en el acumulado de cada año desde 1998, el último del que el ministerio proporciona datos.
Los despidos colectivos han afectado, según el último recuento de UGT, a unos 10.000 valencianos en lo que va de año. La figura legal se utiliza, en casi todos los casos, para tratar de garantizar la viabilidad de la empresa ante una situación económica adversa atendiendo a la vez los derechos de los trabajadores.
"Nos parece que esa pérdida de empleo, en parte no está justificada. Y muchos presentan un ERE por quítame allá esas pajas, cuando las cosas se pueden arreglar de otra manera", opina Fernando Casado, secretario de Empleo de CC OO-PV.
El estallido de la burbuja inmobiliaria ha hecho que el sector de la construcción sea uno de los más castigados por el desempleo. La Comunidad Valenciana se ha significado en los últimos años como uno de los territorios de España en los que la aceleración urbanística ha tenido un mayor protagonismo, y, en consecuencia, el impacto ha sido proporcional.
Las constructoras han prescindido en este período de 35.861 trabajadores, con lo que el paro en el sector alcanza a 60.883 personas, lo que supone un incremento del 143,31%.
Pero, pese a las apariencias, no es en la construcción donde se está produciendo la situación más dramática para los trabajadores. El desempleo se ha cebado sobre todo en los servicios, donde 60.354 valencianos han perdido su puesto de trabajo en el último año en este sector, que ya cuenta con 183.874 parados y registra una variación al alza del 48,86%.
El índice de personal ocupado en servicios de septiembre experimentó una caída del -2,2% respecto al año anterior, mientras que a nivel nacional fue del -1,3%.
Por subsectores, el personal ocupado en comercio experimentó una bajada interanual del -1,4% (la media nacional fue 0,5%), en turismo cayó un -1,2% (-0,5%), en transporte aumentó un 1% (0,8), en tecnologías de la información bajó el -0,5% (2,4) y en servicios a empresas disminuyó el -2% (0,1%).
En el ámbito de la producción del sector los indicadores a la baja sólo hacen una excepción en el transporte, que en el índice de cifra de negocio alcanzó el 1,7% de media anual (en España se quedó en un 0,8%).
La industria, de la que ha tirado en buena parte la construcción, ha registrado 19.988 parados, lo que supone un aumento del 47% y sitúa en 62.440 el número de demandantes de empleo en un sector afectado no sólo por la caída del consumo y el enfriamiento económico, sino también por la ferocidad de la globalización, que está forzando la readaptación de la producción.
El Índice de la Producción Industrial de septiembre confirmaba el deterioro del sector, que cayó un -9,6% en términos interanuales, mientras la media nacional se contrajo un -4,2%.
Los datos del Instituto Nacional de Empleo confirman el paulatino encogimiento de la agricultura en el tejido productivo valenciano, que apenas representa algo más del 2% del PIB valenciano. En un año, el incremento del desempleo en el sector ha superado el 56% con 2.295 afectados que se añaden a los 4.073 de finales de 2007.
La mala situación de la campaña citrícola, sin duda, está contribuyendo a ello, ya que la cotización media alcanzada por la clementina a finales de noviembre se ha estancado en unos 0,12 céntimos el kilo, precio que los productores sitúan en menos de la mitad del umbral que permitiría cubrir sus costes.
La impresionante velocidad de la crisis puede observarse perfectamente en Castellón, que ha pasado de ser la provincia con mejor tasa de ocupación a figurar como la que más ha incrementado su índice de paro, con un incremento de más del 106%.
El deterioro económico ha alcanzado los ejes de la economía provincial. Desde la construcción (Augimar, Marina d'Or, y muchas de mediano y pequeño tamaño que han presentado ERE o se han extinguido) hasta el sector de la industria cerámica.
Este último, el principal exportador de Castellón y uno de los sectores valencianos más dinámicos, está sufriendo los rigores de la crisis después de la época de bonanza de la construcción, a la que está íntimamente ligado. Y no sólo en España, sino en algunos de los que históricamente han sido mercados de referencia, como Estados Unidos.
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