Tras la operación, Bancaja mantiene su posición de tercer principal accionista de la eléctrica, por detrás de ACS y de BBK, al controlar 301,2 millones de acciones, cuyo valor supera los 1.700 millones de euros.
La ampliación de capital realizada por Iberdrola tuvo un valor de 1.325 millones. La operación no reservó un derecho de suscripción preferente para los accionistas y tuvo un apreciable efecto dilutivo para los inversores, al consistir en la emisión de 250 millones de nuevas acciones equivalentes a un 5% del capital.
La ampliación consistió en un procedimiento de colocación acelerada y se dirigió a inversores cualificados e institucionales. Su objetivo fue captar recursos para fortalecer el balance de la sociedad y optimizar la estructura de capital.
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