MADRID.- El Banco Pichincha de Ecuador ha dado un paso más en su estrategia de crecimiento en el mercado español, donde cuenta con 13 sucursales (Madrid, Barcelona, Valencia, Alicante, Murcia y Lorca) y quiere instalar dos más antes de fin de año (el plan de negocio diseñado hasta el año 2014 contempla 20 oficinas), según publica hoy 'Capital Madrid'.
Desde que en abril del año pasado comenzara a operar como banco (desde 2007 estaba en España pero con una oficina de representación), ha llegado a captar 250 nuevos clientes mensuales en cada una de sus sucursales y ya suma 30.000. La nueva vía de crecimiento en el mercado del grupo bancario ecuatoriano es la compra de carteras de créditos en manos de inmigrantes. No sólo ecuatorianos, sino también colombianos y peruanos.
El Pichincha se ha hecho cargo de medio millar de préstamos personales, con un importe medio de 10.000 euros, que ciudadanos ecuatorianos residentes en España habían contratado con Bankia. Los responsables de la filial española del banco ecuatoriano matizan que no se trata de créditos impagados o morosos, y que el Pichincha no actúa como un fondo ‘buitre', que compra carteras de préstamos vencidos, ya que esas operaciones de financiación de consumo se están amortizando sin problemas.
El Banco Pichincha quiere hacer más operaciones de estas características con Bankia y con otros bancos y cajas de ahorro, siempre que sus titulares sean inmigrantes latinoamericanos. Y no descarta ampliar los acuerdos a los préstamos hipotecarios, aunque a medio plazo, no de manera inmediata.
Esta estrategia parte de la idea de que "las crisis son momentos de oportunidad", como señalan en la entidad ecuatoriana. Fidel Egas, presidente del Banco Pichincha, señalaba en su presentación en España que "somos conscientes que hemos venido en épocas de vacas flacas a España, pero precisamente por eso hay más necesidades para la población ecuatoriana que reside aquí".
"Hemos percibido que no sólo no les dan crédito sino que no les atienden", explicaba entonces. El director general del banco en España, Jorge Marchán, señala abiertamente que el sector financiero español "se olvidó del migrante".
El Pichincha es una de las entidades que más remesas gestiona a Ecuador, 6.000 mensuales, con un importe medio de 450 euros. Ofrece productos de ahorro tanto en euros como en dólares. Y préstamos para financiar compras de bienes y servicios en España y en Ecuador. Y dispone de una línea especializada en microcréditos para que los inmigrantes puedan instalar negocios en España.
La compra de créditos por parte del Banco Pichincha España ha generado inquietud entre las asociaciones de inmigrantes ecuatorianos, que temen que, en caso de impago, la entidad intente cobrar el préstamo embargando bienes en el país de origen. Algo que desmiente la entidad: "De ninguna manera un banco español puede perseguir bienes en Ecuador".
La inquietud de los inmigrantes tiene razones de peso. Hay unos 100.000 ciudadanos, el 27% de toda la comunidad ecuatoriana residente en España, en el paro, según la Secretaría Nacional del Migrante (Senami), una institución pública, de Ecuador en Madrid, que se refiere a los que tienen la documentación en regla. "La situación entre los ‘sin papeles' es más precaria aún", explican en Senami. Esa tasa de paro entre los residentes ecuatorianos en España es siete puntos superior a la del desempleo de la población española (21%, con cuatro millones de personas). Y además apenas un tercio de esos parados recibe algún tipo de ayuda pública para seguir subsistiendo, ni el subsidio de paro ni la renta de 400 euros que el Gobierno español da a los parados de larga duración que han agotado ya la prestación. Esta ayuda es la última red de salvación para muchos desempleados. El programa fue planeado en un principio para finalizar en febrero de 2010, pero el Gobierno español viene prorrogándolo desde entonces. Los datos se refieren siempre a inmigrantes ecuatorianos con la residencia en regla en España.
"La situación entre los sin papeles es más precaria", advirtió Jara.
El desplome del sector de la construcción explica ese elevado paro entre los residentes ecuatorianos. Pese a ello, sólo el 9% de los ecuatorianos que viven en España ha optado por el retorno, aunque el Gobierno ecuatoriano ofrece créditos para iniciar negocios en su país (ya ha concedido 11,6 millones de euros, según datos de la Senami) y el español tiene programas para capitalizar el paro. En Senami explican el escaso éxito del plan retorno en que el ecuatoriano está dispuesto a la movilidad geográfica, y se ha detectado una nueva migración desde España a otros países de la Unión Europea, principalmente a Reino Unido. Además, las redes de apoyo familiar, muy desarrolladas en Ecuador, hacen que los programas de retorno a Ecuador apenas tengan éxito.
La Secretaria del Migrante de Ecuador, Ana Beatriz Tola, afirmaba durante una reciente visita a Madrid que los inmigrantes reclaman "formación y capacitación" para desempeñar otros trabajos ajenos a la construcción, entre ellos los que desempeñaban antes de volcarse en el ladrillo para enviar dinero y sacar sus familias adelante.
Más de un centenar de ecuatorianos que antes eran maestros han participado en un "programa de actualización pedagógica" realizado a través de un convenio con la Universidad Nacional de Educación a Distancia (Uned) para tratar de ejercer esa profesión en España. Y la Senami está intentando que tengan reconocimiento en España títulos académicos obtenidos en Ecuador.
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